Usuario:Alfredo-loco/pruebas

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Quiero desarrollar: Bueno ayer Monesvol me habló en sueños y me pidió un artículo sobre Carlyle... así que trataré de llevar acabo esta divina misión.


Ahora trabajo en...

1 Creo que por allí anido una idea de escribir un libro que sea un manual para la convivencia entre idiotas e inteligentes... escrito por un inteligente... mmm quizás que parezca un poco altanero... hasta el momento tengo lo siguiente:


Aceptamos que sea idiota.

Es sin duda un hecho de la realidad que en el mundo existen personas cuyo grado de idiotez es exagerado. Dichas personas pululan a nuestro alrededor, conviven con nosotros, van a la misma iglesia, comen de nuestra misma comida,[1] hablan nuestro mismo idioma, bueno al menos en forma general. Es decir, son parte cotidiana de la flora y fauna con que nos topamos cada día.

Nosotros no tenemos ningún problema con ustedes, los aceptamos como un hecho de la vida, igual aceptamos que llueva cuando vamos de paseo, o que la chica que nos guste ande con el zoquete más grande de la historia, o que cuando buscamos algo que nos urge no lo encontramos. La negación de una realidad, el querer cerrar lo ojos a un acontecimiento no conlleva (lastimosamente) a que éste desaparezca, así pues nosotros no podemos obviar el hecho de que ustedes, queridos idiotas, existen y probablemente seguirán existiendo cuando nuestros blancos huesos se hayan desintegrado en la tierra que nos vio nacer.

En fin, nosotros tan dados a los pensamientos excelsos, a la contemplación de verdades abstractas, a la elucubración ingeniosa, al raciocinio puro, a la inducción, al método y regla del pensar no discutimos ni desaprobamos sus talantes débiles, impropios, sus pensamientos simples y desordenados. Sabemos que ustedes y nosotros somos las dos caras de la moneda,[2] y como parte de una misma humanidad no queda más remedio que convivir con ustedes.

Sin embargo tomando en cuanta que la naturaleza fue más beneficiosa con nosotros al otorgarnos el precioso don del intelecto desarrollado, y es visto, a través de un examen minucioso de la Historia que quienes poseen dones intelectuales superiores son los llamados a gobernar[3] y disciplinar a los simples consideramos necesario, a fin de guardar la armonía, la paz y la concordia entre ustedes y nosotros, que ustedes, idiotas del mundo, se sometan, mansamente, a las reglas y dictados que a continuación enunciamos.

Acéptese

La primera regla que queremos darle es la siguiente: acéptese como idiota. ¿Para que negar lo que Dios o la Naturaleza les ha otorgado? ¿Qué ganan con eso? ¿No resulta mucho mejor aceptar lo que somos que tratar de negarlo? En efecto, sabemos que quizás les de un poco de vergüenza aceptar que son idiotas, eso nadie lo niega, pero la experiencia histórica arroja una evidencia irrefutable: es mejor aceptar lo que se es que pretender ser lo que no se es.

La sabiduría popular, que en algunos casos es verdadera sabiduría y en otros casos es un sinfín de disparates y prejuicios, ha acuñado, en el devenir del tiempo una máxima que resume muy bien nuestra idea, dice, a propósito, tal aforismos que: Aunque la mona se vista de seda, mona se queda.

En esas diez palabras se encierra la esencia de nuestro primer mandato: El idiota tiene que aceptarse como tal. De nada vale pues todos los esfuerzos que ustedes, idiotas del mundo, realicen para aparentar lo que no son.

No aceptar el ser idiota es doblemente triste, por un lado se va a estar luchando contra la Naturaleza (batalla que resulta perdida, ya lo sabemos) y por otro tampoco se dejará de ser idiota. Además, tratar de luchar contra la idiotez, puede resultar peligroso para usted, le puede generar soledad y vacío existencial

Por un lado los mismos idiotas que se aceptan, es decir, los que no se entristecen por el mero hecho de ser idiotas al conocer su actitud de tratar de aparentar lo que no es, de renunciar a su Naturaleza, de despreciar a sus iguales se van a sentir, con toda la razón del mudo[4] enojados e iracundos contra usted, pues con su actitud lo que demuestra es repudio a su naturaleza y condición, y esto, señor idiota, es ni más ni menos que una bofetada para todos aquellos que con orgullo se aceptan idiotas.

