Plaga de jebis en Rusia de 2007

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Isidisi.jpg ¡¿Qué paso, tronco?! Esto es mejor que cuando Los Maiden tocaron en el 85´ en Río o que un solo de Yngwie Malmsteen. Así que si no te gusta vete corriendo a contárselo a tu abuelita, a lo mejor ella sepa mejor que tú.
Los jebis, bien apretaditos.
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Iósif Stalin sugiriéndonos que le resucitemos.

La plaga de jebis (jevis, metaleros, esos que escuchan heavy) en Rusia de 2007 comenzó a desarrollarse a principios del verano de 2006, en ese país tan grandote que hemos nombrado anteriormente. La plaga empezó a ser importante a partir del verano de 2007, cuando las ciudades rusas se vieron repletas de estos seres que agotaban las reservas de alcohol, especialmente la cerveza y el vodka. Tras un verano que algunos periodistas califican de "el más metálico de la historia", la plaga pareció atenuarse a finales de septiembre de 2007, al no quedar alcohol ni en los hospitales. Sin embargo, la abundancia de estos personajes aun fue anormal durante los tres siguientes meses, tiempo el cual les duró los efectos del alcohol consumido. Solamente tras la llegada de las resacas y del duro frío invernal terminó definitivamente. El protagonista de la plaga fue el jebi (Homo Sapiens Metalicus)

El jebi

Artículo principal: Jebi

El jebi (también llamado metalero, o jevi) es una subespecie de los humanos que se distingue de los demás miembros de la especie por rasgos muy metálicos. Este, concretamente, es originario de Europa, y no es igual a los rockeros, que habitan preferentemente en América, ni a los esquimales (aunque las diferencias son tan sutiles que solo pueden distinguirse al compararlos definitivamente).

El jebi es una de las especies de mayor tamaño: longitud (incluida la melena) de hasta 195 centímetros, peso de hasta 130 kilogramos. Su aspecto es variable respecto a la muestra analizada, cumpliendo siempre la posesión de una larga melena, cerveza en mano, y pelos en pecho. El jebi es estrictamente alcoholívoro, pero en casos de necesidad puede comer cualquier tipo de ser vivo, salvo aquellos seres vivos que le pueden resultar tóxicos (por ejemplo, las verduras).

Suele refugiarse en locales oscuros, dotados con música proveniente del mismo infierno, billares mohosos y sillones acondicionados para soportar las largas y duras resacas. Un par de motos Harley Davidson suelen ser el identificador de estos locales, al no poseer de ningún tipo de cartel que anuncie su nombre (y, de poseerlo, queda oculto tras la suciedad).

Aunque los machos pueden llegar a ser territoriales, esta subespecie tan solo ataca cuando se sienten amenazados. Si bien son difíciles de detectar, las hembras tienden a ser más violentas que los propios machos, llegando a arrancar las orejas de las hembras de otras subespecies que se aproximan a sus machos. No obstante, los machos y las hembras nunca llegan a tener crías, ya que antes de que suceda esto, el o la jebi sientan la cabeza.

Su actividad no se regula por el sol, aunque bien es cierto que estos se sienten más cómodos a altas horas de la noche, cuando la música metal y la luna llena se juntan, creando un efecto mágico, el jebi-lobo [cita requerida]

Pueden trasmitir enfermedades al resto de seres humanos como los piojos, tanto por contacto directo como con partículas de polvo que estuvieron en contacto con el animal o sus heces (que no son pocas). La plaga ha podido ser la causa del 95% de casos de piojos en Rusia, reconocidos oficialmente por la Junta de Piojos Rusa. Desde esta misma junta se ha pedido a los rusos que quemen todo peine que haya sido usado por un jebi o similar.

Causas de la plaga

Las causas de la plaga de estos seres son una suma de factores que ha metido de lleno al país de Rusia en la miseria, especialmente en los ámbitos musicales, alcohólicos y sanitarios. El invierno ruso, caracterizado por congelar hasta a los nazis más insistentes, fue en 2007 un invierno suave, para nenas, reduciéndose el número de nieve que caía, el número de muñecos de nieve que se hicieron, y la felicidad de los niños rusos. El invierno dio paso a la primavera, que continuó con unas temperaturas superiores a la media, lo que hizo que las flores se pudrieran en pocos días. Todo esto propició la venida masiva de miles de jebis que normalmente no se acercan a Rusia en invierno debido al frío (recordemos que su indumentaria de invierno se basa en un chaleco de cuero), y tampoco visitaban dicho país en primavera, con tantas flores por todos los lados.

Se ha señalado, asimismo, como causa de la proliferación de los jebis, la expulsión del país de grupos de música como los Jonas Brothers y Hanna Montana, los cuales resultaban especialmente nocivos para esta subespecie.

Extensión del jebi por Rusia

¿Qué mejor para esta sección que unas explicativas imágenes?


