Franz Liszt

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Franz Liszt
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Tocaba tan enérgicamente que no ganaba para pianos.
Personal
Nacimiento Defunción Un pueblucho de Hungría

En Wagnerlandia, Alemania

Estado actual Momia
Lugar de residencia En las mejores camas de Europa
Sobrenombres El playboy del piano, el melenas.
Su obra
Se dedica a Destripar pianos y componer música
Origen Una familia de currantes
Hazañas logradas Inventar el poema sifónico y profetizar la incomprensible música de siglos posteriores.
Relaciones Muchas, ni Flavio Briatore le gana.
Enemigos Johannes Brahms, Robert Schumann.


Poderes El movimiento de sus dedos seducía por igual a sus audiencias y a las mujeres.
Objetos Piano, sotana.

Franz Liszt (Raiding, Imperio austríaco, 22 de octubre de 1811 – Bayreuth, Imperio alemán, 31 de julio de 1886) fue un compositor romántico y un pianista loco.

Orígenes

De joven estaba de buen ver y era considerado un Bradd Pitt del piano

Sus antepasados eran siervos y esbirros de la poderosa Casa de Esterházy, los mismos tipos que tenían en nómina a Haydn, en calidad tanto de compositor como de limpiabotas. El bisabuelo de Liszt era un hombre muy viejo, su abuelo era capataz en las fincas de sus amos y, cuando no estaba ejerciendo de activista en pro de la explotación de aquellos que allí trabajaban, tocaba el piano, el violín, el órgano y la flauta de carne. Su padre hacía más o menos lo mismo, tocaba el violín, el chelo, la guitarra y se tocaba los cojones. Alguna vez hasta actuó con Haydn, haciendo un dúo de tocamientos. Aunque el apellido originario de la familia era List se lo cambiaron a Liszt, para dificultar su pronunciación a los demás y así echarse unas risas.

Primeros años

Liszt es uno de los símbolos nacionales de Hungría. No obstante resulta curioso, pues si bien el pueblucho en el que nació en una familia de gañanes de aquella pertenecía al Reino de Hungría, en él no hablaba húngaro nadie, ni siquiera el cura y el maestro, y todos, Liszt incluido, hablaban alemán. Es mas, en toda su puñetera vida Liszt aprendería varios idiomas, pero ninguno de ellos fue el húngaro, y su cultura fue en todo germana, comiendo de continuo bratwurst y choucrut. Lo único alemán que no probaba es la cerveza, pues le parecía una mariconada pudiendo pimplar buen coñac.

Como su padre deseaba salir cuanto antes de ese poblacho que consideraba un auténtico estercolero, puso al niño al piano a ver si resultaba que tenía un nuevo Mozart, cosa que se puso de moda a partir de lo que hiciera el infame Leopold Mozart con su hijo y que llegó casi hasta nuestros días (es el caso del infame Joseph Jackson y su hijo Michael). Así es como comenzó a ser exhibido como una atracción de feria a lo largo de diversas localidades hasta que sus pasos le llevaron a Viena, la ciudad de la música. Se cuenta que allí tuvo ocasión de conocer a Ludwig van Beethoven quien asistió, ya sordo, a un concierto suyo, con lo que en el mejor de los casos no se enteraría mucho del tema. Se dice que el viejo maestro subió al final al escenario, donde plantó un baboso beso al muchacho delante de todos e hizo favorables previsiones para su futura carrera. Liszt presumiría de esto hasta el final de sus días, pero dado el carácter baladrón de que siempre hizo gala, es más que posible que la anécdota fuera falsa y el baboso beso que en sus fantasías más abyectas deseaba haber recibido no fuera mas que una invención de su portentosa imaginación. Sí podemos afirmar que Liszt durante esta época estudió con un discípulo de Beethoven, un tal Czerny, conocido por traumatizar a legiones de niños aspirantes a pianistas con sus infumables obras de estudio, que pudo pasárselo bomba experimentando crueles ejercicios técnicos sobre su talentoso y joven alumno.

París

Después de pasarse la adolescencia fornicando de cama en cama dando giras de conciertos por diversas ciudades, Liszt se instalaría en París, donde simpatizaría tanto con los incipientes movimientos protosocialistas como con la Iglesia Católica, lo cual le llevó a ser un curioso especímen: una especie de beatillo podemita. Tal era el batiburrillo que tenía en la mollera que, si hubiera vivido hoy día, lo más seguro que se hubiera hecho hipster.

Tras asistir a un concierto de Paganini, muy impresionado porque las groupies le lanzaran a ese ser que se decía poseído por el Demonio sus sujetadores y enaguas (sujetadores y enaguas de las gropuies, no del Demonio), decidió ser en el piano aquello que Paganini era en el violín, pues el fetichismo con la lencería era sin duda una fuerte motivación para él. Esto le llevaría a enfrentarse en un duelo pianístico a Thalberg, el otro gran virtuoso del momento, duelo que ganaría Liszt por aclamación del sobornado público asistente.

