Miguel Ángel Lotina
El autor de este artículo se ha olvidado de poner fotos, o las que hay no son suficientes. Sé buena persona y ayúdanos colocando un par de ellas para la causa. Que la academia te lo premie. |
Miguel Ángel Lotina, nacido en los tiempos en que los equipos descendían de uno en uno, y en que las televisiones retransmitían el descenso en blanco y negro, es un entrenador de fútbol especialista en tomar equipos que están en la zona media de la tabla, y asentarlos en la zona tranquila, es decir, en la última posición donde nadie pueda molestarlos.
Se le califica injustamente de mal entrenador, proclive a perder todos los partidos y a enfadar a la afición con un juego aburrido, pero nada más lejos de la realidad. Es un experto tomando un grupo de jugadores experimentados, y convirtiéndolo en el mejor conjunto de la liga, ya que al descender de división es muy fácil que el año que este equipo pasa en segunda división sea mejor que el resto.
Es el menor de ocho hermanos, y desde pequeño aprendió rápidamente el concepto "bajar" ya que constantemente le decían "baja a por el pan", "baja a sacar la basura", "bájate la cremallera que se te ve el falo", etc...
Primeros años
Comenzó ganando prestigio en el Logroñés B, equipo en el que, para desgracia de sus detractores, no sólo no descendió de división, sino que la mantuvo durante tres temporadas enteras. Es posible, que el hecho de jugar en la categoría más baja del fútbol español influyera ligeramente, pero eso no le resta ningún mérito. Se mantuvo desde 1990 hasta el final de la temporada 1992-1993, en la cual ya se está preparando para su siguiente salto.
Salto que sorprendentemente se produce hacia arriba. La siguiente etapa en su carrera tiene lugar en Numancia, equipo que comienza a dirigir en Segunda B a finales de la temporada 93-94. El equipo marcha primero, restan 5 partidos para el final, y sólo necesita un punto para ascender matemáticamente. Lotina decide que el equipo ha tenido suficientes puntos, y plantea una táctica conservadora para el resto de encuentros, con el lema "con estos puntos estamos primeros, y así queremos terminar".
Por tanto, decide perder sistemáticamente el resto de partidos hasta final de temporada para mantener el puntaje. Sorprendentemente, el resto de equipos que habían variado en número de puntos, varían todos hacia arriba, ya que todos suman algun que otro punto, y de manera impredecible, sobrepasan al Numancia en la clasificación.
Lotina había conseguido su objetivo, mantener al equipo con el admirable número de puntos que había obtenido la temporada anterior, sin embargo, parte de la afición no estaba contenta.
1994-1995
La siguiente temporada, 94-95, Lotina apuesta por la misma estrategia, sin tener en cuenta que el número de puntos se resetean al comenzar un nuevo curso, y se da cuenta a mitad de la temporada, cuando ve que con 0 puntos su equipo no está en las posiciones más altas de la tabla.
El shock para nuestro héroe fue brutal, y de la impresión se desmaya y entra en coma.
Desde el hospital, con respiración asistida y un catéter, Lotina consigue ganar el número de partidos suficiente para mantener al equipo en la categoría. El Numancia había contratado de entrenador interino a Pep Guardiola, que compaginaba la dirección del equipo con algún que otro partido esporádico en un equipo amateur llamado FC Barcelona.
Sin embargo, todos sabemos que la mano de Pep no tuvo nada que ver, y que fue el espíritu de Lotina el que desde el hospital, sin entrar en conocimiento en ningún momento, mantuvo vivo y con opciones al equipo durante todo el año.
1995-1996
Para la siguiente temporada, Lotina se había recuperado, y ya era capaz de dirigir al equipo en liga, eso sí, provisto de una mascarilla de oxígeno.
Su fuerte carisma hizo mella en la afición, que tomó el gesto como suyo, y acudía en masa al estadio provistos también de dicho equipo médico. El hecho de que el equipo jugase peor que una panda de gallinas cojas, y se especializara en perder o ganar partidos en el último minuto, pudo quizás tener algo que ver en ello.
Su estrategia este año fue tratar de marcar un gol más que el contrario. Le fue bien al principio, pero con el tiempo entendió que si marcaba un gol más que el contrario, pero en la portería contraria, conseguía más puntos. Trató de corregir el error, pero se dio cuenta cuando la temporada había acabado, y el equipo sólo concertaba amistosos contra profesionales de la limpieza y cerrajeros en paro.
El Numancia acabó último, y de no haber sido por nuestro héroe, habría perdido la categoría, pero ese año se mantuvo en Segunda B. El hecho de que debido a las deudas de otros equipos, cuatro clubes descendieran por impago, pudo tener algo que ver, pero no resta nada de mérito a la labor de Miguel Ángel.
1996-1997
Su grandes hazañas en el Numancia no pasaron desapercibidas para los gerentes de su antiguo club, quienes viendo su buen hacer en el conjunto filial a principios de década, decidieron darle la responsabilidad de hacerse cargo del primer equipo, en la temporada 96-97.