Consecuencias de la plaga de jebis

Desde cualquier punto de vista del que se mire, el aumento de jebis por metro cuadrado tiene efectos perjudiciales, pero también algunas consecuencias beneficiosas; por ejemplo, al ser una subespecie ciertamente territorial, su presencia acaba con ciertas tribus urbanas de mal ver, como pueden ser los emos, los punkis, los frikis e incluso los Pokémon de tipo bicho. Algunos investigadores han llegado a afirmar que "La abundancia de jebis en Rusia este año ha contribuido a limpiar la calle de gentuza de todo tipo". Además, tienden a contribuir a la música con solos de guitarra y batería celestiales a la par que infernales.

Sin embargo, como se ha visto, también tienen sus efectos nocivos: uno de los más preocupantes es que estos grandes animales pueden ser vehículo de transmisión de enfermedades que afectan tanto a los animales con los que conviven como a otros seres humanos. Concretamente, son conocidos por ser huéspedes de clanes enteros de piojos, y portadores de diversas enfermedades venéreas, además de la rabia, el tétanos, y la anorexia.

Por otro lado, aunque parezca sorprendente, la abundancia de estos seres favorece enormemente a sus principales predadores, los peluqueros. El problema surge cuando los jebis emigran o son atacados por la alopecia, porque los peluqueros ya se encuentran acostumbrados a la cantidad de pelo que consumían con la abundancia de la cabellera jebi, y tienen que rebanar cabellos a todo aquel que vean. En resumen, si crece el número de jebis, crece el número de peluqueros (los cuales se alimentan de pelo) y tarde o temprano centrarán su búsqueda de pelo en otros animales, provocando numerosos enfados en los ciudadanos de a pie.

Consecuencias para la sanidad

Los seres humanos son los animales que más problemas causan al resto del mundo, además que son el hábitat natural de numerosos virus, parásitos, maldiciones... entre ellos, los jebis son de los más peligrosos, debido a que en una sola de sus largas cabelleras pueden llegar a habitar el número de personas que no se lava las manos después de ir al servicio, pero en piojos.

¿Y es que nadie piensa en los niños? Toda esta plaga se sucedió en una Rusia llena de niños y adolescentes, los cuales han sido testigos de la degradante aparición masiva de jebis. Al llegar a parecer simpáticos, los niños se acercan a los jebis con total impunidad, a lo cual estos responden ofreciéndoles alcohol. Son numerosos los niños que han tenido que acabar en clínicas de desintoxicación, y otros varios a centros de reformatorios, para quitarles esas metálicas ideas de la cabeza que le han metido los jebis. Y el riesgo no solo está en la interacción niño-jebi, ya que además los niños corrían el riesgo de infectarse de las enfermedades ya mencionada por medio de las heces que los jebis depositaban en los parques, e incluso por ver a un jebi en la televisión.

Consecuencias para las tabernas

El jebi es considerado el tercer vertebrado que más litros de alcohol puede consumir por hora, por detrás de el elefante indio y el alemán promedio. Como se ha dicho antes, su dieta se compone de zumo de cebada, aunque pueden beber todo aquello que tenga graduación alcohólica, llegando a tragarse perfumerías enteras. La plaga del 2007 parece haberse iniciado en uno de los bares más seductores de la ciudad de Moscú, el bar Tío Иосиф Сталин, y se ha extendido por el resto de bares y tabernas de toda la bella Rusia. Se ha estimado, osease, se ha inventado el dato de que hay más de 500.000 rusos que entraron en depresión, debido a la vacías despensas de alcohol. Rusia llegó a otorgar parte de su país a China para poder adquirir alcohol barato para mantener felices a sus ciudadanos.

Consecuencias para la música

El ámbito musical fue uno de los aspectos rusos que peor acabaron. Rusia, conocida por sus hermosos ballets, quedó intoxicada por gritos guturales, guitarras embravecidas y baquetas de batería. Una lástima, sin duda.

Combate de las plagas

Para todos los gobiernos, lo principal para combatir este tipo es actuar lo más rápido posible, con la misma velocidad que se pincha la última salchicha del plato; pero los rusos siempre están demasiado distraídos bailando ballet y preparando armamento en secreto, por lo cual la plaga se le vino encima.

Medidas preventivas

Esto es lo que los rusos no hicieron. Para detener una plaga, hay que cortarla de raíz. En este caso, debían haberse prohibido la entrada de los jebis en las fronteras, bajo pena de pelo rasurado (eventualmente Kerry King iría y vendría de Rusia como Pedro por su casa). Si insisten, a base de francotiradores habrían acabado rápidamente con cualquier plaga. Si es necesario, también se les puede ofrecer cerveza con cianuro en la entrada; todo sea para prevenir la plaga.

Otra buena medida es la de ayudar a los enemigos naturales de los jebis, los peluqueros, dotándoles de numerosas armas nuevas, sueldos más altos, y medallas de honor a todos aquellos que eliminen a un jebi de la amada Rusia.

