Usuario:FlipFlip/Incilibros-El Extraño
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El Extraño es un cuento corto escrito por H.P. Lovecraft (Hijue Puta Lovecraft) en algún año de esos antiguos donde toda la gente era color gris. La trama gira acerca de un lúgubre y mugroso castillo en el que vive un hombre solitario y muy feo. Tan feo que parecería ser una criatura monstruosa y sin forma. Tan feo que se volvió un cliché sin chiste en una página horrenda de internet. El cuento destaca en comparación de la mayoría de sus otras obras literarias, de mayor tamaño, con hombres pescado y demonios cabeza de marisco.
Uno
- "No sé donde nací, ni quién me crió. No recuerdo nada de mi infancia excepto por el inmundo castillo en el que vivo, con sus piedras húmedas y apestosas en las paredes, y sin nada de luz. Mi única compañía siempre han sido seres igual de inmundos y desagradables como el castillo, como ratas, murciélagos, cucarachas y usuarios de 4chan. No recuerdo a ningún ser humano que haya estado conmigo, por lo que no sé cómo es exactamente una persona. Así que no puedo evitar imaginarlas también como seres horrendos, de cabello largo, sombreros extraños, voz desagradable y ojos negros como gafas de sol.
- Sin embargo soy feo y desubicado, pero no imbécil, y se leer bastante bien y soy algo inteligente. En el castillo hay una enorme biblioteca de libros viejos y mohosos, de los cuales he leído casi todos. Se leer perfectamente cada una de las palabras, y se distinguir cuando un libro es bueno o fue escrito por J.K.Rowling. Como jamás he visto mi cuerpo, debido a la falta de luz y de espejos en el castillo, me imagino a mí mismo como las ilustraciones y descripciones que vienen en los libros. Me gusta imaginarme como un elfo guapo, rubio y follador como los de El Señor de los Anillos, o como Tarzán, con pectorales y una pinga de 30 centímetros.
- Así he vivido durante muchos años, en medio de soledad, mugre y oscuridad. Sin ver un carajo, comiendo ratas e imaginándome todas las cosas que leo en los libros. Jugando a través de los pasillos estrechos y los fosos nauseabundos del castillo. Siempre con una oscuridad eterna dentro y fuera de esta construcción.
Dos
- A las afueras del castillo todo también es oscuro, lúgubre y sin esperanza, donde hay alrededor cientos de árboles enormes que rodean por completo al castillo. Un día me harté de comer siempre mierda y oler a culo todos los días y decidí escapar a través de aquellos enormes árboles negros, atravesando el enorme foso. Sin embargo, mi intento fue en vano, ya que todo se puso tan oscuro que no pude ver un carajo y terminé perdido tres días.
- Sin embargo deseaba ver la luz a toda costa. Mis ojos estaban deseosos de por fin ver con claridad todo lo que me rodea, y por primera vez ver conocer a todos aquellos personajes de los libros, como al gigante Gulliver o a ese tal sujeto que tiene clavos en las manos y hace agua a vino. Lo único que podía hacer era subir la enorme torre al fondo del castillo, que parecía ser más grande que todos los inmundos árboles de alrededor. Me propuse al fin, escalar la torre, ya que esta solo tenía escaleras hasta la mitad. Como saben, soy feo pero no imbécil y mucho menos debilucho, así que con mis brazos dignos de Vin Diesel fui escalando los muros de piedra de la torre. Un par de veces me caí, así que al final si terminé quedando un poco imbécil, pero a la tercera logré mi cometido que en un punto llegó a parecer eterno y sin fin entre la oscuridad y mi propio olor a mierda.
Tres
- Tras un largo y sufrible ascenso llegué hasta la cima de la torre, cual supe cuando me golpeé la cabeza con una piedra por arriba y estuve a punto de volver a irme al carajo. Con todas las fuerzas de mis cojones levanté la losa de piedra que estaba sobre mi con mi cabeza, y crucé la abertura con gran emoción. Para mi gran decepción, del otro lado solo había otro espacio de igual o mayor oscuridad, un sitio casi igual de mísero y lúgubre como el mismo infierno o Bolivia. Con el tacto empecé a buscar alguna pared o algo que me diera indicios de donde podía estar, y para mi buena suerte encontré una puerta. Me emocioné pensando que del otro lado de aquella puerta pudieran estar todos los placeres del mundo exterior que dicen los libros como pornografía y peleas de gallos, así que me decidí a abrir la puerta.
- Del otro lado de la puerta me encontré con un destello blanco como jamás había visto y por poco me quedo ciego (o al menos eso creo porque jamás había visto una mierda antes). Aquella luz provenía de la luna llena, por lo que al parecer, había llegado a la cima, al exterior. Toda mi vida había vivido en un inmundo hoyo y jamás me había enterado de nada. Fui caminando a través de la tierra y bajo el cielo nocturno, sin saber que podía encontrarme en aquel nuevo mundo, pero a la mierda vieja, estaba deseoso de saber que podía encontrar ahí y las maravillas que pudiera haber. Caminé por varias horas hasta encontrarme con lo que parecía otro castillo, pero este era un castillo de ricos, hermoso, enorme y que parecía haber salido de la fantasía de un niño o de un pedófilo.
Cuatro
- Me acerqué de a poco hacia el castillo, ya que escuché una especie de sonidos raros que provenían de este. Al parecer eran personas que estaban hablando, pero debían de tener retraso o ser chilenos, ya que no entendía un carajo de lo que decían. Al final comprendí que esto se debía a que nunca antes había escuchado otra voz humana antes. Parecía una reunión de personas, todas estas vestidas como imbéciles y uno que otro buen culo por ahí. Me metí por la ventana importándome una mierda si me habían invitado o no, y me acerqué hacia una de esas personas elegantes. Apenas me acerqué a la sala donde estaba esa persona