Jeffrey Epstein

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Epstein, héroe nacional

Jeffrey Edward Epstein nació el 20 de enero de 1953 en Brooklyn, Nueva York, un día que al parecer la cigüeña se despertó con el pie izquierdo o pensó que era el día de los "April Fools".

Hijo de Pauline Stolofsky, que hacía cuentas como quien colecciona estampillas de Pokémon (osea que era contadora), y Seymour skiner Epstein, un trabajador administrativo tan emocionante como el doble anuncio de YouTube o esperar a que cargue el Windows 95, que probablemente nunca imaginó que su hijo terminaría siendo dueño de un mercado de prostitución de menores de unas cuantas islas privadas.

Desde pequeño, Jeffrey era un crack en matemáticas y ciencias. El tipo que podía calcular raíces cuadradas más rápido que tú eliges qué pedir en un restaurante o que qué pokémon inicial elegir. Pero en lugar de usar esa inteligencia para inventar cosas que fuesen necesarias para la sociedad como por ejemplo la vacuna del cáncer o una máquina de Robux gratis, la usó para otras cosas.

Infancia y educación

Epstein creció en un barrio donde la educación era muy importante la educación, es decir, que te daban una pegatina por saber sumar y restar sin equivocarse. En Lafayette High School destacó en matemáticas y física, participando en competiciones académicas… que curiosamente no lo prepararon para Nobel, sino para otras cosas de mayor valor

De adolescente trabajó como tutor privado, perfeccionando habilidades sociales (y su paciencia porque tenía que explicarle a los niños la diferencia entre un "7" y una "L".) y haciendo networking con familias adineradas, aprendiendo que el carisma podía abrir más puertas que un diploma. Pasó por Cooper Union y NYU sin graduarse, demostrando que a veces las conexiones valen más que mil educaciones formales. (La versión moderna de: aveces una bofetada vale más que mil palabras)

Primeros contactos profesionales

En los años setenta, Epstein daba clases de física y matemáticas en la Dalton School. Sí, el tío sabía escoger: de todos los curros disponibles, eligió el más conveniente para un pedófilo… bueno, quitando quizá el de conductor de bus escolar. Allí, además de enseñar ecuaciones, probablemente practicaba la “ecuación social” para futuros contactos VIP. Fue en Dalton (un bar gay) donde conoció a Alan Greenberg, un ejecutivo de Bear Stearns, quien lo introdujo al sector financiero. Mientras enseñaba a resolver problemas de álgebra, Epstein también estaba construyendo una telaraña de contactos entre familias adineradas, es decir que era como spiderman pero en vez de telarañas redes de contacto, lo que le abrió la puerta a oportunidades en banca y gestión de patrimonios de alto nivel… porque nada dice “confianza” como haber enseñado trigonometría a los hijos de tus futuros clientes multimillonarios.

Los estado unidenses enseñándole a sus hijos que no pueden montar su propio negocio de prostitución de menores en su casa.

Carrera financiera

En 1976 se unió a Bear Stearns (la empresa del tío que conoció en el bar gay) en la división de bonos y derivados, adquiriendo experiencia en inversiones complejas y administración de patrimonios de clientes ricos, que es básicamente aprender a mover dinero de manera que harían sonrojar a un mago: nadie sabe de dónde viene, nadie sabe a dónde va. Su discreción, eficiencia y confiabilidad le permitieron establecer relaciones cercanas con empresarios y figuras influyentes del sector financiero de Nueva York, lo que viene a ser el networking 101 para futuros magnates de incógnito. En 1981 fundó J. Epstein & Co., también conocida como Financial Trust Company, dedicada a administrar fortunas tan altas como la de Smaug, el dragón que vivía debajo de la montaña, asegurando confidencialidad total… Se dice que en su escritorio tenía un dispensador de gominolas.

Entre sus clientes más relevantes estuvo: Lex Luthor, Scrooge McDuck y Leslie Wexner, cuya relación le permitió acceder a bienes inmuebles de lujo y consolidar su posición en la élite financiera, además de abrirle oportunidades en negocios y propiedades que reforzaron su influencia social y económica, porque nada dice poder como conocer de primera mano los secretos del catálogo de lencería y los fideicomisos millonarios. Epstein implementó estrategias sofisticadas de inversión, incluyendo hedge funds y fondos de alto riesgo, participaciones en bienes raíces de lujo y la creación y manejo de fideicomisos y sociedades complejas, que básicamente significa “tener muchos papeles y hacer que nadie sepa nada”. La opacidad de sus operaciones generó sospechas sobre la procedencia de parte de su riqueza, y algunas investigaciones sugirieron vínculos con fondos de origen cuestionable o actividades ilícitas, aunque no siempre fueron judicialmente comprobadas, porque en el mundo de Epstein, la duda es una inversión segura. Su modelo de negocio combinaba discreción, exclusividad y redes de poder, características que le permitieron mantener un perfil bajo mientras gestionaba fortunas multimillonarias, como un ninja financiero.

Patrimonio y propiedades

una de las islas de Epstein

Su patrimonio se consideraba “extravagantemente rico”, con activos superiores a 500 millones de dólares y un ingreso anual que superaba los 10 millones, suficiente para comprar islas, baños revestidos de plomo, casas de diamante y de neferite y todas las menores que quisiera Después de que el estado le robase le pusiese impuestos su legado bajo a unos 240 millones de euros, una miseria, bien se ve.

