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El Hundimiento: Prejubilaciones y Desastres Varios

Después de décadas de supervivencia basada en la extracción ilegal de carbón y el tráfico de explosivos, y tras una intoxicación masiva por grisú sufrida por el equipo de gobierno de turno en uno de sus habituales descensos a la galería para confraternizar con los mineros, se optó por echar el cierre a cuantas minas socavan los estratos subterráneos de la villa (con total seguridad, en unos años se hundirá irremisiblemente para desaparecer del mapa cual una Atlántida cualquiera), asegurándose así de eliminar cualquier posibilidad de resurgimiento económico o humano, en un claro intento de convertir los decadentes escenarios de Mad Max en poco menos que Disneylandia, en comparación con el desolador paraje resultante. Ello dio pie a una nueva figura, hoy clave para la comprensión del entorno social de Mieres y sus aledaños: El Prejubilado.

El prejubilado medio tiene un perfil claramente definido. A sus cuarenta y pocos tacos, ya ves tú, con abundante tiempo libre; escasos intereses culturales (personales y comunitarios); y una más que desahogada situación económica, supone el caldo de cultivo idóneo para el desarrollo de las actividades más frikis que imaginarse pueda (siempre y cuando sean compatibles con el desarrollo de un importante alcoholismo con derivación final en cirrosis terminal). Así, no duda en dilapidar los dineros de la familia en instrumentos lenitivos de su profunda crisis personal, como motos, tatuajes, caballos, libros de cocina y prostitución. (Hemos dicho que el alcohol quedaba ya sobreentendido). Pululan por las sidrerías con la mente perdida a partir de las once de la mañana, y se les puede ver deambulando por los establecimientos hosteleros hasta bien entrada la noche (máxime si juega el Sporting de Gijón o hay partido de la Champions), y ya hay quien los compara con la época dorada de los yonquis de la calle El Viciu, como nueva especie de fauna autóctona característica y pintoresca.

Bares, ¡Qué lugares!

Estos vienen siendo algunos de los principales locales de ocio de la villa mierense. Veamos, veamos:

