Christine

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Christine
Christine
StephenKing-Christine.jpg

Autor
Stephen King

Idioma Original
Inglés

País
Estados Unidos

Traducción
Eduardo Goligorsky para Plaza & Janes editores

Editorial
Doubleday y Plymouth/Chrysler Corporation automobiles

Fecha de Publicación
1983

Género
Horror, Mecánica y Musicología años 1950-1959

Calificación
Para todos aquellos que tengan su carnet de conducir B y B1

Premios
Mejores Destrozos, por el Club Internacional de automóviles retro/clásicos.

Páginas
Son tantas, que no da tiempo a leerlas todas.


Christine es una novela de Stephen King, publicada en 1983, y que nace con una clara vocación pedagógica: incita al estudio de la mecánica del automóvil, concretamente chapa y planchistería, con algo de electrónica aplicada a autos clásicos. Ambientada en los últimos años 70, también ofrece múltiples referencias a los años 50, por ejemplo, los grandes éxitos musicales de aquella década están reflejados en la novela, como si fueran su banda sonora, por lo que Christine es también un compendio musicológico de aquella época.

Un Plymouth Fury del 58, anónimo y sin dueño. Lo ponemos para tu información, que no todos los Fury's son Christine.

Por contener tantas vitaminas culturales, este trabajo del escritor de Maine pronto fue visto con buenos ojos por la comunidad docente de su país y fue, en aquellos días, novela de lectura obligatoria en los institutos de secundaria. No es necesario mencionar, que Christine es hoy libro de inspiración, consulta y manual resolutivo para mecánicos y aprendices de todo el mundo, hasta para aquellos quienes jamás oyeron hablar de un Plymouth Fury modelo del 58.

Argumento

Cuando Arnie Cunningham, personaje con consciencia social y de sí mismo, decide que es ya lo bastante mayor como para tener novia, resuelve comprarse un "carro", condición sine quanum en los Estados Unidos para poder tener chica y para asegurarse que ésta será la futura madre de los hijos de uno. Con el fin de acertar en la compra del vehículo es asesorado por Dennis Guilder alias "el cachas", su mejor amigo, quien no sabe mucho de automóviles, tampoco de chicas: él sólo "entiende" de fútbol americano... Así las cosas, Arnie se interesa por un destartalado Plymouth modelo Fury del año 1958, automóvil con nombre y apellidos: Christine es su nombre, D. Lebay sus apellidos. Entra en escena el propietario del coche, Ronald D. Lebay, quien decidido a quitarse de encima semejante antigualla le ofrece un descuento a Arnie. Éste acepta encantado y se hace con el Plymouth, no sin la advertencia de Lebay: "trátala con cariño y amála: su nombre es... ¡Christine! (sic)" A continuación Arnie lleva a Christine al garaje de Darnell para que pase la noche allí y no se constipe, ya que piensa restaurarla y dejarla a punto para volver a comerse el asfalto con ella.

Gracias a la narración de Dennis, pronto nos enteramos que Arnie se ha enamorado de su auto y planea casarse pronto, pese a la oposición de todo el mundo, mayormente la de sus padres, Michael y Regina Cunningham unos hippies ye-yés venidos a menos, quienes ven en el auto, muy a pesar de sus formas deportivas, un claro símbolo de la burguesía más conservadora. Mientras que Dennis decide unirse al club de gays cachas local equipo de futbol del instituto, Arnie entabla relaciones con Leigh Cabot, la cual comienza a sentir celos de Arnie a la vez que sufre de una gran frustración: no saber nada de mecánica ni de chicos. Entre tanto Arnie pinta a Christine de mil colores, en una clara maniobra por hacer que sus padres sientan alguna simpatía por su coche, pero sus padres no aprobarán ningún color. Tantos coloronines provocarán la iras de Buddy Repperton y sus coleguis, todos ellos críticos de la revista Autohebdo local, quienes terminarán destruyendo el auto de Arnie en vez de destruirle a él.

Semanas después, una vez Arnie recuperado de la impresión, vuelve a ser un chico soltero, en este caso abandonado: Leigh le deja por Dennis, lo cual no es más que una pérdida de tiempo puesto que a Dennis no le van las chicas, sólo le va el futbol. Pero un milagro ocurre después: Christine vuelve a escena, esta vez totalmente restaurada, para entablar relaciones con Petunia, un atractivo camión cuba en paro, cuya especialidad es limpiar fosas sépticas. Doblemente abandonado, cornudo y apaleado, Arnie jura venganza contra todo aquel que se interponga en su camino y, en el epílogo de la novela, termina sucumbiendo ante los encantos de un Boeing 737. Fin. ===Precedentes===]

  • En un episodio de Twinlight Zone (Dimensión Desconocida) de 1964 titulado You Drive ya ofrecían cursos para aprender a manejar automóviles con nombre de chica: éste se llama Lolita.
  • Un film de 1977 de serie B americano llamado The Car "juega" con la idea de cómo los automóviles se obsesionan por la gente, y no al revés.
  • Una serie documental de 1978, emitida en la única televisión de España de aquel entonces, en La Primera, titulado La Segunda Oportunidad mostraba como los españoles amaban tanto a sus coches de marca SEAT que siempre terminaban arrojándolos por un precipicio, con el prejuicio que eso suponía para el medio ambiente.
  • Y tu vecina, presumiendo de carro nuevo, cuando todos sabemos que es de segunda mano (el carro, no tu vecina)

