Incinoticias:La Quinta Sinfonía de Beethoven, música más representativa del clasismo (sí, del clasismo) según dos musicólogos norteamericanos

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La culpa de todo es del sordo de los cojones
07:02 18 de septiembre de 2020Ciudad: Los Ángeles; Gringolandia — Informa: Sock J. Warrior

Agencia Inciclopedia Express
Y eso que él mismo era negro. Esta máscara hecha sobre un molde de su cara tomado en vida lo demuestra. Fíjense en el color de la misma.

La Quinta Sinfonía de Beethoven (el perro no, el otro) empieza con el conocido tan tan tan chaaan. Desde su estreno los oyentes la han interpretado como una progresión desde el sufrimiento hasta la victoria como una metáfora de la resiliencia de Beethoven respecto a sus desarreglos intestinales.

Sin embargo los musicólogos e investigadores Charlie Hardof-Hearing y Nati S. Cumload defienden que la música clásica es elitista y discriminadora, y lo es por culpa de esta obra y del sordo de los cojones.

Ampliación de la noticia

La Agencia Inciclopedia Express ha podido entrevistar a los dos musicólogos a cargo de la investigación.

Inciclopedia Express: Nosotros teníamos entendido que la Quinta Sinfonía era una de las piezas más importantes de la Música Clásica.

Nati S. Cumload: Eso, del clasismo ¿no es la misma cosa?

Inciclopedia Express: ¿Pero me están diciendo ustedes que esta sinfonía es un instrumento de opresión?

Charlie Hardof-Hearing: Efectivamente, esta sinfonía solo ha servido para que los hombres blancos heterosexuales (y alguno no tan heterosexual, pero que disimulaba) la tomaran como símbolo de su superioridad e importancia respecto a las mujeres, el colectivo LGBTQ+ (de gran importancia y activismo en el siglo XIX, XVIII y anteriores) y la gente de color (negro), para los cuales esta sinfonía no puede ser otra cosa que un símbolo de su marginación, ya que antes de que Beethoven la compusiera vivían en un oasis de paz, igualdad y tolerancia.

Inciclopedia Express: ¿Y eso por qué?

Nati S. Cumload: La culpa es del jodío sordo por hacer una música tan compleja. Para enterarte de algo hace falta escuchar con atención, y en los conciertos anteriores la gente aplaudía, pateaba, armaba algarabía y hasta comía snacks tales como judías pintas en su salsa, que resultaban a su vez en violentas flatulencias. A partir de este momento todo cambió y eso se tradujo en férreas normas de etiqueta que exigen que uno esté callado mientras escucha, lo cual supuso la expulsión de las mujeres, la gente LGTB y las personas racializadas.

Inciclopedia Express: ¿Me está usted queriendo decir que las mujeres, los negros y los homosexuales no son capaces de escuchar música en silencio?

Nati S. Cumload: Bueno, yo... sí, exacto. Cualquiera sabe que las mujeres, los negros y los maricas no pueden estar en una habitación durante media hora sin montar una gran algarabía, son chillones por naturaleza.

Inciclopedia Express: Creo que es la cosa más machista, racista y homófoba que he oído en mucho tiempo.

Charlie Hardof-Hearing: Usted ha crecido en una cultura blanca y heteropatriarcal, esto le impide interpretar las cosas adecuadamente hasta que no se deconstruya y también emitir una opinión que merezca ser tenida en cuenta. ¡El mismo Beethoven, al igual que usted, era un agente del heteropatriarcado que pretendía silenciar a las minorías!

Inciclopedia Express: ¿Pero no decían ustedes hace dos semanas que el propio Beethoven era negro?

Nati S. Cumload: Claro que lo era, por eso su música es a veces tan rítmica y saltarina, que eso es muy de negros. Pero hace dos semanas no sabíamos que era un vendido al supremacismo blanco. Lo que le estamos contando ahora se nos ocurrió el otro martes.

Charlie Hardof-Hearing: No obstante nosotros somos partidarios de las culturas, no proponemos prohibir esta sinfonía, al menos de momento. Con poner un disclaimer a la entrada de los conciertos que anime a la gente de minorías oprimidas a gritar, berrear, batir palmas, y cantar mientras dure la música será suficiente. Igualmente ese disclaimer deberá ponerse en los discos y plataformas de streaming para que mujeres, gente racializada y LGTBQ+ esté advertida de que puede -y debe- proferir alaridos de todo tipo mientras escuche la obra en su casa. Chúpate esa, capitalismo opresor heteropatriarcal.