Incinoticias:El aumento de piratas acaba con el calentamiento global

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El desgobierno somalí: la solución contra el calentamiento global
11:49 15 de abril de 2009Ciudad: Mogadiscio; Somalia — Informa: Jack Sparrow

Agencia Inciclopedia Express

Desde hace décadas los científicos nos avisan de los peligros de los aerosoles, los gases de efecto invernadero, la pedorastia y demás males que están aumentando las temperaturas del planeta Tierra. Sin embargo desde hace varios meses unos ecologistas somalíes están haciendo un esfuerzo sobrehumano para que esto deje de suceder. Al igual que los piratas del siglo XVIII se dedican a asaltar barcos con kalashnikovs y bazucas. Se juegan la vida, pero lo hacen por una buena causa.

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Piratas patrullando en busca de barcos contaminantes.

Es por la mañana en Mogadiscio y he conseguido reunirme con un líder tribal pirata que no quiere darme su nombre. Con una pata de palo y un parche en el ojo izquierdo me recibe en una casa de tés. Me invita a sentarme mientras me ofrece galletas ecológicas, tomo con gusto una y me comenta que las fabrican con avena cultivada usando pesticidas naturales. Desde luego estos piratas saben hacer galletas. Intercambiamos frases triviales sobre el tiempo pero cuando le pregunto si vale la pena arriesgar la vida para salvar el planeta ,su cara, de afable y amigable, pasa a una melancólica mirada. «Escuche, —me dice mientras acaricia un kalashnikov con el logo de Greenwar— sólo tenemos un planeta, la madre Tierra, me entristece ver desde la costa de mi país como decenas de petroleros pasan a diario con su peligrosa carga. Mi abuelo me decía que el hombre blanco estaba expoliando la Tierra, haciéndole agujeros para sacar sus tesoros. Mis hombres y yo intentamos frenar eso. Nuestros objetivos son los petroleros, pero no les hacemos ascos a los barcos de mercancías que transportan balones de fútbol hechos en India por niños. Y mucho menos a los barcos pesqueros con redes de arrastre que destrozan el rico fondo marino». Mientras habla con énfasis ni puedo dejar de ver una tristeza y una desazón en su ánimo. Mi anfitrión se da cuenta de mis pensamientos y una blanca sonrisa me saca de mi ensimismamiento. «No se preocupe —afirma con calidez— sabemos que la ONU se ha fijado en nosotros y que Estados Unidos está enviando buques de guerra. Pero tenemos algo que ellos no tienen, tenemos fe en nosotros y en que el Monesvol nos está bendiciendo con sus tallarinescos apéndices». Mientras afirma esto se toca un collar con un fideo tallado en ébano.

Para estos piratas el Monesvol es el único dios verdadero. Creen fervientemente que con su presencia en los mares la temperatura está bajando. Son unos románticos que se levantan por la mañana muy temprano, desayunan con su familia y se despiden de ellos sabiendo que tal vez algún capitalista contaminador puede matarle. Pero son tenaces, son piratas ecologistas, son nuestra única esperanza en este mundo desolador para frenar la industrialización salvaje.

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