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Proyecto Manhattan

Se conoce como Proyecto Manhattan a un proyecto de investigación desarrollado por los EEUU durante la Segunda Guerra Mundial. El objetivo principal de dicho proyecto era paliar las deficiencias alimenticias de su ejército mediante la investigación y desarrollo de un dispositivo que permitiera a los soldados americanos comer caliente durante las largas jornadas en el frente japonés.

Los inicios

El Proyecto Manhattan se inicia a raíz de una carta enviada por Albert Einstein al entonces presidente americano Franklin Roosevelt. En ella, el científico alemán detallaba los avances de sus compatriotas nazis en materia de abastecimiento de sus tropas, haciendo especial hincapié en un nuevo aparato, llamado microondas que, según sus contactos, estaba a punto de ser desarrollado por los alemanes.

Consciente de la desventaja que este hecho suponía para los americanos, quienes acostumbrados a comer hamburguesas recién hechas en sus casas no se hacían a la dura disciplina de las raciones de batalla, el presidente Roosevelt reunió a un grupo de científicos altamente cualificados con una única misión: adelantarse a los alemanes en su carrera por mejorar la alimentación de sus soldados.

Primeros prototipos

Así, en la primavera de 1942 un grupo de científicos, capitaneado por Julius Robert Oppenheimer, se ponía manos a la obra con la tarea. A lo largo de este año se desarrollarían diversos prototipos del invento, que por unas razones u otras nunca se adaptaron y fueron siendo sucesivamente descartados.

• Hornillo de leña: Este primer invento, basado en la tradicional barbacoa americana, constaba de un pequeño (30x20 cm.) recipiente metálico, que se alimentaba con leña, coronado por una rejilla donde se colocaba la ración de comida a cocinar. Los científicos calcularon que para su uso viable sería necesario que cada soldado cargase una media diaria de entre 10 y 15 kilos de leña en su equipaje, a fin de poder alimentar el fuego y no arriesgarse a quedarse sin comida en medio de una trinchera. Inexplicablemente, los reclutas se negaron a tal petición, por lo que el prototipo fue finalmente descartado.

• Hornillo de butano: Era una adaptación del ya por entonces conocido camping-gas: sin los problemas de peso del prototipo anterior, era además capaz de calentar la comida mucho más rápido merced a una pequeña bombona de butano que, además, duraba más tiempo que la leña. Este modelo demostró su valía en las pruebas de laboratorio, permitiendo cocinar una comida para quince científicos hambrientos con solo una bombona, por lo que estuvo a punto de ser el modelo definitivo. Sin embargo, su carrera fue truncada violentamente con el fracaso de las negociaciones del gobierno con las empresas de reparto de butano, al negarse las segundas a llegar con los camiones hasta Japón impidiendo con ello que se repusieran las bombonas gastadas. Por esto, este segundo prototipo fue también abandonado.

• Hornillo de petróleo: Versión ligeramente modificada del anterior, con la ventaja de que no requería el tranporte de ninguna fuente de alimentación ya que podía rellenarse con facilidad en cualquier gasolinera (que por aquel entonces ya abundaban en el país nipón). La principal desventaja de este sistema era su tendencia a pasar el sabor del petróleo a la comida, haciendo indistinguible un filete de ternera al ajillo de un neumático asado, por lo que nunca llegó a producirse en masa.