Usuario:Racmz/Incijuegos:La vida de un nica en Costa Rica

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¡Si eres el editor (o estás aburrido), termínalo ya!

Si lo abandonas por 40 días irá a parar a las mazmorras o directamente al abismo.

Ni se te ocurra cruzar la maldita frontera.

Tu vida es una odisea, desde que naciste siendo un campesino de Waswalito, Nicaragua, la miseria te ha atacado; cada vez que miras tu casa de tablas y plástico, te pones a llorar. Aunque disfrutas de los verdaderos placeres de la vida tales como bañarse en el río y atrapar garrobos, sabes que algo no anda bien.

Tu tío que vive en Miami te ofrece su casa para que vivas ahí, te vas tus diyitas pero te sorprenden robando en una tienda y te deportan... ¡pero conociste los estados!. Al fin y al cabo te convencen de que te vayas a Costa Rica, que es un lugar más seguro, más cercano, pero sobre todo, más barato.

La idea no te agrada mucho, has escuchado cosas malas de los ticos y de sus perros bien entrenados, sin embargo el jardín de paz tiene abiertas sus puertas ante la llegada de nuevos inmigrantes, necesitan mano de obra barata para construir condominios, centros comerciales y estadios olímpicos.

Te preparas y te crees listo para aventurarte en aquel país donde todos te parecen homosexuales o asesinos a sangre fría. El día llega para que el coyote al que le entregaste tus últimas córdobas te cruce al otro lado del río San Juan. Equipado con un petate de ropa, tus sandalias, tu libro de poemas de Rubendariyo, un par de fotos, dinero, un machete, algo de licor, y pollo frito para comértelo al llegar al próximo autobús, te dispones a vivir el sueño europeo.

Llegas todo mojado a la frontera por el Río San Juan, en esos momentos deseas con todo tu corazón que el río fuera costarricense para que ya estuvieras en suelo tico, pero después sale a flote tu orgullo nacional y te preguntas qué habría hecho Andrés Castro.

Por fin en Costa Rica, notas el ambiente anti-nica que se vive y te alarmas. Miras todo bonito, limpio y bien arreglado, y salen de ti unos sentimientos de pura envidia y vergüenza propia cuando te acordaste que botaste en la carretera la bolsa que llevaba los buñuelos que hace tu mamá cuando ibas por Rivas.

Pero ya qué, ¡estás en Costa Rica! ¡Bien por vos! ¿Ahora qué vas a hacer?