Usuario:UnMariachiRaro/Papelera

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Aquí se encontrarán los artículos que desecho. No me gusta borrarlos, aunque sean la peor basura.

Con este me pasó que no sabía que tenía artículo, así que ahora lo dejo abandonado lol.

HOTEL INFINITO

Cita3.png¡Al infinito, y más allá!Cita4.png
Hilbert con este hotel
Cita3.pngPuta madre, otra vez nos van a recorrerCita4.png
Cliente molesto con el movimiento constante del hotel
Uno de los precursores del hotel infinito.
Cita3.png¡Dios mío! ¡Debemos impuestos infinitos!Cita4.png
Contador volándose los sesos con las finanzas infinitas del hotel
Cita3.pngYo me lo he pasado horrible siendo el mesero. Me llamaron al piso ∞3 y todavía no termino de llegar a la habitaciónCita4.png
Camarero frustrado porque no le dejan usar el elevador
Cita3.pngSiempre que voy, procuro pedir la habitación con vista al espacio para disfrutar el paisajeCita4.png
Huésped con cáncer terminal. El hotel se desligó del suceso

David Hilbert era un primo lejano de Borges que mandó construir un hotel infinito, con cuartos hexagonales, juegos de azar y mujerzuelas. Comenzó la obra desde 1929 y hasta hoy, se sigue ampliando con más pisos. El hotel, ubicado actualmente en las tierras vastas e infinitas del Vaticano, hospeda a infinitas personas en el mundo, principalmente chinos. Famoso por su lema: "siempre hay una habitación para usted y no sé cuántas para el culo de su madre", el hotel presume de las bondades del infinito, y su capacidad récord, que a la fecha se ha roto, ni en las viviendas más verticales de Chile.

Planteamiento del problema

Pues supongamos que el hotel infinito ya está,

Historia

Planeación

David Hilbert, un popular desempleado matemático y arquitecto alemán, cansado de que su vida fuera infinitamente aburrida, se buscó el trabajo de su vida en la recién fundada ciudad del Vaticano en 1929 ya que "solo Dios sería capaz de entender mis objetivos", un pensamiento distintivo de los alemanes para la posteridad. Poco tiempo después, comenzó a bosquejar los planos y llamó a infinitos cartógrafos e ingenieros para diseñar las instalaciones. La ardua labor, se terminó en 1931, y se conformó un equipo de infinitos burócratas para tramitar los infinitos permisos necesarios. Los trámites fueron rápidos, bastó con rezar un padre nuestro por cada empleado, y así Dios les otorgó el permiso, con la condición woke de integrar personas de todas las culturas e idiomas.

Periódico de la época describiendo una vacante para el hotel infinito

Nudo

David Hilbert, dio nombre a este proyecto como "Dierr Hotenen Infiniterr", bajo el nombre de su empresa Hotelmundohipermegacuartos. Solicitó varios préstamos infinitos, prometiendo a los bancos infinitas ganancias, y así logró financiar el hotel. Cuando inició la construcción en 1932, la compra de los materiales generó una crisis del hormigón, que actualmente sigue permeando en los precios de la vivienda. Aunque el hotel generaba muchísimos empleos, también generó infinitas necesidades, culpables de toda la porquería económica de hoy.

Inauguración

Hilbert por último, contrató a la recepcionista Gracielita, 19 años, tímida, callada e insegura(Referencia: no queremos insinuar nada de Hilbert con estos datos), pero bastante lista con los números.

Poco tiempo después, se inauguró el hotel en 1935, y cuando se anunció la inauguración, Gracielita enfrentó su primer reto. Tenía que hospedar a 100 clientes, y recordando las sabias palabras de su mentor Hilbert: "Más despacio, así, dale más cariño... eso" una idea se vino a su mente. Tomó el micrófono, y dijo por la bocina:

"Aviso a todos los huéspedes, todos desplácense 100 habitaciones. Si usted está en la habitación 1, desplácese a la habitación 101, si está en la habitación 29, desplácese a la habitación 129."

Con este truco, podría alojar a cuantos quisiera en el hotel. Pero después un cliente le dijo:

"Señorita, ¿con quién habla? El hotel apenas se inauguró, está vacío."

Gracielita se limitó a repartir las llaves de las habitaciones a los clientes, en completo silencio.

Gracielita no podía creer lo que estaba viendo

Auge

HOTEL HOTEL HOTEL HOTEL HOTEL?

Gracielita contaba sus cuentas del collar, y se alegraba de que el hotel se quedara vacío, las 100 personas se habían ido, y el personal del hotel estaba en descanso por la poca clientela. Hilbert quizás, estaría disfrutando de la soledad de su infinito hotel, terminando sus registros y finanzas, incluso, podría volverse loco con la abrumadora soledad infinita, y sentir impulsos de matar a su familia. A Gracielita no le reconcomía nada de esto, tan solo con que le pagasen y no vinieran clientes. A no ser que percibiera un olor... una especie de olor un oloroso: Arroz, insectos, comidas incomibles... ¡ERAN CHINOS! ¡CHIIINOOOOS!

Cinco autobuses con infinitos pasajeros, infinita capacidad. Todos chinos, hablando en el dialecto que solo ellos entienden, y lanzando groserías y turbando el ambiente de calma. Hilbert salió de su cubículo con hacha en mano, Gracielita se volvió loca y abandonó la recepción como pudo. Los Chinos invadieron el hotel y con la ayuda del personal infinito, que llegó de urgencia, comenzaron a asignar las infinitas habitaciones. El hotel comenzaría a facturar, al fin, infinitas ganancias como Hilbert lo había prometido.

El hotel, por primera vez en la historia, se había llenado. Y ninguna recepcionista quería tomar el cargo tan exigente de asignar habitaciones y estar al tanto. Hilbert para ese entonces, ya estaba congelado en alguna parte del Vaticano, y el hotel quedó a merced de Dios.

Después de tres años, en 1938, Gracielita regresó como recepcionista, el único puesto con el goce de sueldo infinito. Con determinación, atendió las infinitas habitaciones por el resto de su vida.s

La solución al acertijo

Infinitos desembarcos, con infinitos pasajeros, que llenaron infinitos autobuses e infestaron la diminuta tierra del Vaticano. Gracielita, estaba determinada. Y cuando vio la oleada acercarse, dijo sabiamente al micrófono:

"Estimados huéspedes. Favor de moverse infinitas habitaciones, si usted está en la habitación 1, vaya a la habitación ∞1, si está en la habitación 2589, vaya a la habitación ∞2589"

Los huéspedes hicieron caso omiso. Esto significaba emprender una caminata perpetua. ¿Y por qué se alojarían aquí, si eso significa que para poder desplazarse a la recepción debían caminar durante veinte años y más?

Gracielita pensó en una solución más cómoda.

"Estimados huéspedes. Lamentamos las molestias, el hotel se ve en necesidad de reubicar a los huéspedes. Por favor, tomen el número de su habitación, y duplíquenlo. Esa será su nueva habitación. El traslado será asistido por el personal. Lamentamos las molestias"

El personal reportó que solo los huéspedes de hasta la habitación 1000 hicieron caso, que los otros no querían moverse 2000 habitaciones, porque era un exceso, y que se tardarían muchas horas moviéndose.

Gracielita volvió a pensar, y agarró el micrófono:

"Váyanse a la verga".

Gracielita recibió infinitos golpes de los infinitos clientes infinitamente enfadados.