Malabares

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Cita3.pngBah, eso de los malabares lo hago yo con una sola manoCita4.png
Miguel de Cervantes sobre malabarismo
Cita3.pngLos malabaristas me lo deben todo a míCita4.png
Isaac Newton sobre su importancia en el mundo malabarístico

El malabar es un arte consistente en la habilidosa manipulación de dos o más bolas, o, en su defecto, cualquier cosa. El malabarismo es una habilidad circense, es decir, una serie de cualidades estúpidas que no tienen cabida en ningún ámbito de la sociedad contemporánea con la excepción de aquellos lugares frecuentados por gente a la que le gusta consumir sustancias alucinógenas y/o Fanta con Mentos, quienes ven en el vaivén de las bolas un mundo maravilloso de colores, y formas indefinidas flotando en el humo de sus porros aire.

Malabares en la sociedad

Retrato robot de un malabarista

Hay que dejar una cosa clara: todo aquel que hace malabares será inevitablemente llamado payaso (de hecho, a muchos ya les llamaban payasos antes de dedicarse a los malabares…pero ese es otro tema), y a su alrededor siempre sonará la música del circo…aquella que dice: pipipirivipipiriiii (BIS)…esa que todos sabéis, y que normalmente estará siendo interpretada por uno de sus secuaces amigos conocidos. No digo amigos porque un malabarista es un ser excluido de la sociedad que no puede tener gente de confianza ni contacto sexual con ninguna persona, animal o cosa. Se cree que los malabaristas son seres misteriosos que se dedican a la profunda meditación de la parábola descrita por sus objetos voladores, y que no se relacionan con nadie. En la antigüedad se creía que tenían cuernos y que ponían huevos pero este último dato ha sido desmentido por el ex-malabarista rehabilitado Lucifer, quien asegura que los malabaristas no son demonios, sino gente normal como él, a los cuales les gusta follar.

Problemas con la justicia

En la Edad Media se obligaba a todos los malabaristas a llevar este cartel colgado del cuello

Los malabares siempre han sido vistos por la sociedad como una práctica herética, ya que este arte desafía tanto las leyes de la gravedad como la moral de toda buena persona humana y extraterrestre. La Iglesia Católica, o mejor dicho, la Inquisición, persiguió, capturó y ejecutó a miles de malabaristas, ya que éstos tenían mejor destreza con las manos que los Inquisidores, debido a que éstos no practicaban nunca, pues les estaba prohibido, aunque se dice que hubo Inquisidores que llegaron a malabaristas, no se sabe cómo.

Los malabaristas también fueron a menudo confundidos con brujos, ya que normalmente sus números incluían también algo de prestidigitación (y además los malabaristas tenían una verruga en la nariz, un sombrero en forma de cono y una escoba con la cual sobrevolaban los pueblos).

Material

He aquí una lista de las cosas que se malabarean más comúnmente:

  • Bolas: Los aprendices de malabaristas suelen iniciarse a través de la práctica con estos esféricos elementos, más concretamente, con uno. Tras varios meses de práctica se puede incluir en el ejercicio una segunda pelota, aunque la dificultad aumenta exponencialmente. Más adelante de esto, ya estamos adentrándonos en terrenos peligrosos. Las pelotas tienen la ventaja de que pueden agarrarse casi por cualquier parte. El problema es su tendencia autónoma e innata a desplazarse rodando hacia abismos insondables o cabezas de niños y ancianos impedidos.
  • Mazas: También denominadas “bolos”, o “las cosas esas que tiras y…ya sabes, dan vueltas y tal”. Son unas cosas que tiras al aire y se trata de cogerlas antes de que reboten. Hay que agarrarlas por el mango, lo cual aumenta su dificultad con respecto a las pelotas anteriormente comentadas. Se da la circunstancia de que no hay malabaristas hembras que lancen mazas, esto ha sido objeto de estudio por parte de departamentos de investigación de las más prestigiosas Universidades de Malabaristas, para llegar a la inequívoca conclusión final de que "tiene que tener algo que ver con las tetas".
  • Aros:Son como unos anillos, pero más grandes. Suelen desaparecer irremediablemente en el horizonte por la creencia de la mayoría de los malabaristas de que los aros retornan por sí solos, como los boomerangs. De hecho, los boomerangs tampoco vuelven por sí solos, a pesar de que todos conocemos el viejo chiste del tipo que se compró un boomerang y se volvió loco tratando de deshacerse de él.
  • Diabolo: Instrumento infernal compuesto por dos palos unidos por un cordel y un elemento rotatorio de procedencia desconocida. Se trata de la clase social más baja dentro de los malabaristas, si exceptuamos el yo-yo, y los malabares "de contacto" (o "gimnasia rítmica", como opina la mayoría). Dejémoslo en que la mayor desgracia para un malabarista es tener un hijo que se dedique al diabolo. Bueno, eso o policía nacional.

