Pabellón auricular

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El pabellón auricular, pinna,​ aurícula u oreja es esa cosa que tienes pegada a un lado de la cabeza (como normalmente se tienen en número par, al otro lado de la cabeza tendrás otra). Es, afortunadamente, la única parte visible del oído.

Esta curiosa estructura de la que gozan los mamíferos en general y que da a los humanos en particular un aspecto tan gracioso, está formada por cartílago recubierto de piel. Su función principal es mejorar la audición a modo de antena parabólica.

Muchos animales, y aun algunos humanos que gozan de caracteres genéticos vestigiales que les conectan más con la naturaleza, son capaces de mover el pabellón auricular a voluntad hacia la dirección en la que detectan el sonido, lo cual además de darles mayor eficacia auditiva les da un aspecto muy divertido según en qué momentos.

Las orejas continúan creciendo durante toda la vida del ser humano, por lo que si llegaras a ser tan o más anciano que el viejo chiflado que decía ser Hitler es muy probable que, bien te las acabes pisando o bien logres utilizarlas para echar a volar como el elefante Dumbo, si bien éste tenía ya dos prominentes paracaídas de natural, como le sucede a algunas personas.

Partes de la oreja

El mapa del tesoro

Efectivamente, aunque parece una parte informe del cuerpo puesta ahí de cualquier manera por un bromista, en realidad el pabellón auricular tiene partes diferenciadas que se presentan en mayor o menor medida en la mayoría de orejas.

  1. Hélice: lamento decepcionarte pero no tiene forma de hélice, así que no sé porqué se le ha llamado así, digamos que es el reborde externo, que puede ser muy fino o gordezuelo, como el reborde externo de una pizza.
  2. Escafa: la escafa es la depresión que presentan las orejas junto a la hélice. No depresión de que estén mohínas, sino que hace como un valle.
  3. Fosa Triangular: otro valle en la parte superior delantera, ahí se acumula por lo general bastante roña y es un sitio muy como de rascárselo.
  4. Antihélice: parte protuberante que junto con la hélice rodea la escafa.
  5. Concha: caso de que seas argentino, no es eso que estás pensando. Y no sirve para lo mismo, así que no lo intentes.
  6. Trago: ninguna relación con el alcohol, es esa protuberancia lateral al lado de esa cavidad donde acumulas el cerumen.
  7. Antitrago: ninguna relación con movimientos antialcohólicos, muy parecido a la anterior pero en la parte de abajo.
  8. Lóbulo: es la parte más carnosa y donde la gente se cuelga más cosas

Formas de la oreja

Hay personas que hacen de sus orejas soplilleras y prominentes una seña de identidad. En este caso se desaconseja la cirugía, pues produciría una merma ontológica.

No existen dos individuos con las orejas exactamente iguales, ni respecto a otro individuo ni las orejas de un mismo individuo entre sí. Pueden variar mucho de tamaño, siendo que hay personas que parece que llevan dos pequeñas rosquillas a cada lado del cráneo y otras que cada vez que giran el cuello producen corrientes de aire tales que las autoridades se plantean situar centrales eólicas en las proximidades de su entorno para beneficio del país.

Cada una de las partes descritas en el apartado anterior puede ser más o menos predominante. Si bien la casuística sería inabarcable vamos a comentar solo los aspectos más relevantes.

Orejas soplilleras: es una forma de lo más común y festiva, que da lugar a chanzas y bromas que a menudo culminan en bullying y problemas psicológicos sobre todo en niños y adolescentes que no tengan el remango como para dar dos merecidas hostias a los hijos de puta que se ríen de ellos por esta cuestión. Es aquí donde los padres pueden tirar de este vademécum de buenos ejemplos que es el fútbol y señalar a su hijo casos célebres como Dani Alves[1] o Gareth Bale a quienes tener dos gigantescos velámenes enmarcando sus cráneos no les impidió triunfar. Los mismos padres podrían observar que ambos se sometieron a cirugías para tener unas orejas menos prominentes y empezar, por tanto, a ahorrar para que un buen doctor intervenga a su retoño.

Orejas puntiagudas: se asocian a seres míticos como hadas o elfos. No aconsejamos desde aquí una intervención estética para parecerse a estos seres, ya que si eres feo o fea como la mayoría de la población lo es, lo más probable es que termines pareciéndote a un duende o un trasgo.

