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Incinoticias:¡Hoy encontré una moneda de diez centavos en la calle!
La vida a veces te sonríe
16:37 10 de noviembre de 2020 — Ciudad: Mi barrio; a la vuelta de la esquina si somos precisos — Informa: Yo
Agencia Inciclopedia Express
Muchas veces la vida es realmente cruel. Los trabajadores aguantamos todo tipo de abusos con tal de ganar unos sucios billetes a fin de mes que nos robarán a la semana siguiente. Las jornadas son largas, la labor pesada, los viajes eternos. Pero a veces, en muy contadas ocasiones, la vida reconoce el esfuerzo, y te recompensa como diciendo "Viste, todo ese trabajo vale la pena". La recompensa puede tomar muchas formas, no necesariamente significa ganar la lotería, pero la alegría es similar siempre. Hoy la vida finalmente me recompensó; ¡encontré una moneda de diez centavos en la calle!
Ampliación de la noticia
Venía de un día particularmente difícil en el trabajo. Concretamente, la dificultad estribó en que el jefe me despidió por manosear a su hija en la junta directiva. ¡Pero yo cómo iba a saber que era su hija! Debería tener un cartel o algo así.
El día anterior no había sido mejor: mi esposa me abandonó. "¡Trabajas todo el día y ganas dos centavos al mes! -me dijo antes de irse- ¡Y además no se te para ni pegándole una birome!" Fue doloroso; la cinta que había utilizado para adherir la birome a mi miembro me irritó la piel. Y el que me abandonara también fue doloroso, desde luego, especialmente porque se quedó con mi casa y mi auto.
Así pues, mis ánimos estaban por el suelo este día. Pero entonces ocurrió el milagro: presencié un destello en la calle de tierra. Era solo un iPhone. Sin embargo, cerca del iPhone estaba esperándome nada más y nada menos que una moneda de diez centavos.
¿Qué me importaba a mí que estuviera junto a un vidrio roto y un pañal sucio? Hasta he comido cosas peores. Me lancé de cabeza a recoger el premio por una vida de sacrificio. Era una bella moneda. Claro que estaba algo arruinada por el óxido. Por supuesto olía a orines de gato (lo cual explicaría que se sintiera húmeda al tacto). Desde luego no olvido que el 1 ya estuviera algo borrado, por lo que parecía decir "0 centavos".
Pero no me importaba. Si la vida te da limones debes devorarlos con avidez. Ahora mismo tengo la moneda en mi mano; la miro tiernamente mientras publico esta noticia en todas las redes sociales con el internet de mi ex-esposa (pues todavía no cambia la contraseña del wifi). Quizás utilice este premio para comprar una nueva casa, y si sobra algo un nuevo auto o una nueva mujer. De hecho, ¿quién necesita un feo trabajo cuando se puede vivir del dinero que Monesvol deja en la calle? Definitivamente así pasaré mis días de ahora en más, pues lo merezco.
El destino me ha abierto los ojos. ¡Es el mejor día de mi vida!