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La prueba pato de Turing es un ensayo desarrollado por Alan Turing (1912-1954) para determinar si un sujeto es un ser humano o un pato. Turing, aunque más conocido por su epónimo Test de Turing, un procedimiento para determinar si un sujeto es un hombre o un robot, en realidad ha elaborado decenas de experimentos para determinar si las personas son, de hecho, los seres humanos. Si bien la prueba del pato de Turing es raramente utilizada hoy en día, la misma dio lugar a una hipótesis mal atribuida de Turing: Si camina como un pato, y grazna como un pato, entonces es un pato.

Primera prueba

En el otoño de 1949, Turing diseñó un experimento para determinar la validez de su hipótesis. Decidió que su experimento debe ser doblemente ciego, lo que significa que ni los experimentadores ni los sujetos sabían que estaban siendo parte del experimento. Para ello, contrató a dos pupilos de Turing, Jeremy Robin, un estudiante de primer año en la Universidad de Cambridge, y "Paco", un pato blanco de un estanque local, de tal manera que ninguno tenía idea de que se estaban siendo experimentandos. También contrató a un estudiante de la Facultad de Psicología de Cambridge para hacer observaciones simples, con la instrucción que no se debe incluir ninguna referencia a los seres humanos o a los patos.

Los resultados de la prueba fueron un éxito completo: Turing encontró que, utilizando la prueba del pato de Turing, fue capaz de distinguir fácilmente entre el ser humano y el pato.

Camina como un pato

Al final del experimento, Turing recibió las siguientes notas:

Sujeto A: El sujeto camina con un movimiento flotante por la habitación. De vez en cuando bate sus alas, vuelan sus plumas, y urga en sus alas con el pico. De vez en cuando picotea en el suelo.

Sujeto B: El sujeto lucha furiosamente con sus esposas y trata de quitarse la máscara negra que tiene sobre su cabeza. Después de varios minutos, se derrumba en el suelo, se coloca en una posición fetal, y tiembla como si estuviera sollozando.

Grazna como un pato

Turing encargó a la psicólogo de transcribir todos los sonidos vocales los dos sujetos. El psicólogo le presentó el texto siguiente:

Sujeto A: Quack. Quack. Quack. Quack. Quack. Quack. Quack. Quack. Quack. Quack. Quack. Quack. Quack. Quack. Quack. Quack. Quack. Quack. Quack. Quack. Quack. Quack. Quack. Quack. Quack. Quack. Quack. Quack. Quack. Quack. Quack. Quack. Quack. Quack. Quack. Quack. Quack. Quack. Quack. Quack. Quack. Quack. Quack. Quack. Quack. Quack. Quack. Quack. Quack. Quack. Quack. Quack. Quack. Quack. Quack. Quack. Quack. Quack. Quack. Quack.

Sujeto B: ¡Oh, Dios mío! ¿Por qué estás haciendo esto? ¡Sólo soy un niño! ¡Yo no hice nada! ¿Crees que soy alguien cualquiera? ¡Por favor! *sollozo* Mira, mis padres no tienen mucho dinero, pero estoy seguro de que van a pagar todo lo que quieras! ¿Hay alguien ahí? ¡No quiero morir!

Conclusiones

Al término de la prueba, de conformidad con las directrices éticas de Cambridge, los dos sujetos fueron informados y se les explicó que habían formado parte en un experimento científico. Cada uno fue agradecido por su contribución a la ciencia y remunerados con cinco libras esterlinas (que para ellos ha sido mucho dinero en esos días) y una pequeña bolsa con palomitas de maíz.

Al revisar los datos y al compararlos con los comportamientos conocidos y los patrones del habla de los patos y los seres humanos, determinó que el sujeto A era Paco, el pato, y el Sujeto B era Jeremy Robin.

Turing consultó las anotaciones del estudiante de Psicología y descubrió que su determinación era correcta. Esto demostró tanto la validez de la hipótesis de Turing como la utilidad de la prueba del pato de Turing.

La investigación de Turing fue publicada en la revista Philosophical Transactions de la Royal Society al año siguiente, para regocijo de los conductistas de Inglaterra (en ese entonces un campo emergente) y los psicoanalistas.