Usuario:DD/Aquiles y la tortuga

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Zenón de Elea explicando por qué se orinó encima.
Cita3.png¡Págame mis dracmas, maldito reptil con caparazón!Cita4.png
Aquiles persiguiendo a su deudor.
Cita3.pngCorre, corre, que la inflación cuántica me protege.Cita4.png
La Tortuga huyendo hacia un paraíso fiscal.

La paradoja de Aquiles y la tortuga es uno de esos experimentos mentales creados por la gente de la Antigua Grecia que claramente pensaban pero no experimentaban, una fumada matemática propuesta por Zenón de Elea para intentar convencer a la gente de que el movimiento no existe y que, por lo tanto, no tenía sentido levantarse a buscar trabajo.

El argumento central es que Aquiles, el guerrero más rápido, dopado y metrosexual de la Ilíada, nunca podría alcanzar a una triste y artrítica tortuga si le daba un poco de ventaja. La historia oficial dice que era una carrera amistosa y deportiva. La realidad histórica, descubierta en exclusiva por Inciclopedia, es que se trataba de un violento ajuste de cuentas por una deuda millonaria y un esquema piramidal fallido.

El conflicto

Para entender por qué un semidiós perseguiría a un reptil, hay que mirar más allá de las matemáticas y centrarse en la economía sumergida del Peloponeso.

Por un lado estaba Aquiles "El de los pies ligeros". Aunque la propaganda lo pinta como un héroe, en realidad era un ludópata con problemas de ira que gastaba su fortuna en cremas hidratantes para talones y depilación láser de pecho. Su motivación para correr no era la gloria olímpica, sino recuperar los 50.000 dracmas que le había prestado a la tortuga para invertir en "Bienes Raíces en la Atlántida" justo una semana antes de que el continente se hundiera. Aquiles corría descalzo, no por aerodinámica, sino porque se había gastado lo último de su sueldo en skins para su escudo, lo que plantea la duda razonable de por qué no se compró unas sandalias Nike Air Jordan decentes antes de lanzarse a correr por la grava.

Por el otro lado tenemos a La Tortuga, conocida en el bajo mundo como "El Moroso". Un animal cínico, lento y estafador que aprovechó las lagunas legales de la física para no pagar. Lejos de ser un animal inocente, la tortuga sabía que mientras Zenón siguiera hablando, ella tenía inmunidad diplomática matemática.

Zenón de Elea

Archivo:Zeno thinking.jpg
Zenón pensando en pendejadas en lugar de buscar novia o un trabajo honesto.

El artífice de este dolor de cabeza fue Zenón, un filósofo presocrático que dedicó su vida a pensar "pendejadas" (término técnico académico) por una sencilla razón: no tenía novia.

Mientras el resto de los griegos estaban en las fiestas dionisíacas divirtiéndose, Zenón se encerraba en su sótano a dibujar líneas infinitas. Los historiadores coinciden en que inventó esta paradoja principalmente porque era extremadamente tacaño. Se cuenta que usaba este argumento para no pagar a los taxistas: "Mire, auriga, para llegar a mi casa primero debe recorrer la mitad del camino, y luego la mitad de eso... así que matemáticamente nunca llegamos, por ende, bájeme aquí y no le pago nada". Su odio por el deporte y el movimiento físico era tal que prefería romper la lógica del universo antes que admitir que necesitaba ir al gimnasio.

La paradoja

La teoría que Zenón le vendió a Aquiles para que no atrapara a la tortuga (y de paso cobrar una comisión como consultor filosófico) funcionaba de la siguiente manera:

  1. Aquiles, echando espuma por la boca y blandiendo una factura impagada, le da 100 metros de ventaja a la Tortuga.
  2. Aquiles sale disparado. Cuando llega al punto donde estaba la tortuga, el animal ya ha avanzado 10 metros (probablemente riéndose).
  3. Aquiles recorre esos 10 metros, pero la tortuga ha avanzado 1 metro más.
  4. Aquiles recorre ese metro, pero la tortuga ha avanzado 10 centímetros.
  5. Aquiles avanza los 10 centímetros, y la tortuga 1 centímetro.

Según Zenón, este proceso se repite hasta el infinito. Siempre queda una distancia infinitesimal por recorrer. Por lo tanto, el movimiento es una mentira, tu vida es una ilusión y la tortuga se queda con el dinero.

Interrogantes lógicos

La comunidad científica ha ignorado deliberadamente las verdaderas preguntas que surgen de este escenario. Por ejemplo, ¿Por qué Aquiles persigue a la tortuga corriendo? Es el guerrero más letal de Troya. ¿No tiene un carro de combate? ¿Una lanza? ¿No podía simplemente tirarle una piedra desde lejos? Aparentemente, su cerebro muscular se apaga frente a la lógica de un reptil lento.

Además, si tanto le molestaba la ventaja, ¿por qué no empezó a correr antes? O mejor aún, ¿por qué la tortuga aceptó el desafío? Si le debes dinero a un tipo que mata troyanos para desayunar y usa los cráneos de sus enemigos como tazas, lo lógico es esconderte en tu caparazón, no ponerte a hacer footing en una pista de atletismo a la vista de todos.

Resolución del conflicto

Cansados de 2000 años de discusiones filosóficas absurdas y de matemáticos usando la palabra "asíntota" para parecer inteligentes en las fiestas, el equipo de investigación de Inciclopedia decidió recrear el evento para zanjar la discusión.

Contactamos a Aquiles (mediante una ouija) y a la tortuga (que ahora vive en las Islas Caimán lavando dinero). Se les colocó en una pista de tartán reglamentaria. Zenón fue revivido temporalmente para que hiciera de árbitro y gritara sus consignas sobre la divisibilidad infinita del espacio.

Al sonar el disparo de salida, Aquiles no se detuvo a calcular mitades. Tardó exactamente 0,4 segundos en alcanzar al reptil. No hubo paradoja. Simplemente hubo un sonido de crujido, un grito de "¡Devuélveme mi dinero!" y una patada que envió a la tortuga a la órbita baja terrestre. Zenón intentó explicar que eso era teóricamente imposible, pero fue silenciado rápidamente con un golpe de sandalia en la boca.

Conclusión: Aquiles ganó. La tortuga es sopa. Y Zenón debería haber salido más a la calle.

Véase también