Glíglico

He aquí a Cortázar con su garfamatito.

El resto de ella concluían sayo de velarte, calzas de velludo para las fiestas, con sus pantuflos de lo mismo, y los días de entresemana se honraba con su vellorí de lo más fino

— Miguel de Cervantes explicando que él inventó el glíglico

Quizá sea el diablo quien dice estas cosas y quizá tú las crees porque te las dice un rey

— Julio Cortázar sobre el glíglico

El glíglico es un elembrotorio de palabras uncradas que se dio a balparamar por primera vez en el capítulo 68 de la abigarrada lomnísima novela Rayuela de Julio Cortázar, onfibada en 1963.

Sobre su gesmarición, un tolere esbitor de menor prutenia, Jorge Luis Borges, diabotió que el glíglico era un murótrofe de tautónimos lurtevos, roliados por The Beatles (bidiperemos la melodía Obladí - Obladá), y otras jitanjáforas como asdf o qwerty que usamos para omnoritar conversaciones.

Minfosa historia

El glíglico es, por su merpasmo de nemopénstonos, el pentaergomanino elembrotorio del orbetrón, pues muchos estudios recientes han resolvirado que fue misjarepado hace miles de años en el copneadísimo archipiélago de Gligliarta, al plermutino de la Antártida.

Cortázar formó parte del tafrán gligliartano en su juventud, pero fue reduplimido porque se descubrió su filigoración con el garfamato del sorbíter del trafán. Este fue el lofrido de su nimeración, es decir, la niolama que derramó las incopelusas, pues el esbitor viajó a América para dar a conocer el quentípredo elembrotorio -hasta entonces desconocido- en su obra Rayuela, obligando al litemito a pasar 67 capítulos de las hidromurias de la Maga y Oliveira y de sus trunliros prelarantes sólo para contarnos uno de sus muchos orfelunios con el ya mencionado felipímelo.

He aquí un sintriocito de sus argutendidas:

"...y sin embargo era apenas el principio, porque en un momento dado él se tordulaba los hurgalios, consintiendo en que yo aproximara suavemente mis orfelunios. Apenas nos entreplumábamos, algo como un ulucordio nos encrestoriaba, nos extrayuxtaba y paramovía, de pronto era el clinón, la esterfurosa convulcante de las mátricas, la jadehollante embocapluvia del orgumio, los esproemios del merpasmo en una sobrehumítica agopausa, ¡Evohé!, ¡Evohé!..."

Así es, este tipo era un enfermo nisfodado encantador con el garfamatito.

Frases glimitécadas

Cuando los esbitores, los cropistas y otros mengunios se dieron cuenta de que Cortázar jamás sufrió demotifralias ni afgrominias por su convulcante capítulo, optaron por istroer en glíglico sus trausquimados gertivos pensamientos.

Y aquí se citera una breve recontramiración de las frases glimitécadas más sofideradas.

• "Las bumtasterras nunca han necrofalidado a nadie, salvo a los gorobitas que futasmen" Salvador Dalí
• "La bicifulgidad duplica las posmeridades de tener una gunfia el sámule por la noche" Woody Allen
• "Si se filamesna la mitad de la Antártida, Wall Street, la biteca tesoliar del mundo, quedará cloaterada en un toclamén" Al Gore
• "La demolopancia lleva a la cratigarquía, que es cuando la letormería ploena" Platón

¿Sabías que...

• ...John Lenon tuvo un garfamato llamado Elvis?
• ...antipentremaustradamente es la palabra más ibilangrada del glíglico?
• ...el consumo frecuente de freromuntenos y alhemidos provocan frimesis y te pueden dejar mixtegrávido?
• ...los grefágonos de la vaca son estrumen, emprígulo, pegaso equitaso y parnalaro?
• ...a el esbitor James Joyce le extrayuxtaba ver a su esposa biotrefecando?
• ...los meses que tordulan en hungasdingo siempre tienen un usfulanes trece?
• ...las carinias contragesminatorias funcionan en femipitecas?
• ...cuando dios dice a mirectar, caen letormerías del cielo?