[[Imagen:Bioshock Infinite logo.png|180px]]
< Portada de Incijuegos < Inicio de «Elmaiden666»
Centro de bienvenida.
Has llegado a Columbia. Una ciudad que... flota en el aire y regida por un tal Padre Comstock. Muy seguramente el efecto de flotación se deba a nitrógeno líquido electrificado sostenido por un campo magnético en la Tierra, o a simple brujería. Sí, debe ser lo segundo, el uso de física cuántica es imposible en 1912, tanto como escuchar canciones de los ochenta en esta época. Wow, Tainted Love, qué buena canción.
Quizás la bienvenida fue algo extraña, un cura pedófilo exiliado del Vaticano quiso ahogarte poniendo como excusa un bautismo. La única vez que casi te ahogas fue en un sueño erótico... está bien, no entremos en detalles. Lo siguiente, un grupo de tipos de blanco te dicen que te llenan los pulmones de agua para amar el oxígeno. A 4500 metros de altura no hay mucho oxígeno, a lo cual tu razonamiento inductivo te lleva a deducir que estás en Bolivia. Una Bolivia habitada por gente que habla en inglés y tiene pelo rubio, pero Bolivia al fin.
Inmediatamente empiezas a caminar y ¡esta ciudad es fantástica! Hay entretenimiento por todos lados, y llegaste en época de feria. Perritos calientes, perritos fríos, tanques de oxígeno para evitar... oh no. Bueno, el desmayo durará veinte minutos. Tras despertarte, te encuentras con los tipos del bote, que te dicen cosas raras del 77, y que tires una moneda al aire. Se la lanzas por la cabeza a Robert Lutece, y cae cara, dando como resultado 123 caras seguidas. Al menos esos tipos saben contar. Finalmente, llegas a un escenario donde una rubia te da una pelota de béisbol con el número 77. Tienes deseos de salir corriendo, todo esto es demasiado extraño, pero lamentablemente no tienes un paracaídas con el cual arrojarte al vacío. Un momento, eso todavía no se inventó.
Se torna aún más extraño cuando resultas ganador de un concurso en el que debes arrojarle la pelota a una pareja conformada por un tipo blanco y una mujer con un niño gritando "that's racist!". Hombre, tiene razón, pero has ganado, o reclamas tu premio o te abuchean.