  • Tornillos: Tristemente desaparecido, fue durante décadas el bar más glamouroso de toda la comarca, y posiblemente, del mundo. Su clientela, cuya edad media rondaba los 106 años, sería la viva prueba de los efectos conservantes del vino sobre la salud del Paisanu de Mieres (Homo Mierensis), de no ser porque las múltiples esquelas que adornaban su fachada solían corresponder a defunciones de parroquianos habituales. No obstante, se trataba sin duda de la tasca de vinorro más atractiva que jamás ha visto el mundo. No se permitía la entrada a las mujeres (o al menos eso parece).
  • La Buraka: Otro que pasó a la historia tras sufrir una invasión de rumanos que dio al traste con el ambiente asturtxale que lo caracterizaba. En su día fue un café musical frecuentado por las tribus agro-urbanas más alternativas de la cuenca minera. Sus parroquianos disponían de complicadísimas contraseñas y saludos secretos para reconocerse mutuamente, y en el interior del local celebraban aquelarres indies donde se escuchaba a todo trapo a Los Planetas y a Moby mientras se lanzaban a diestro y siniestro proclamas y soflamas pro-oficialidad del bable sin atisbo alguno de rubor. Paradigma del movimiento Anglomierense donde afamados músicos de la zona acostumbraban a departir alegremente sobre las últimas tendencias del Tentaciones y el Mondosonoro apoyando el codo en barra. Se dice que algún que otro concejal del PP solía dejarse caer por el lugar, atrincherado tras unas gafas oscuras y una gabardina estilo Dick Tracy, para disfrutar impunemente de su oculta pasión gafapastosa.
  • El Aramo: Local de gran solera y tradición que desde tempranas horas de la tarde daba cobijo a jovenzuelos ávidos de nuevas sensaciones que juegan al duru con premeditación y alevosía, mostrando un claro desprecio hacia la nueva ley del alcohol pretendida por la ministra Salgado para proteger a la juventud de los perniciosos efectos del fluido del deseo. Ambiente familiar y trato agradable.
  • La Cúpula: Letrina infecta y maloliente, antaño templo de peregrinación de bakalumbas y jovenzuelos de todos los pueblos aledaños, hogaño cloaca hedionda desértica repleta de escoria social. El símbolo vivo de la decadencia mierense. El último tipo que intentó entrar sin traje protector de titanio apareció lobotomizado y en calzoncillos frente al matadero municipal.Tenia 4 bares:maldegüeyu,mauso,chik y d´laton
  • El Arcos: Se trata de uno de los lugares más frecuentados durante el primer tercio de la madrugada. Su futbolín y sus botellas de Tiquela de minúscula calidad, pero con un precio sin competencia, le otorgaron un puesto fijo en la famosa noche mierense. Cabe destacar que Blas, el personaje de la serie “Periodistas” que antaño emitiera Telecinco, es su principal pinchadiscos, lo que sin duda da categoría al local. Fue reconvertido en lo que actualmente se conoce como Horus, pero cada año mantiene la tradición consistente en el habitual aumento de los precios y el tradicional descenso de calidad de las bebidas.Eso y la continua presencia de gandalla en su terraza
  • El Quórum: Cerrado actualmente.Cita clave en el devenir nocturno de los jóvenes mierenses, por ser uno de los pocos locales que conservan la otrora celebérrima Hora Feliz, si bien sólo tiene lugar durante un corto intervalo de la noche, que no obstante es tiempo más que suficiente para que los avispados clientes saquen el máximo rédito a la inusitada oportunidad económica.
  • El Bulevar: Anteriormente conocido como “El desván” (y anteriormente “Hardcore”, y anteriormente “Discola” y anteriormente "El Abeto"), es otro de los pesos pesados de la noche mierense. Por su ubicación, puede considerarse como el referente previo al Llagarón en el devenir de la noche. Su inenarrable parte superior da cobijo a espeluznantes comportamiento no describibles aquí por la posibilidad de ser leídos en horario infantil.Eso unido a su tremendo olor a orina le dan una categoria especial en la noche mierense
  • El Llagarón: Actual templo Supremo de Peregrinación de la más diversa grey de borrachines, pijeras, señoritas de moral distraída y otras hierbas. Alcanza su apogeo a partir de las cuatro de la madrugada, y el avanzado estado de intoxicación de la práctica totalidad de sus parroquianos proporciona situaciones delirantes por doquier. Se encuentra regentado por el Sheriff Supremo de la de los hosteleros que controlan con mano de hierro cuanto acontece en la comunidad, al más puro estilo de Chicago en los años de la Ley Seca. Cada año, su tradicional aumento en el precio de las consumiciones sólo es comparable al tradicional descenso en la calidad de las bebidas. Las camareras-cabareteras y los porteros furiosos y enfarlopados son sus principales señas de identidad. No obstante, se trata de una cita ineludible en la el itinerario básico de los sábados por la noche, y actualmente se trata del centro neurálgico de la vida social nocturna de la villa.
  • Baby´s: Discoteca farlopera por antonomasia, último recurso de borrachines y descerebrados varios cuando ya amanece y no quieren retornar a sus casas, o más frecuentemente, a la cárcel. A pesar de la necesidad de pasar por taquilla para entrar, suele acoger a un gran número de individuos zombis en su interior a partir de las seis de la mañana. No obstante, sus frecuentes cierres por quebrantos varios de la legislación vigente en materia de ruidos, drogas, prostitución y homicidios diversos (presuntamente, presuntamente).
  • Requejo: No se trata de un bar, sino de uno de los barrios más representativos del pueblín. En su famosísima plaza, sembrada de sidrerías, se reúnen, sobremanera durante los meses de verano, flora y fauna del más diverso pelaje. En las tardes soleadas es costumbre sentarse con un Biosolán o una clara y una bolsa de pipas gigante a criticar inmisericordemente a la gente que pasa y/o se sienta en las mesas aledañas. Desde luego, también es centro obligado de consumiciones masivas de Sidra en cantidades industriales, que suelen terminar con vandalismos diversos en el mobiliario urbano, batallas campales entre sidreros y consumidores, e injustificadas visitas a la Iglesia colindante para importunar al cura u orinar en la fachada.
  • L'Abellugu: Traducido del asturiano tradicional como "el refugio", el nombre no podría estar más acorde al lugar. Actualmente se considera el único búnker que puede salvar a la población mierense más tranquila y alternativa de las toneladas de ignorancia y drogas duras (¿de las drogas blandas no hablamos, eh?) que acechan tras la oscura cortina de la cuenca. Antigua sede oficiosa del Partido Comunista cuando los grises eran grisescorre la historia de que l'Abellugu dispone de artilugios singulares que permiten que los canis y otros extractos sociales similares vean una biblioteca del siglo XIX donde se sitúa la puerta de madera maciza que da acceso.
  • Vinaterías diversas: La última moda mierense; las calles se ven cada vez más atestadas por este tipo de establecimientos, cuyos avispados dueños parecen firmemente dispuestos a hacer acopio de todos los fondos mineros destinados a las prejubilaciones, arrebatándoles así gran parte del pastel a los Sidreros. Proto-snobs con aspiraciones yuppies, simpáticos ancianos borrachines de rojas narices y mileuristas veinteañeros sin complejos se dan la mano en estos recintos de esparcimiento, rioja y pincho de queso cabrales. Ante el total desconocimiento de la cultura vitivinícola por parte del mierense medio, frases como “Uno de esos de ahí” ; “El mío con hielo” o “¡El más caro, el más caro!” son algunas de las más escuchadas por los sufridos camareros.
  • Sidrerías diversas: Decididamente, el Santo y Seña de la cultura del ocio mierense. Desde bien tempranito, y hasta que las ordenanzas municipales lo permiten, se encuentran atestadas de todo tipo de clientes (en efecto, la mayoría prejubilados que suelen leer el Marca y La Nueva Aspaña en la barra e ingieren más o menos la mitad de su peso en sidra, mientras la muyer espera en la mesa tomando un cafetín). Sus económicos precios en restauración las convierten en el recurso más socorrido a la hora de solucionar la cuestión alimentaria durante los fines de semana. El fútbol y el paro son sus principales aliados. Los sidreros, antiguamente jefes supremos de la mafia chigrera, se han visto abocados últimamente a una guerra sangrienta contra los vinateros que intentan meter la cabeza en el negocio del atraco hepático. Rara es la semana en que un miembro de alguno de estos colectivos no aparece flotando descuartizado en una bolsa de basura río Caudal abajo. Misteriosamente, los cuerpos suelen desaparecer al llegar a la altura de [[Santullano]

