Incijuegos:El Señor de los Anillos:el juego de rol 2/223

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En un estrecho callejón... muy estrecho

—¡Guardia a mi, guardia a mi! —entoné con mi suave y aterciopelada voz de bardo-castrati que Eru me entregó al engedrarme.

Rattus marinus haciendo equilibrios.

En dos turnos de juego, mientras iba al baño a hacer pissing sobre el Señor Roca, escuché pasos de hombres armados. Con mi +5 en inteligencia, descifré que se trataban de unos tramoyistas del Monte del Destino de peregrinaje por la zona, por lo que decidí gritar aún más fuerte para que me escucharan y vinieran a salvar a la doncella que tendría que estar socorriendo, que no corriendo como me apetecía.

A la vuelta de la esquina del callejon apareció la guardia, detras de los ruidos de los tramoyistas, que debieron ir por otra calle (razoné pausadamente). Se dirigió a mi un hombre corpulento y con bigote poblado.

—¡Que demonios ocurre aquí caballeros! —pregunta la autoridad. Y antes de poder decir ni una palabra, uno de los hombres que estaban con la señorita respondió con parsimonía.
—Nada señor agente, que estábamos aquí mis amigos y yo mismo con esta encantadora señorita intentando sacarle el hipo y este energúmeno ha venido buscando problemas.
—Vaya, vaya, un elfito buscando problemas, ¿eh? ¡Al calabozo con él!

Ante el cariz que tomaba la situación decidí hacer lo más prudente, entregué mis armas y me pasé cinco años en una carcel turca. Para cuando ya me había acostumbrado al régimen disciplinario de las duchas y le me encontraba agusto siendo la novia de un...

...



¡Ya basta! ¿Si tenemos el mapa por qué demonios le seguimos escuchando? —pregunta Mill.

Los piratas se miran unos a otros tratando de procesar la información recibida y tras unos segundos de pausa dramática, se escucha el sonido seco de unos dados cayendo sobre una superficie de madera. A lo lejos, unos niños juegan en la playa y sus risas son ahogadas por unos vítores procedentes del barco que se encuentra a unos escasos cientos de metros. Momentaneamente sorpendidos, siguen con sus juegos a la vez que la Tierra Media se libra de otro elfo asqueroso.


FIN