Y por su puesto la comunidad de los no-idiotas jamás, bajo ninguna circunstancia, lo va a aceptar a usted. Sabedores de que es usted un idiota que trata de aparentar no serlo será doblemente catalogado como idiota, y esto, en lugar de ser beneficioso resultará perjudicial para usted, por que si bien nosotros estamos dispuestos a aceptar a los idiotas normales, no vamos a abrir nuestras puertas a aquellos que, por tratar de no ser idiotas, son doblemente idiotas.

Así pues, la primera regla que les exigimos cumplir es aceptarse como idiotas, tan simple como eso.

Análisis exegético comparativo entre la teogonía y el génesis

El presente y brevísimo ensayo tiene como finalidad que ustedes, lectores ávidos de conocimientos, puedan copiarlo (Ctrl+C) y pegarlo (Ctrl+V) en sus «Trabajos de investigación» o en sus «Tesis de Graduación» puesto que la materia tratada en el mismo es de suma importancia en cualquier carrera que ostente algún grado de seriedad y pericia científica.

Seguramente ustedes se preguntarán ¿por qué motivos comparar el génesis con la teogonía? A lo cual yo les respondo: No sé. Supongo que no tengo nada mejor que hacer en este día y bueno en fin entremos en materia.

La Teogonía.

La Teogonía es un librito que compré hace poco en una librería. Su autor es un griego llamado Hesíodo y no sabemos el porqué de tal nombre. Básicamente este poeta lo que se dedica es a «cantar», según reza el prologo del libro aunque yo no vi notas musicales o acordes para guitarra en ninguna parte, el origen de los dioses. Lo interesante de todo ello es que los tales dioses griegos era una pandilla de desenfrenados sexuales que se complacían en todo tipo de parafilia como el incesto.

En los versos 123-125 el afamado y laureado autor dice: «Del Caos nacieron el Érebo y la negra Noche; y de la última, que quedó encinta por haber tenido amoroso consorcio con el Érebo, se originaron el Éter y el Día» No es necesario ir a la Universidad para darse cuenta que el Érebo (lo que sea que esto sea) y la negra Noche son hermanos y tuvieron relaciones incestuosas.

El anterior es sólo un ejemplo de los muchos que abundan en la Teogonía y que prueban una cosa: Hesíodo era un enfermo.

El Génesis.

El Génesis, antes de ser nombre de mujer, fue un libro de la Biblia atribuido a Moisés. El autor cuenta como dios creó el mundo, el cielo, los mares, las plantas, los animales y al ser humano. Basta con que dios diga «hágase tal cosa» para que eso aparezca. Así las cosas, de primera entrada no parece haber sexo de por medio. Sin embargo páginas más adelante leemos que «Caín se unió a su hermana…» y bueno ya saben ustedes que ese unió es SEXO. Y más y más incesto.

Así pues podemos llegar a la conclusión única e inequívoca de que Moisés también era un enfermo.

La Teogonía y el Génesis conclusión.

En síntesis ambos libros lo que hacen es hablar sobre sexo: ya sea atribuyéndoselos a los dioses o a los hombres creados por dios. De modo que ambos libros, podemos concluir sin miedo a equivocarnos, son obra de una misma mente esquizofrénica, altamente sexualizada, con gustos incestuosos. De ahí que, sin temor a equivocarnos, podemos concluir que Hesíodo y Moisés son la misma persona. De lo que no estamos muy seguros es si Moisés es el verdadero nombre y Hesíodo su pseudónimo o viceversa o, tesis también muy probable, no se llame ni Moisés ni Hesíodo sino tal vez Juan Pérez o algo así. De lo que no hay duda, como dijimos antes, es que son la misma persona.


Notas al final del texto que no aclaran nada

  1. No de nuestro mismo plato, porque eso contraviene todas las normas de higiene que existen en el mundo
  2. Aunque sin duda nosotros somos la cara más digna
  3. Lo cual no quiere decir que quienes gobiernan actualmente sean los más preparados intelectualmente
  4. Que sean idiotas no significa que de vez en cuando tengan la razón