El malabar como deporte de riesgo

Los malabares, en una de sus variantes pueden ser considerados un deporte de riesgo. Estas variantes son:

  • Los cuchillos: Poseen un mango de plástico y una hoja también de plástico, pero que cuando chocan producen un sonido metálico para dar el pego. El ámbito de los tragasables nos es ajeno en este caso por pertenecer más bien a otro ámbito de lo circense, aunque cabe reseñar una tendencia bien enraizada entre los malabaristas a hacer el gañán con los cuchillos jamoneros de sus madres.
  • El fuego: Normalmente mazas, que tienen una parte por donde queman. Esa parte es llamada fuego y no es recomendable tocarla, porque puede alcanzar una gran temperatura, comparable a la de una bombilla encendida o la de la puerta del horno. Algunos inconscientes consideran oportuno aumentar el efecto impactante de la acción malabarera aglutinando un traguito de alcohol 96º en la boca y escupiéndolo hacia la llama de la maza mientras surca el aire alegremente, logrando en un 94% de los casos quemaduras de maza, cabello y esófago de segundo y tercer grado, y un viaje gratis a la unidad de quemados del hospital, donde podrá sufragarse sus injertos de piel con espectáculos circenses en la sala de enfermeras.
  • El Monociclo: Un sillín, dos pedales, una sola rueda, y todas las posibilidades del mundo de esmorrarse contra el bordillo es todo lo que necesita un malabarista para divertirse como un enano dándose cabezazos contra las paredes y siendo atropellado por vehículos a motor de más de 3500 Kg de Masa Máxima Autorizada. En ocasiones el malabarista está aún peor de la cabeza que elk resto de sus chalados compañeros y trata de malabarear pelotas y mazas al tiempo que pedalea en su monociclo, alcanzándose hilarantes resultados en la práctica totalidad de los casos.

Variantes heréticas del malabarismo

Como en toda buena comunidad, en el mundo del malabarismo hay una oveja negra. Estos son los diabolistas, que se dedican a hacer que una especie de peonza gigante gire para conseguir que todo el mundo se quede mirando para la susodicha peonza mientras que sus compinches intentan lo de siempre.

Aquelarres de Malabaristas

Periódicamente, tienen lugar en algún recóndito punto de la geografía nacional o internacional unas reuniones secretas o Aquelarres de estos extraños seres (también denominadas eufemísticamente "Encuentros"), en las que se comparten los oscuros arcanos y secretos de la mayor de las artes negras que resulta ser el Malabarismo. Su localización es uno de los más celosamente guardados secretos del submundo farandulero, y sólo se puede acceder al recinto mediante la pronunciación de unas secretas palabras mágicas a modo de ensalmo misterioso, sólo conocidas por los individuos afines al movimiento. Por si fuera poco, las condiciones higiénicas en este tipo de eventos suelen ser lamentables, pues el malabarista de pro nunca recurrirá al contacto con el jabón más allá de las ocasiones en que sea estrictamente necesario (como por ejemplo, alguna que otra fiesta pagana). A todo esto hay que añadir la inaudita alimentación de que se nutre el malabarista durante el tiempo que se prolonguen estos acontecimientos, centrada exclusivamente en huevos hervidos con tomate y leche con mando .

Paradojas acerca del malabarismo

Desconfiad de este ser

Tocarse las bolas no se considera una modalidad malabarística, sin embargo, es imprescindible tocar las bolas para ser malabarista, lo cual es una práctica bastante habitual entre la gente que practica el malabarismo mayoritariamente, los hippies, que suelen estar todo el día tocándose las bolas o, en su defecto, rascándoselas. Sin embargo, hay una pregunta sobre el mundo del malabarismo a la cual científicos de todo el mundo no le han conseguido dar respuesta, esto es, ¿y si eres chica, puedes ser malabarista? Ya que no tienes bolas que tocar. Pensad en ello. Existen teorías de que esta es una conspiración entre diabolistas, la Iglesia Católica y La Innombrable para dominar el mundo. Estad alerta: si veis a una mujer haciendo malabares con bolas, desconfiad de ella, podría ser este tío, o este otro.