Uaifai
El Uaifai (o Uai-Fai) es una clase de ondas psíquico-mentales emanadas por ciertas especies animales tales como el teléfono celular, la computadora y el gato-lavadora. Es considerada uno de los tres pilares de la vida humana, junto con la comida y eso de lo que no puedes hablar con tu abuela. Es tan importante que aproximadamente el 100% (sí, el 100%!!!) de la población de Inciclopedia moriría en caso de su ausencia.
Algunas fuentes indican que el Uaifai parece tener algún tipo de influencia en el comportamiento reproductivo del ser humano, estimulando ciertas actividades. El humano puede canalizar dicha influencia en un extraño vocablo pronunciado con anticipación a la recepción del Uaifai: «Pasameuaifai».
Otras fuentes señalan vagamente que el Uaifai tiene influencias en las actividades sociales llevadas a cabo por el simio sin pelo, principalmente en aquellos individuos con gafas cuadradas, camisa debajo del pantalón y tirantes.
Historia
Ya en la prehistoria los distintos pueblos humanos y africanos utilizaban el Uaifai para afilar lanzas y romper almejas.[1]. El Uaifai también fue un componente esencial en la creación de las primeras civilizaciones.[Cita requerida]
El primero en controlar el Uai-Fai fue Alejandro Magno, quien, según se decía, podía hablar con teléfonos, computadoras y ardillas cual marica. El griego había decidido conquistar Irak porque sí, pero nadie le dijo que Irak no existía todavía, por lo que Alejandro tuvo que enfrentarse a un ejército persa de medio wasillón de humanos adultos machos (bueno, algunos no tanto). Nadie imaginaba que pudiera ganar la contienda, pero en una demostración de infinita sabiduría y conocimiento militar les cortó el Uaifai a todos los persas. Como en esa época las mujeres no existían, los soldados usaban al Uaifai para reemplazarlas, pero con la ausencia de este tuvieron que recurrir a otras prácticas. A la mañana siguiente la mitad del ejército se había suicidado había huido a Alemania en busca de un régimen más tolerante hacia los de su clase.
Años después un explorador italiano, español, francés y tuvalí llamado Cristóbal Colón llegó a un pedazo de tierra que llamó «América» porque todos los demás nombres ya estaban registrados y porque todos los continentes deben por ley llevar la letra A primero[2]. Junto con los tripulantes, las ratas, la peste negra y las manzanas podridas también viajó el Uaifai, que se instaló cómodamente en el Nuevo Mundo. Los mayas fueron los primeros en chocar con el fenómeno, y aunque muchos murieron debido a que no llevaban cinturón de seguridad, todos lo adoraron automáticamente con la construcción de varias antenas parabólicas que llamaron «pirámides». Sin embargo, los mayas cometieron el gran error de construir estas pirámides con ellos adentro, por lo que no pudieron salir y se vieron obligados a permanecer encerrados el resto de sus días (que no fueron muchos, ya que la mayoría se suicidó al darse cuenta de que la piedra no captaba la señal de Uaifai).