Favila de Asturias
Rey de Asturias |
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Reinado o lo que sea | Irrelevante |
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Predecesor | Sucesor |
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Nombre de verdad | Se llamaba Favila, el pobre. |
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Nacimiento Defunción | Alguna aldea de Asturias Llueves, Asturias (siempre llueves). |
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Casa |
La de Don Pelayo, que se la pela todo. |
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Estado actual | Digerido. |
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Familia | Su padre, Don Pelayo, sus poco femeninas madre, hermana y esposa y el advenedizo de su cuñao. |
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Relaciones | Poco le dio tiempo al pobre. |
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Enemigos | Úrsidos. |
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Favila o Fáfila de Asturias, según lo que cada quien farfulle, (muerto de forma ridícula en 739) fue el segundo monarca del reino de las Asturias, si bien para elegirle como tal esperaron a que muriera su padre de pajillero nombre, Don Pelayo, quien es célebre por aparecer su efigie en las farolas del paseo marítimo de Gijón. Favila tomó el nombre de su abuelo paterno, quien mira por dónde, se llamaba también Favila. Desde el momento en que ocupó la corona su vida tal vez fue breve, pero nadie puede negar que fue emocionante.
Orígenes
Más allá de que fuera hijo de Don Pelayo y de que tenía una hermana de seductor nombre -Emersinda- lo más que se puede decir de su infancia es que sufrió el síndrome de hijo de padre ausente. Su padre se pasaba el día primero evadiendo impuestos y más adelante combatiendo a los moros, y no ponía un huevo en casa. Siendo las cosas de esta guisa, a Favila y Emersinda hubiera debido de educarles la televisión, pero vivían en la Alta Edad Media y no había de esas cosas, así que no les educó nadie. Se pasaban el día medio asilvestrados por el monte fastidiando a los bichos que por allí se encontraban y quién lo iba a decir, esto sería la ruina de Favila, quien en una de éstas terminaría encontrando la horma de su zapato.
Reinado
Gobernó dos años, siete meses y diez días, que así dicho parece una condena, pero en realidad su reinado no fue malo. Ni bueno tampoco. Si por algo se caracterizó su proceder en los asuntos de gobierno fue por la irrelevancia y la intrascendencia. En resumidas cuentas, si alguien borrara a este mastuerzo de la Historia ésta se quedaría tal y como está y a todo el mundo le importaría tres cojones. Realmente la única cosa mínimamente interesante que hizo fue morirse, que ahí hay que reconocer que fue pintoresco el tema.
Muerte
Un día, el rey Favila volvía a su casa vacilando de haber estado peleándose con unos moros que habían entrado en sus dominios (en los que entraba cualquiera, como Pedro por su casa). Vacilando decimos, porque mucho no debía haber peleado en realidad, que llegado a su casa lo primero que le apeteció fue ir al monte de caza, tal vez fuera aquello porque al llegar allí encontróse con su mujer, la reina Froiliuba, de aspecto tan bello y tan suaves maneras como da a entender su nombre. Por más que la reina intentó retenerle agarrándole del faldón y de los pelos él fue más rápido y logró huir a tiempo, justo antes de que su regia -regia, rígida eincluso frígida- esposa le pidiera cuentas por las correrías que se traía con sus amigotes.
Ay, muchas serían las desdichas que traerían las cacerías a los monarcas hispánicos y a sus familias -y si no que se lo digan a JuanCar, para quien un elefante supuso el fin de su reinado, o incluso a su nieto Froilán, que ni es rey ni nada y que tal vez por eso ya se encargó de dispararse solo en el pie. El caso es que Favila subió por un monte, metióse en un vallecillo y yendo solo allí se encontró con un oso. Fanfarronamente no se le ocurrió nada más que ir a tocar los cojones al susodicho animal, y éste, que no estaba para tonterías, se lo zampó.
Esto se dice la leyenda, aunque siempre hay quien le busca las vueltas a todo y hace otro tipo de interpretaciones:
- Que a Favila se lo cargaron sus rivales políticos (el cuñadísimo del que hablaremos más adelante) y esto del oso es un cuento para tapar el crimen. Podría ser.
- Que todo esto del oso fue un rito de iniciación en el que debía demostrar que era un macho de verdad. En ese caso tal vez estemos hablando de otro tipo de oso, y tal vez Favila fuera tan, tan macho... que de tan macho que era solo le interesara la compañía de otros machos.
- Que simplemente la historia sea ajustada a la realidad. De aquella había muchos osos sueltos y Favila era un tanto corto de luces.
En resumen, y como moraleja de esta historia: no hay que molestar a los animales, pues si tú no te metes con ellos, lo más normal es que ellos también pasen de tí. Esto es especialmente recomendable cuando el animal en cuestión tiene garras, enormes fauces, y pesa unos seiscientos kilos.
Sucesión
Imagina el típico cuñado pesao que es más listo que nadie, que todo lo sabe y que todo (al menos según él) lo hace mejor que tú. Pues ese fue el sucesor de Favila. Aunque Favila al morir dejó dos hijos, éstos eran muy pequeños, así que los señores astures les dieron dos collejas, les mandaron para su casa y pusieron de rey al susodicho cuñao, de nombre Alfonso, y a la sazón marido de la Emersinda ésta.
Alfonso I de Asturias declaró nada más llegar al trono:
Ahora, ahora voy a reinar yo bien. No como Favila, que tenía buenas intenciones, pero no tenía ni idea el pobre. Fíjate que ya se lo había dicho yo... Favililla, que tengas cuidao con los osos... y nada ¡ay si me hubiera echo caso!. Si tó lo que iba a hacer Favila en el reino, lo puedo hacer yo también, pero conmigo ya veréis que ¡va a costar la mitad!. Hacedme caso a mí...
Y así pasó de decir estas cosas en todas las bodas, bautizos, comuniones, navidades y fiestas de guardar a decirlas en el consejo real, que aquellos que formaban parte del mismo tenían el cielo ganado.