Principales Festejos

  • San Xuan. (24 de junio). Semana de fiestas durante la cual los chigreros invaden la Plaza de la Libertad, (que durante el resto del año viene a ser la sede social de los yonquis que quedan vivos, nuestra más relevante especie en peligro de extinción) con inenarrables chiringuitos ilegales, en una clara invasión de uno de los espacios naturales protegidos del municipio. Durante la noche grande (paradójicamente, la más pequeña del año) se hace una hoguera en la plaza del Ayuntamiento. En su origen, la tradición consistía en arrojar sin contemplaciones al fuego al Alcalde y a todo su equipo de gobierno, en un sano ejercicio de renovación democrática anual, pero la costumbre se fue diluyendo y hoy solamente se arroja al concejal de Cultura y Deportes.Tambien hay fuegos artificiales y orquestes
  • Folixa na primavera (A principios de Primavera, claro): Fiesta pagana inventada por los comunistas para hacer frente a la religiosidad de las fiestas de San Xuan y rebañar media partida presupuestaria destinada a la Concejalía de Festejos para fomentar el asturianismo contratando a músicos irlandeses. Supone una exaltación del Nacionalismo Municipal, y durante unos días todo el mundo debe hablar en bable, comer fabes y llevar madreñes. A lo largo del año, en las sidrerías se recogen los posos de las botellas y los restos que se tiran al suelo y se van introduciendo en unos barriles que, durante esta fiesta, se ponen a disposición del sediento populacho de forma totalmente gratuita, lo que provoca no pocas situaciones de gran risa y comicidad,ademas de una cagalera continua habiendo cola en los servicios del parque,un sitio indigno,maloliente y humillante
  • Mártires de Valdecuna: En la mañana del 27 de septiembre, es costumbre que todos los mierenses mayores de 11 años se vayan al monte más próximo cargados de calimocho y licores diversos a enfilase como perros, en memoria de Cosme y Damián, dos simpáticos borrachines que, tras ser expulsados de todos los lupanares del pueblo, resolvieron trasladarse al monte para continuar allí la juerga, y fallecieron irremisiblemente tras quince días de borrachera continuada. El primer coma etílico de la mañana, gozosamente anunciado por la sirena de la ambulancia normalmente a eso de las ocho y media, es premiado con una caja de sidra por el alcalde. Otras costumbres del día son: chupar el helio de los globos de la fiesta para hablar como los pitufos, entrar en la Iglesia durante la misa para robar velas y lanzar al miembro más borracho del grupo ladera abajo para ver hasta dónde llega. Se dice que por la noche una orquesta ameniza la velada, pero nunca nadie lo ha podido comprobar, o recordar.
  • Antroxu: Se suele confundir con el carnaval, pero esto dista mucho de la realidad. en carnaval la gente se disfraza. En el Antroxu la gente se viste con el traje regional mierense (Mono de Hunosa,careta y porra). Algunos invasores de otras zonas creen que solo por coincidir las fechas es carnaval y se disfrazan, repugnando a los mierenses de bien y llevando hostias como panes. Como en buena fiesta se suele beber, lo cual unido a la disposición de la cremallera del mono provoca hilarantes episodios de incontinencia.