Si hace falta, se deja de hacer cerveza y vodka, y se sobrevive a base de vino, ya que es dañino para los jebis por el precio de dicho alcohol. Sí, a nadie en Rusia le gusta el vino, pero menos les gusta ver a los jebis paseando como en su casa, ¿verdad?

Trampeo

El trampeo del jebi es algo sumamente sencillo, ya que cuando se encuentra en estado de ebriedad es un animal incapaz de andar, moverse, y a veces respirar. El modo más efectivo es colocar guitarras eléctricas o baterías dentro de jaulas, para que en cuanto el jebi (o con suerte, los jebis) entren en la jaula, esta se cierre.

Otro conocido método es conectar el último CD de Metallica a una corriente eléctrica; son muchos los jebis que hay que recoger muertos alrededor de dicho CD.

Quema de guitarras

¡PECADO!

En el año 1720, el zar Pedro #1 prohibió la quema de guitarras en todos los territorios donde él pudiera mandar a la gente bailar, y estos debieran obedecer (osease, toda Rusia y Brasil) ya que desde hacía tiempo tenía ganas de imponer una ley absurda, y esa fue la primera que se le ocurrió. Sin embargo, debido a la plaga, numerosos ciudadanos de a pie pidieron poder volver a quemar guitarras para minar la moral de los jebis. El gobierno ruso les dijo que no, que eso era destruir las antiguas leyes, pero dichos ciudadanos de a pie se pasaron la prohibición por el cascanueces.

Tras unas semanas filmando dicha práctica (a modo de Reality Show), quedó claro que ciertamente la quema de guitarras produce locura transitoria en los jebis que presencian dicho acto, pero esta acaba simplemente cuando devoran el hígado de aquel que combustionó el instrumento musical. Después de esto, el jebi puede morir, o caérsele el pelo y convertirse en una persona normal (ya que la bilis de los rusos es un elemento reconocidamente mágico).

Aunque algunas personas consideraron que era un método muy efectivo contra los jebis (especialmente las suegras de los que realizaron la prueba), la mayoría de los rusos lo consideraron ineficaz, ya que los jebis acaban comiéndose un hígado que perfectamente podrían haberse comido ellos. La mayoría de los rusos prefieren comerse ellos esos hígados a acabar con la plaga de jebis, sin duda alguna.


Medidas musicales (uso de música Disney)

El empleo de la música de Disney es un arma de doble filo, ya que puede dañar tanto a jebis como a personas normales. Sin duda, hay que pensárselo ocho, nueve, diez o once veces antes de realizar esta técnica para combatir la plaga. Ciertamente, los grupos Disney son baratos de contratar (un bocata de jamón y un refresco es suficiente), pero deben seguirse unas normas de seguridad para proteger a todos aquellos que no son jebis: seguir su manual de instrucciones, no superar las dosis recomendadas de música Disney y entrenar a aquellos que vayan a ser los héroes que manejen a estos grupos.

Existen dos tipos de música Disney, las de efecto inmediato y las de efecto retardado. La música de efectos inmediatos (la cual suele ser de grupos pop Disney) funcionan al instante, eliminando por completo al jebi en unos pocos segundos, pero son peligrosísimos, ya que pueden intoxicar también a otros seres humanos, e incluso a animales y a piedras. Además, el jebi suele fallecer cerca del grupo de música, entre aullidos de dolor, lo cual ahuyenta al resto de sus compañeros. Estos grupos son muy tóxicos, y es delito usarlos a la mayoría. Uno de los pocos permitidos es el grupo Jonas Brothers, siempre que sea manipulado con alguien que sepa lo que hace, y no tenga miedo a la muerte.

La música de efecto retardado (bandas sonoras de películas Disney, por ejemplo) son más apropiados contra plagas de jebis. Es más, la música elegida por el gobierno ruso fue la banda sonora de La Bella y la Bestia. Esta música actúa en el cerebro de las personas poco a poco, amasándolas, provocando hemorragias internas. Los jebis acaban por convertirse en alegres colegialas, pero sus compañeros no son conocedores de que le ha producido eso, por lo cual no temen a la música de efecto retardado. Sin embargo, es una música que puede afectar a todo el mundo (con esta música se llegó a perder todo un pelotón de infantería ruso), así que hay que colocarla en lugares solo accesibles para los jebis; sus putrefactos locales.

La música Disney acabó con la mitad de los jebis; pero también con la mitad de los rusos, por lo que se tachó de ineficaz.

Fin de la plaga

Como se ha dicho al principio del artículo, la plaga detuvo su crecimiento cuando se acabó el alcohol, y finalizó por completo cuando el invierno despojó de las borracheras a los jebis, que marcharon en masa a otros países. Otros investigadores afirman que el fin de la plaza fue intervención de un gran hechicero, pero eso ya es otra historia.