Diferencia entre revisiones de «Zootopia»

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Al llegar a la ciudad, la coneja se encontró con roedores financieros que necesitaban masticar para aliviarse de las acciones. Al llegar a su departamento encontró unos molestos vecinos en la propiedad horrible que compartía; de más está decir que le incomodaban los gritos silvestres que ellos producían [[sepso|por alguna razón]]. Aún así, se mantenía optimista en cuanto a su futuro en la ciudad.
 
En su primer día como <del>repartemultas</del> policía "[[mentira|de verdad]]" conoce a otro Guepardo (un secretario malpagado que se ponía el filtro del humano en Snapfurchat). Y no, no es [[Wolverine|el de Marvel]] porque Disney en aquella época no había comprado a [[Fox]] (qué bellos tiempos). Y hablando de zorros, mientras Judy se dedicaba a repartir multas, conoció a un zorro llamado '''Nick'''. Nick le advierte que Zootopia no es el paraíso que ella creía donde todos los animales conviven en paz, bailan cumbias y cantan "[[El Rey León|Hakuna Matata]]". Que todo es injusto, que los sueños sólo se cumplen en las películas y que deje de pegarse... en el cemento. Porque Judy terminó pisando cemento fresco para completar su [[sarcasmo|buen]] día. Al regresar a su departamento, Judy se deprime y la radio no la ayuda; así, con la música "[[R.E.M.|Everybody Hurts]]" de fondo, cenó una micro-zanahoria (no, no hablamos del miembro de {{NOMBREUSUARIO}}) y tuvo que aguantar a sus padres diciendo "¡Repartemultas!" sin parar desde el celular. Pese a todo, Judy seguía siendo optimista, y dijo que mañana sería otro día; los vecinos de al lado gritaron que sería aún peor ¬.¬
 
Al día siguiente se da cuenta de que los citadinos la odian por repartir la sanción más penosa <del>y robarse sus impuestos</del>, y que nunca será la peluda policía que siempre soñó... Hasta que en una ráfaga de adrenalina persigue a una comadreja rara que robó unas cebollas y lo encierra en una dona gigante; lo único que le costó fue destruir la mitad de la ciudad. El ladrón sería absuelto unas horas más tarde. El jefe de Judy, molesto porque no bajaba las orejas ante las súplicas del pueblo (es una orejona, qué esperaban), la despide [[por mis cojones|por sus cojones]]. La coneja objeta que eso es despido arbitrario o no sé qué [[mierda]], y el jefe, para evitar una denuncia, la manda a investigar el paradero de una nutria que [[a nadie le importa]]; si fracasaba, sería despedida porque sí. Judy acepta el desafío; no obstante, el expediente del caso estaba tan vacío como el cerebro de [[Baloo]]. Lo más notorio que encontró fue a Nick vendiendo [[helado]]s de manera sospechosa. Para sumar la tensión, le otorgaron un plazo de 48 horas para hallarlo (porque esa es la cantidad de horas que te protege [[Inserte título aquí|<inserte marca de desodorante que no sirve aquí>]]).
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