Incinoticias:Miembras de una secta pelean contra una peligrosa farola
Misterioso ritual de una secta feminista desata el caos en la ciudad
20:18 5 de mayo de 2024 — Ciudad: CDMX; México — Informa: Pakito Del Barrio
Agencia Inciclopedia Express
En un inquietante suceso que ha conmocionado a la ciudad, un grupo de mujeres pertenecientes a una secta feminista llevó a cabo un ritual diurno que terminó en una serie de actos violentos, dejando a varias personas y objetos heridos y provocando daños materiales en establecimientos cercanos.
Según testigos presenciales, el incidente comenzó cuando un grupo de miembros, o miembras, de la secta se congregó en el Zócalo de CDMX para llevar a cabo un "ritual de combate" en la búsqueda de un enemigo imaginario al que denominaron "Patriarcado". Las participantes aseguraban que este ente se ocultaba en objetos con forma fálica, como farolas o semáforos. Una farola que pasaba por ahí tuvo la mala suerte de encontrarse en su camino y procedieron a agredirla.
Ampliación de la noticia
Durante su marcha por la ciudad, las sectarias se encontraron con una farola cuya forma fálica parecía estar violando al cielo. Ofendidas por tan flagrante crimen, identificaron al poste como un objeto maldito que albergaba el mismo fantasma del Patriarcado y la tomaron a golpes con él, zarandeándolo al grito de "¡Farola violadora, a la licuadora!" La farola, que estaba tranquliamente pasando la tarde, entró en pánico y cayó sobre algunas de las feministas dejándolas K.O. para después huir de la escena, temerosa de que la cancelasen.
"¡Es inaceptable que en pleno siglo XXI aún haya farolas violando nuestros cielos! ¿Cuando harán farolas con forma de vulva, más inofensivas?" Dijo Nadia aquel día, miembra de la secta que participó en el ataque. Varios viandantes presenciaron confusos la escena: "Esa farola nunca dio problemas, siempre alumbraba a la hora que tocaba y era muy amable con todo el mundo. Pero ahí es donde se escondía el patriarcado, según ellas. Me pregunto si intentaron luchar contra el amperaje también." Comentó un viandante, claramente afectado por la ausencia de la farola, tan querida en la plaza.
Después del accidente, las integrantes de la secta dirigieron su furia hacia negocios locales, incluyendo un restaurante, un puesto ambulante de tacos y una tienda de vestidos de novia. En este último, originalmente entraron con la intención de robar los monísimos vestidos expuestos. Luego recordaron que el matrimonio sirve para controlar a la mujer y que eso es pecado, así que acusándolos de machistas y gordófobos (aparentemente el no tener boca es apología de la anorexia), se dispusieron a vandalizar y a agredir a los maniquíes, que tuvieron que ser hospitalizados.
Las autoridades policiales se vieron limitadas en su capacidad de intervención, ya que tenían las porras listas, pero al ver el destino de esa pobre farola temían que les cancelasen por usar armas con forma fálica. Cuando encontraron armas con formas menos ofensivas, la secta se había dado a la fuga, dejando un reguero de destrucción y graffitis de rezos feministas a su paso. Las autoridades se aliviaron de que al menos no tuvieran acceso a una bola de demolición, que ya temían por las torres de la Catedral Metropolitana.
Secuelas
El caos no terminó ahí. Días después del incidente, un subgrupo de mujeres pertenecientes a la secta se embarcó en una excursión al bosque. En busca de un retiro entre la naturaleza, huyendo de las omnipresentes formas fálicas de la ciudad y también de la justicia. Antes de adentrarse entre los árboles, una integrante declaró: "Sí, necesitamos un respiro. Las ciudades están llenas de peligrosas farolas y estamos hartas de ellas. Hemos oído que en este bosque hay osos, esperamos contactar con ellos y que nos alojen durante un par de noches, no puede ser peor que estar con una farola, aunque no alumbren." Poco después desapareció entre los altos árboles, por su propio bien esperemos que no miren arriba.