Ese año, el Logroñés no se encontraba en muy buena situación, a falta de una docena de partidos marchaba en decimoquinto puesto a 2 puntos de las posiciones incómodas, y la plantilla estaba deshecha con jugadores embarcando y desembarcando en el mercado invernal.
Nuestro querido Lotina atajó la situación de raíz, y en tan sólo 10 partidos, había conseguido colocar al equipo nada más y nada menos que en vigésima (y última) posición, a unos remarcables 13 puntos de la salvación.
El Logroñés, desde su llegada hasta final de temporada, encadenó además una racha histórica de resultados, que los aficionados no han podido olvidar hasta ahora. Perdió absolutamente todos los partidos, con un gol-average en esos 15 encuentros de 2 goles a favor y 48 en contra. Los goles fueron obra del Tato Abadía, un señor con bigote de 36 años que había jugado alguna vez a fútbol en los 80 y que arrimó el hombro por el equipo a final de temporada.
Segunda división
1997-1998
Las geniales enseñanzas de este prometedor técnico habían encandilado a los ojeadores del CD Badajoz, que llevaba un par de años en la segunda división española, y decidieron hacerle un contrato de larga duración,. En el caso de Lotina, hablamos de un contrato mayor a 6 semanas.
El Badajoz había rozado el ascenso las dos campañas anteriores, incluso había empatado a puntos en la 95-96 con el Extremadura, que quedó en quinta posición y consiguió subir a primera. Con la llegada de este entrenador esperaban dar ese salto de calidad que necesitaban para jugar domingo sí domingo también con grandes como el Real Madrid, el Real Oviedo de Prosinecki, o el siempre potente Club Atlético Batasuna
Y vaya si llegó ese salto de calidad.
Lotina consiguió mejorar la sexta posición de las campañas anteriores, consiguiendo la tan ansiada primera posición y metiendo al Badajoz en la categoría de los grandes del fútbol español. La afición era un clamor, la directiva no podía estar más contenta, y Lotina había conseguido su sueño.
En ese momento, nuestro héroe, lleno de orgullo y felicidad, apagó la Play. Hizo las maletas, y se marchó a Badajoz a planificar la temporada
Los resultados no se hicieron esperar, y con una mano de hierro y una disciplina táctica encomiable, el bueno de Lotina consiguió colocar al equipo en sólo 16 partidos en tercera posición. Contando desde abajo.
La directiva del CD Badajoz no podía estar más contenta, y decidieron dar la carta de libertad a Miguel Ángel, justificandose de esta manera "No somos merecedores de lo que nos has hecho, tu destino está en otro equipo al que puedas proporcionar tu experiencia y .. en fin.. Lárgate y jode a otros, mamón". Ese año se salvaron del descenso por los pelos del culo.
Henchido de orgullo, aunque dubitativo al no entender muy bien qué significaba la palabra mamón, Lotina marchó en diciembre para reencontrarse con uno de sus primeros destinos, un lugar en el que había dejado huella, y en el que su contratación no tuvo nada que ver con la repentina muerte del entrenador anterior. Hablamos de nuevo del Numancia.
Aunque en su segunda etapa en Numancia no comenzó inmediatamente, ya que le dieron margen supuestamente para que ensayara las jugadas a balón parado. Este margen se prolongó hasta la siguiente temporada, ya que hasta principios del siguiente curso no comenzó a entrenar.
1998-1999
Este año marca un antes y un después en la trayectoria de Lotina, en su segunda campaña en la segunda división española.
A primeros de Septiembre de 1998, el virus de la diarrera aguda hace acto de presencia en España, apareciendo como bacteria en latas de judías verdes, y extendiéndose rápidamente por toda la península. Los futbolistas se niegan a jugar, por riesgo a hacerse caca encima y quedar mal en la portada del periódico.
Sin embargo, y por increíble que parezca, el único equipo que no se ve afectado por este virus es el CD Numancia, ya que Lotina les había instaurado una dieta blanda de potitos y caldo Avecrem, que según él les daría más plasticidad en la cancha.
Por incomparecencia del resto de plantillas, el Numancia gana por 3-0 cada partido de la liga, consolidando una diferencia insalvable de puntos que les convierte en equipo de primera división a final de campaña.
Lamentablemente, el presidente del CD Numancia no incluye a Lotina en sus planes de cara a la siguiente campaña en primera división.
1999-2002
Para evitar sorpresas, Lotina firma por el CA Osasuna en 1999 por tres años. Su idea era retomar la experiencia en segunda división, pero blindándose las espaldas en caso de ascenso del equipo, como le había ocurrido el año anterior, donde lo habían largado cual suegra en noche de bodas.
Este año entabló amistad con José Antonio Camacho, posterior entrenador de Osasuna, y en esos momentos entrenador de la selección española. Camacho, que es todo un loco de las apuestas, se jugaba cada fin de semana con Lotina el ver quién hacía la alineación de España, y quién hacía la del Osasuna.
