Oso cavernario

De Inciclopedia
Ir a la navegación Ir a la búsqueda
Oso de las cavernas. Contrario a la creencia popular, usaban las garras principalmente para rascarse la espalda.

El oso de las cavernas u oso cavernario, también llamado oso de las cuevas por las mujeres neandertales, fue una especie de oso pasado de moda que vivió en la época en que los osos vivían en cavernas y comían el alimento crudo.

Esta bestia es llamada el padre de todos los osos actuales. No tanto por su ADN, sino más bien por que si se viera con el oso más grande de la actualidad, le daría como a hijo.

Los osos de las cavernas vivían en tribus de osos como la especie dominante, mi abuela solía contarme esas historias de tiempos antiguos. Eran tiempos de paz en la tierra. Pero todo cambió cuando la nación del fuego atacó.

Ciclo circanual

El oso de las cavernas solía comer miel en la primavera, ir por salmón de las cavernas en el verano, alimentarse de frutas en el otoño, y dormir hecho un vago durante el invierno. Esto es relativamente igual que muchos osos actuales, la diferencia es que los trogloditas invadían su cueva durante la hibernación y se aprovechaban de los osos en más de una forma.

Usándolos como anfitriones involuntarios convertían la cueva en la pensión Angulo, abusando de los osos en casa, comida y... abrigo. Y lo peor es que no les hacían ver ni un euro. Así los pobres osos terminaban volviendo cada mes a cobrar la renta mientras los cavernícolas trataban de huir por la ventana que no tenían.

El oso sagrado

Debido a los hallazgos arqueológicos, se cree que los osos eran admirados como espíritus totems, o que incluso eran adorados como dioses reguladores de la naturaleza. Se han hallado osamentas dispuestas de forma peculiar en altillos dentro de cavernas con pinturas rupestres que indicarían la importancia de los osos en los rituales de hombría de los jovencitos, y en el debut sexual de las jovencitas. En teoría, esto se habría convertido luego en las primeras religiones totémicas de Europa. Pero la verdad es que los osos dirigían su propia religión en la que fungían como sacerdotes de los ingenuos humanos. realizando rituales tan útiles para la vida como bautizos de bebés, comuniones y misas de honras. Fue el único modo que hallaron para poder cobrar la renta.

El ataque de la nación del fuego

Sucedió una mala tarde en que el sacerdote Osuna le decía a una cavernícola que había ido a confesarse: "Si tu marido no te quiere, mejor tú dale banda". Esa situación se esparció como peste congoleña y al marido, que estaba en la logia de los Búfalos Mojados con los cuernos puestos, se le ocurrió que sería buen idea inventar el fuego. Para que las antorchas sirvan para algo, que como adorno ni bonitas eran.

Así fue con sus amigos y varias antorchas a reclamar una satisfacción al sacerdote Osuna. Él culpó a la mujer diciendo que ella era la rompe corazones y que se acostumbró a que la perdonen. Por eso iba tanto a confesarse. Los hombres, satisfechos con la respuesta fueron y quemaron a la mujer. Por bruja.

Entonces los osos decidieron que era mejor alejarse de los humanos, pero tropezaron con alguno que otro incendio forestal provocado por los n00bs de las antorchas. Y para agregar ironía a la injuria, aunque no se había inventado el extinguidor, se extinguieron.

El último oso de las cavernas

El último oso cavernícola.

Este fue un singular oso, que a fuerza de ser el último de su especie, se vio obligado a convivir con los humanos. Entre ellos, su diferencia de fuerza era tal, que aquel fue conocido como un superhéroe de la antigüedad. Aunque siempre tuvo que mantener su identidad en secreto.

Otras bestias prehistóricas