Personajes

Por orden de aparición:

  • Arnie Cunningham. Como el único chico sin novia que queda en el instituto, sin contar con Dennis, a la largo de la novela intentará "emparejarse" sin conseguir lo que realmente quiere: a Christine, su primer amor. En realidad es un chico solitario, gafudo, espigado, delgado, feucho, poco agraciado y mal dibujado. ¿Más adjetivos?
    Cuando Arnie "encontró" a Christine... La quiso.
  • Dennis Guilder. El "mejor" amigo de Arnie, al menos cuando no está en liado en la sauna gay jugando al fútbol. Es la voz que va narrando los acontecimientos en esta novela.
  • Un automobil marca Plymouth, modelo Fury de 1958 llamado "Christine". Es un auto que se "deja querer" y es "muy fácil" de conducir. Purita mecánica, purito confort.
  • Ronald D Lebay. El primer propietario de Christine. Es un hombre cultivado, y muy redicho, sobretodo destaca "su buen" hablar y su mejor "decir".
  • Michael y Regina Cunningham. Los padres de Arnie. Él se pasa el santo día fumando "cigarrillos de marihuana", como los llama él. Ella es de las que cree que con el Che y Emiliano Zapata el mundo sería más mundo. ¡Santa mía!
  • Darnell. Es el propietario del garaje que lleva su nombre. Lógico.
  • Leigh Cabot. La chica, el bellezón americano. Rubia platino, pelo liso, cejas negras -o sea, que rubia de bote, teñida-. No le gustan los automóviles ni los mecánicos.
  • Buddy Repperton y sus "coleguis". Buddy y sus amigos son la voz de la consciencia mecánica de esta historia. Si algo no aprueban, simplemente lo destruye y asunto liquidado. Son imparciales.
  • George D. Lebay. El hermano de Ronald. Básicamente sugiere en la historia que éste, su brother, mejor se hubiera comprado una Vespa.
  • Petunia. Grande, respetable, serio, responsable y cumplidor; todo un camión.

Crítica literaria

¿Crítica? No. No vamos a criticar nada ni a nadie, que en Inciclopedia no somos hipocritones. De momento.

¿Christine está viva?

¡Christine está viva! Ésta es la prueba.

La novela termina con Christine, circulando libremente por las calles de Los Ángeles, sola, compuesta y sin novio.

Hay quien dice que la ha visto. Aparcada junto al bordillo de una calle angelina cualquiera, a veces con los vidrios tintados, pero siempre al acecho, vigilante... Puedes oír perfectamente el tick tick de su motor al enfriarse... El sol brilla en sus cromados, los acentúa, los hace crecer. Su color rojo emborracha como un mal vino tinto, y su rejilla del radiador, transformada en una boca sensual, te convida a subirte en ella e ir a dar una vuelta. Y otra, y otra...

Hay quien dice que está ahí, vieja y antigua como el twist y el boogie-boogie, pero nueva, y reluciente como recién salida de fábrica. Cualquier rallada, cualquier abolladura, cualquier piloto roto espontáneamente se arregla, se pinta, se regenera... con sólo dar marcha atrás... Dicen que está viva. Que respira. Escucha su respiración en ese rugido de su motor con sus ocho cilindros en V. Y escucha el rock'n'roll de Buddy Holly, escucha a Ritchie Valens y rueda, hasta la eternidad.

Última imagen de Christine captada en un lugar indeterminado.

Vigila a tus espaldas, y corre si la ves, corre hacia algo alto, huye, ella no tiene piedad...

Pero claro ¿será una leyenda urbana?

Christine en el cine

En 1983 se realizó la película sobre Christine.

La razón por la cual la versión cinematográfica difiere "demasiado" de la novela no es la típica cosa aquella que siempre decimos: es que el libro es mejor, siempre ponen más cosas que en el cine no suelen poner. Sabemos de buena tinta que en 1983 Stephen King ya había vendido los derechos de la novela a Columbia Pictures, aun cuando la novela ni siquiera estaba terminada. Ésta práctica, a raíz del desacuerdo del autor con la versión al cine de El Resplandor, sería habitual en el escritor de Maine hasta la fecha, además de para cobrar unos dólares de más, serviría para evitar errores.

Christine, recién nacida, algo enojada, en la cadena de montaje.

Por ejemplo, en la película Ronald D. Lebay y George D. Lebay se funden en un sólo personaje, para ahorrar tiempo. Para horror de Arnie, sus padres son vegetarianos, y no hippis, y éste, antes de comprar a Christine siempre anda gastándole bromas pesadas Buddy y el resto de la banda. Para más ignomia, en el film Christine habla en su lenguaje de motores, manteniendo grandes y largas pláticas con Arnie, cuando en la novela Christine es una anciana muy mayor, y además es muda, pero canta canciones de rock, lo cual es ya de por si algo muy contradictorio. Otro cambio es el personaje de Leigh Cabot quien en la peli había sido una bailarina de streap-tease redimida, en lugar de una estudiante frustrada de mecánica como en la novela. Lo peor, en la cadena de montaje, cuando Christine acaba de nacer, ya se muestra "rebelde" abriendo y cerrando el capó a su antojo, amén de las puertas, y encendiendo y apagando los faros o el receptor de radio...

A pesar de todo, Christine, la película, fue dirigida por John Carperter y tuvo tanto éxito que el público iba a verla atropelladamente a las salas de cine.

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