Durante esta etapa se haría amigo de Frédéric Chopin, quien despertaría en Liszt el interés por hacer música más allá de aporrear teclas más rápido que nadie. Liszt por su parte, gustaba de humillar a Chopin tocando los Estudios para Piano de este último mucho mejor de lo que hacía él mismo. La amistad se enfriaría desde el momento en que Liszt utilizó, sin permiso del genial compositor polaco, el piso de Chopin como picadero para zumbarse a Marie d'Agoult. Chopin se encontraría allí, para su sorpesa, ropa interior femenina desparramada por la sala de estar (esa manía que tenía Liszt con la lencería...). Cuando Chopin se murió, Liszt escribió un aburrido libro de carácter burdamente hagiográfico sobre su amigo, tratando así en vano de limpiar su conciencia.

También en esta época tuvo un rollo con una actriz y "cortesana" llamada Lola Flores, o Montes, o Montez o... bueno, que sí, que la montaba.

Giras como Virtuoso

La belleza es efímera, y de viejo parecía más bien la bruja piruja

Fue en este momento cuando se dieron sus mayores baladronadas, presumiendo delante de los poderosos de hazañas que nunca había realizado. Es sabido que presumió, siendo mentira, delante del Zar de haber cenado con el emperador de Austria, quien, por no ser menos, le invitaría a su vez a cenar; una vez en Austria ya sólo tuvo que contar que había cenado, como ahora en efecto era cierto, con el Zar, invitándole para no ser menos el Emperador. De esta manera gorroneó a ambos la cena y se quedó tan ancho. Este episodio cuyo centro es el hecho de comer gratis por la jeta en mesas servidas por los mejores chefs, probablemente le haya inspirado la magnífica Rapsodia Española, dado que esta tendencia al gorroneo gastronómico es el mayor símbolo de identidad del pueblo hispano.

Más famoso en su tiempo de lo que en su día serían Julio Iglesias y Justin Bieber, despertaba gran interés por donde iba, y consiguió, para su satisfacción, que todavía le fueran arrojados al escenario más sujetadores que a Paganini y que las jovencitas se desmayaran durante sus conciertos, anticipándose en un siglo a los Beatles y los Rolling Stones. Su virtuosismo serviría también de inspiración para los célebres personajes de animación Tom y Jerry.

Ya instalado en Weimar, la princesa Carolyne zu Sayn-Wittgenstein (quien se lo tiraba) terminó por convencer a Liszt de que dejara de hacer el payaso para lo cual abandonó su carrera de virtuoso, conviertiéndose desde entonces en un gran compositor, inventando géneros musicales descacharrantes, como el Poema Sifónico o el género bobo.

Wagner

Poco tiempo después conoció a Richard Wagner, quien se dedicaría a sablearle y aprovecharse de él igual que hacía con todo el mundo. Liszt se mostró muy dócil, estrenó las obras de Wagner, y se limitó a sonreir mientras este le copiaba varios de sus temas. Wagner correspondió a la generosidad de su benefactor mirando con ojos tiernos a Cosima, hija de Liszt y Marie d'Agoult. Aunque no venga al caso lo diremos, Cosima fue concebida, seguramente, en el piso de Chopin.

La amistad entre ellos pasó por un bache cuando Wagner ya procedió sin más miramientos a cepillarse a Cosima y, lo que es peor, cuando la convenció de que se convirtiera al protestantismo para que así ésta pudiera divorciarse del cornudo Bülow y poder ambos casarse (Wagner y Cosima, se entiende). Liszt estuvo una temporada enfurruñado, pero cuando Wagner le invitó a coñac, hicieron las paces y pelillos a la mar.

Últimos años

Como meapilas que habíamos dicho que era, recibió las órdenes sacerdotales menores en paños menores y habiendose hecho franciscano, mas todavía amancebado con la Wittgenstein, se dedicó a componer píos corales que compaginaría con piezas musicales más raras que la madre que lo parió, al punto que alguna terminaría por aparecer en películas de Stanley Kubrick. En una de estas piezas, La lugubre Gondola, anuncia proféticamente la muerte de Wagner en Venecia, que sucedió tal cual parecía sugerir musicalamente esta pieza. Mas, cuando parecía que por fin Liszt se había vengado de su yerno, éste se tomaría la revancha desde el más allá: Liszt murió tras coger una pulmonía en un tren mientras viajaba para asistir a una ópera de Wagner. "Cabronazo" fueron sus últimas palabras, refiriéndose al genial autor del Tristán.

Algunas obras...

  • Sonata para piano en si menor: basada en muy pocos elementos musicales, se ve que no le apetecía pensar, pero sin embargo la cosa no se repite como si fuera reggaeton.
  • Vals Mefisto: Mefisto, pecador, cobarrlde.
  • Sinfonía Dante: una soundtrack para La Divina Comedia. Ni por esas logró que hiciera gracia.
  • Los Preludios, poema sifónico: originalmente titulado Los Preliminares. Censurado por el editor.
  • Rapsodia Húngara nº2: cuya interpretación más célebre se debe a Tom y Jerry.
  • Años de Peregrinaje: sobre sus infortunadas experiencias haciendo el Camino de Santiago; le robaron la cartera, el zurrón y por poco le zurran.
  • Estudios de ejecución trascendental: muestra de su repulsa a la pena de muerte.
  • Liebesträume (trauma de amor): mejor no preguntar.
  • 22 de octubre Personaje histórico (ver todos aquí). ☀️ ☠️
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