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Entre sus residencias se incluían la mansión en Manhattan de 9 East 71st Street, con 21,000 pies cuadrados, baño revestido de plomo y televisión y teléfono ocultos, así como una casa adosada en 34 East 69th Street, apartamentos en París, Zorro Ranch en Nuevo México y dos islas privadas en las Islas Vírgenes de Estados Unidos, siendo Little Saint James conocida como la “Isla del Pedófilo” (apodo no oficial, pero conveniente). También contaba con oficinas en Villard House, 457 Madison Avenue, y alojamientos para empleados, modelos y víctimas menores de edad en 301 East 66th Street, que vendría a ser el Airbnb más controversial de la historia. Su hermano Mark Epstein era propietario de parte del complejo, y en sus propiedades también se alojaron amigos influyentes como Eva Andersson, Jean-Luc Brunel y Ehud Barak, porque todo magnate necesita sus VIPs y su club secreto de invitados. Como has podido leer Epstein le ganó la carrera de la guerra fría de las propiedades a gero momo

Filantropía y ciencia

En el ámbito filantrópico, Epstein realizó donaciones a universidades como Harvard y el Instituto de Estudios Avanzados en Princeton, financiando programas de biología matemática y dinámica evolutiva, así como investigaciones de Martin Nowak sobre teoría de la evolución y cooperación, probablemente con la esperanza de evolucionar hacia algo aún más poderoso. Aunque prometió donaciones de hasta 30 millones de dólares, solo entregó 6,5 millones efectivos, demostrando que la palabra de Epstein tenía un pequeño margen de error… o de ahorro personal. Creó fundaciones privadas como Jeffrey Epstein VI, Epstein Interest, Fundación COUQ y Gratitude American Ltd, canalizando cerca de 30 millones de dólares en donaciones entre 1998 y 2018, demostrando que incluso la filantropía puede tener instrucciones en letra pequeña. Su filantropía estuvo marcada por la falta de transparencia, investigaciones del fiscal general de Nueva York en 2015 y críticas hacia las instituciones académicas que aceptaron sus fondos, porque nada dice prestigio académico como recibir dinero de alguien con historial dudoso.

Eugenesia, transhumanismo y ciencia avanzada

A partir de los años 2000, Epstein mostró un marcado interés en ingeniería genética, eugenesia y transhumanismo, planeando inseminar mujeres para propagar su ADN en Zorro Ranch, clonandose a si mismo creando su propia subespecie humana (ahora en peligro de extinción pues el gobierno de estados Unidos los lleva exterminando desde hace un huevo (si te encuentras uno véndelo que valen un pastón)) y promoviendo la crionización, incluyendo partes de su propio cuerpo, porque quedarse en el mundo moderno no era suficiente: había que mejorar la especie a lo Epstein. Organizó la Mindshift Conference en Little Saint James, con la participación de científicos como Murray Gell-Mann, Leonard Mlodinow y Gerald Sussman, combinando ciencia avanzada con sus ideas sobre mejora genética y longevidad humana, en un encuentro que probablemente fue la mezcla perfecta entre TED Talks y episodio de Black Mirror.

El mejor pedófilo del mundo

Piensa durante un pequeño instante, Jeffrey epstein no era un pedófilo común y corriente, no era como P. Diddy que solo se limitaba a acosar niños. Jeffrey Epstein es considerado por mi, como el mejor pedófilo de la historia de los pedófilos conocidos. No solo acosaba niños y los prostituía, si no que tenía UNA PUTA ISLA PARA SI SOLO (perdón por la expresión pero es para darle énfasis) Tenía contactos con medio mundo, ¡con científicos con políticos, con famosos! ¡Podía hacer lo que le saliese de los Nelsons (literalmente)!

Redes de contacto

Con esto se refiere a que en la famosa lista de Epstein (donde apuntaba a todo aquel quien entraba en su isla para ver sus "shows") se revelan todas las persona con las que Epstein mantuvo contacto y a las que invitó a las islas privadas se encontró a Donald Trump y otros muchos políticos y científicos como Stephen Hawking (ese con lo que babeaba tenía una pinta de estar disfrutándolo)

Ahora el gobierno de Estados Unidos no está revelando que la lista de Epstein nunca existió (cómo iba a existir tal barbaridad)

Jeffrey Epstein en su vejez, 80 años la criaturita

Muerte y controversias

Epstein falleció el 10 de agosto de 2019, a los 62 años, se supone que se suicidó, pero como siempre la gente se empieza a inventar cosas por lo que surgieron sospechas en las que se cree, o que lo mató otro preso o que se escapó y ahora vive en alguna isla en el caribe. Ahora el FBI está intentando hacer desaparecer todo lo relacionado con el, así que si me borran el artículo ya saben quien fue: un moderador el FBI haciendome callar

Impacto y legado

El caso de Epstein se volvió el ejemplo perfecto de cómo tener mucho dinero puede hacer que algunos pasen de “presunto culpable” a “invitado VIP de los tribunales”. Nos enseñó que, si eres rico y poderoso, evadir la ley es casi un deporte de élite. También nos puso a pensar si las universidades y fundaciones deberían aceptar donaciones de personas con antecedentes turbios… o si, en lugar de “filantropía”, deberían llamarlo “arte oscuro de la influencia versión billionaire edition”. Su legado es un recordatorio de que riqueza y el poder hacen que puedas tener tus reglas propias, y tus mercados de menores propios.

Epstein island tycoon

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