Incijuegos:La llamada de Cthulhu:El juego de rol/779
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Siempre se tiene que dejar fluir el líquido sagrado
Al correr a tu celda acolchonadita, te das cuenta que no tienes escapatoria. Te tienes que quedar atorando la puerta para que el monstruo tentaculoide que se encuentra en el umbral de tu celda no entre y se meta contigo dentro, o para que te arrastre hacia cualquier otro desconocido lugar. La lucha parece inútil, poco a poco tu cuerpo cede y los tentáculos asoman por la puerta. Un segundo más tarde, se abre de golpe y sales volando contra la pared del fondo. Aturdido pero con todos los sentidos intactos te pones de pie a duras penas. La criatura cambia a un color morado fuerte, sus tentáculos se concentran en un punto situado en su pecho y un chorro nauseabundo y cálido te impacta en la cara.
La criatura saca un cigarrillo de un bolsillo inexistente. Lo enciende. Se sienta en el suelo y aspira una gran cantidad de humo.
—Nunca pensé —dice la criatura— que tener sexo con un humano fuera tan placentero. No esperes que te llame si te quedas embarazado.
—¿Qué? —Dices con una expresión de incredulidad y pánico.