Oreja de Mozart: efectivamente el afamado compositor tenía una oreja muy rara con la antihélice proyectándose hacia arriba y no hacia abajo. Es un carácter recesivo que tienen algunas personas. Pero si tienes una oreja así no vayas corriendo a la escuela de música más cercana, pues no garantiza dotes artísticas como las del genio salzburgués. De hecho su propio hijo Franz Xaver Mozart tenía también esta forma de oreja, intentó dedicarse a la música para emular a su ilustre padre y... bueno, mejor no hacer sangre.

Funciones de la oreja

Utilitarias

La dueña de esta oreja piensa que esto hace bonito. Gente hay para todo.
  • Audición: Como se dijo, su principal función es captar las vibraciones sonoras y redirigirlas hacia el interior del oído como si de un embudo se tratase, por lo que sin la existencia de esta estructura las ondas sonoras pasarían de largo del canal auditivo tal y como tu crush pasa de largo de ti[2], y necesitaríamos construir accesorios como trompetillas para colocárnoslos en la cabeza y poder entendernos entre nosotros. Si bien la audición es su principal función, no es la única manera en la que se pueden aprovechar las orejas, como se verá a continuación.
  • Sujetar las gafas: las orejas sirven, junto a la nariz, de estructura soporte para las prótesis oculares, lo cual incrementa en gran manera su valor ya que, no solo permiten tener una mejor audición en general sino también son un complemento para una mejor visión en las personas que son cegatas en mayor o menor medida. También sirve para sostener gafas oscuras que cubren tus ojos de un velo de misterio ya sea que te dediques al espionaje o a ser un chulo piscinas. Por supuesto esta función también podría estar en la siguiente sección, ya que hay personas que utilizan gafas solo porque les da un aspecto más pseudointelectual, bien sea que los cristales estén sin graduar o bien que las gafas carezcan de cristales. Oye, si uno es tonto, por lo menos sus orejas combinadas con un simulacro de gafas puedan contribuir a que lo parezca un poco menos, ¿verdad?.

Recreativas

  • Asideros durante el sexo oral: esto no requiere mucha explicación pero ¿qué mejor manera de guiar la cabeza de esa persona que tiene a bien sorberte los genitales? Recuerda que no a todo el mundo le gusta ser agarrado de los pelos, y que ni siquiera todo el mundo tiene pelos que agarrar, pero la inmensa mayoría de las personas tienen orejas. Esto multipica tus oportunidades. Recuerda igualmente que tú mismo/a las tienes y puedes ofrecerlas para estas cuestiones destacando su ergonomía y confort.
  • Asideros para cuestiones punitivas: en este caso solo uno disfruta y otro sufre. Cuántos maestros de esos de vieja escuela no agarraban de ahí a sus pupilos más pillastres para someterles a lo que determinasen las ordenanzas disciplinarias o a la disciplina más arbitraria. Recuerda que si tienes infantes a tu cargo y te decantas por esta función puedes enfrentarte a problemas legales serios, ya que lo tirones auriculares, en especial cuando llegan a despegar los pies del suelo, han sido abolidos en la mayoría de países occidentales.
  • Llevar abalorios y colgojos: efectivamente, en muchas culturas las orejas se utilizan para colgar desde sutiles adornos hasta enormes aros e incluso piñatas en cumpleaños infantiles. Poder llevar ingentes cantidades de metales preciosos en tus orejas reafirmará tu posición social y llevar ingentes cantidades de simulacros de metales preciosos te permitirá simular que tienes una mejor posición social. En cualquiera de los dos casos no te pases porque además de un baladrón serás un hortera. Además tus orejas pueden quedar deformadas hasta ser irreconocibles y darte un aspecto de orco tal que la gente cuando te vea se ponga a invocar a los hombres de Gondor. No olvidemos que muchos abalorios y colgojos son símbolos identitarios para muchas culturas, por lo que adoptarlos te permitirá también darte a eso que llaman apropiación cultural. Pero no te preocupes, siempre puedes decir que tomar símbolos de otra cultura, descontextualizarlos, sincretizarlos y hasta ridiculizarlos no es algo hecho con mala intención, sino la exteriorización de una postura filosófica de lo más posmo. Y si no te da pa tanto, di que los pones porque crees que te hacen más guapo y está, que al final es lo que hace todo el mundo.

Orejas famosas

Notas

  1. Limitaremos la ejemplaridad de Alves a lo de las orejas, válganos el Cielo. Desde luego no a esos presuntos comportamientos delictivos que se le imputaron y que finalmente fueron sobreseídos.
  2. ¡Oye, ideaca! Tal vez si pones una campana alrededor de tu rostro como las que se les ponen a los perros y gatos cuando se les opera esa persona por fin sabrá que existes.