Lo que Lotina no tenía en cuenta, es que Camacho le hacía frotarse las manos con pegamento fuerte antes de jugar. El bueno de Lotina siempre picaba, y sacaba el puño cerrado por el pegamento cada vez, a lo que Camacho contestaba con mano abierta y le ganaba domingo tras domingo.
Con la tontería, Camacho se pasó tres años haciéndo las alineaciones de Osasuna, el primer año lo sacó de segunda división y los dos siguientes lo mantuvo ahí, sin forzar, en primera.
El tercer año, en un día tonto, Lotina se dió cuenta de la trampa, y por verguenza, abandonó la disciplina del club navarro.
Época dorada
Celta de Vigo
Un par de años en Vigo fueron suficientes para demostrar todo el potencial de Lotina.
En los dos meses que pasaron de diciembre de 2003 a febrero del 2004, el Celta pasó de jugar la champions contra el Milán de Kaká, a estar embarrado en las posiciones más bajas de la tabla. La temporada culminó con el descenso del Celta a segunda división, tras haber estado durante 12 años ininterrumpidamente en primera.
Toda una hazaña y sin duda un gran hito en el expediente de Lotina, quien comenzaba a forjar su leyenda
RCD Espanyol
La temporada 2004-2005 comienza con Lotina en el banquillo del RCD Espanyol, quien confía en sus habilidades para evitar que el equipo pase apuros durante la campaña.
Esta campaña, el técnico consigue mantener el nivel, copiando las tácticas descaradamente del diario de Vicente del Bosque, y pidiendo por favor a Luis Aragonés que le hiciera las alineaciones antes de los partidos.
La directiva decide renovarlo un año más dados los buenos resultados, pero al descubrir que estaba homenajeando - que no copiando - a otros entrenadores, lo hace con la condición de que este año se encargue él personalmente de confeccionar las alineaciones y llevar los entrenamientos.
Lotina, un hombre de palabra, asume las responsabilidad, se echa al equipo a las espaldas, y comienza la temporada 2005-2006 con todo el peso de llevar al equipo a buen término.
Por pura lástima, el Espanyol se salva ese año por los pelos de descender, después de haber pasado chopocientos años en primera, infartando a más de un espectador, ya que la permanencia se logró en el último partido.
Lotina abandona el estadio entre lágrimas, coreado por los gritos de "héroe, héroe" que le gritaban desde la grada su hermana y su mujer, y también acompañado por los agradables pitos y abucheos del resto de la afición, que le deseaban unas buenas vacaciones de verano "y que no vuelvas".
Real Sociedad
La Real Sociedad contrata sus servicios para el verano de 2006, con la intención de que manejara a una plantilla experimentada, que buscaba meterse de nuevo en la lucha por los puestos que dan acceso a competición europea.
Lotina, convertido en un estratega ejemplar, y que ese año se había interesado por aprender ajedrez, da con la fórmula mágica para dirigir al equipo, basando sus alineaciones en la disposición de las fichas negras de las partidas Karpov - Kasparov de los 80.
Los resultados no se hacen esperar.
La Real Sociedad desciende de categoría después de 40 años consecutivos en primera división.
Deportivo de la Coruña
Con un perfil de jugadores mezcla de jóvenes promesas, y viejas glorias como Valerón, Mauro Silva o Valderrama, el Deportivo confía en Lotina para dirigir un ilusionante proyecto que les devuelva a la élite, y a jugar de nuevo en Europa.
En tres años, Lotina se cepilla las ilusiones del aficionado de Riazor, pasándose la táctica y la estrategia que tanto habían caracterizado al Deportivo por el forro de las pelotas, llegando a jugar con tres, cuatro y hasta cinco defensas centrales, y por último haciendo debutar en primera división a su cuñao por petición expresa del mismo.
El Deportivo, convertido en una casa de putas un circo andante, desciende a segunda división tras 20 años en la élite.
Cumplido su objetivo, Lotina abandona la disciplina del club, y se dirige a por su nueva víctima oportunidad.
Villareal
El Villareal, que en la temporada 2011-2012 estaba jugando la Champions, aprovecha un par de tropezones del entrenador en forma de empates, para justificar la incorporación de Miguel Ángel Lotina en el equipo.
Al momento de su llegada, el Villareal se encontraba por encima del descenso, y nunca había pisado las posiciones de descenso.
Las órdenes del presidente fueron claras "cuanto menos tiempo pase el equipo en puestos de descenso, mejor". Y Lotina siguió sus órdenes a rajatabla, ya que el equipo sólo estuvo una jornada en puestos de descenso.
La última.
El Villareal descendió tras más de 10 años consecutivos en primera.
Con este equipo cumplió su sueño más húmedo: descender a dos equipos de una sola vez, ya que el Villarreal B tuvo que ser descendido a la fuerza a Segunda B.
Anécdotas
- Su método consiste en alentar a los jugadores para ignorar el balón, con la esperanza de provocar el mismo rechazo por el esférico en el equipo contrario, y así obtener un valiosísimo empate a cero
- Durante su estancia en el Celta de Vigo, al estadio de Balaídos se le llamaba amistosamente "la casa de socorro", ya que todo el que salía de allí, salía con puntos.