Usuario:UnMariachiRaro/Hotel
¡Na! ¡Otra vez los camiones infinitos! ¡Yo renuncio!
¡Puta madre otra vez se acabó el queso infinito!
Pues yo me lo he pasado fatal,
Hilbert era un primo lejano de Borges que construyó un hotel infinito. Sospechosamente, cada cuarto estaba en forma hexagonal, guardando en cada pared una litera de libros. Este hotel es infinito, y siempre puede haber una habitación para mí, para ti, y no sé cuántas para tu madre.
Planteamiento del problema
Pues supongamos que el hotel infinito ya está,
Historia
Pues un día a Hilbert se le ocurrió hacer un hotel infinito, sin pensar que contrajo una deuda infinita e impuestos infinitos, un idiota si me lo preguntas. Inauguró el Hotel y apenas se ocuparon 100 habitaciones.
Hilbert tenía un plan trazado para casos extremos, y tuvo varias charlas con la recepcionista, una universitaria de 19 años tímida, seria e insegura de sí misma. No queremos insinuar nada de Hilbert con estos datos.
Los primeros en ir al hotel fueron los chinos, tan vastos como las bacterias y la vida microbiana. Pues ahora se habían excedido, porque fueron infinitos chinos. La recepcionista tenía dos problemas: No entenderle a los chinos, y no tener habitación para cada uno. Justo, recordó las conversaciones con Hilbert. "Más despacio, no, con más cariño..." y una idea se vino a su mente. Tomó el micrófono y dijo:
"Los 100 que están ocupando habitaciones, desalójense, hay aviso de sismo". Los chinos no iban a entender, y los primeros 100 corrieron despavoridos, desocupando las habitaciones.
Entonces, la recepcionista repartió los números de habitaciones a los chinos. Y nunca se iba a acabar. Los putos chinos eran muy pacientes, y el último de la fila podía esperar hasta la vejez si quisiera, con tal de quedarse en el hotel.