Usuario:Nadienator4000010/El fantasma de la ópera (libro)

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El fantasma de la ópera es una novela de no ficción escrita por el historiador francés Gaston Louis Alfred Leroux (venga, nombre de erudito), en donde se relatan los pormenores de la verídica historia del fantasma de la ópera (¿a que no lo sabías?) y su romance semi-necrofílico con una bella stripper bailarina, cantante, actriz y modelo que vivía en un lugar de Francia.

Este libro se transformaría muchos años después en una película llamada Los Cazafantasmas, cuyo guión fue escrito por el mismo Leroux. Tuvo otra adaptación en 1925, pero solo se quiso aprovechar del éxito del libro y de la ya mencionada Cazafantasmas.

Argumento

Parte 1 o Los PERTURBADORES sucesos de la Ópera de París de 1889

Todo empieza en el año mil ochocientos dijidiséis. El escritor nos ilustra el interior del camerino de unas bailarinas francesas (no se sabe cómo él conocía tanto ese ambiente), en algún lugar de una misteriosa Ópera, muy particular por cierto porque al parecer mide dos kilómetros de alto por seis de profundidad, junto con una aún mayor galería subterránea que incluye un lago infinito.

Pero me estoy adelantando mucho. ¿Dónde estábamos? ¡Ah, sí! El camerino. Allí había muchas mujeres semidesnudas pero eso no viene al caso. El tema es que empiezan a cuchichear acerca de la aparición de un fantasma, que con mucha originalidad llaman El Fantasma de la Ópera (chan chan CHAAAAAAN). Supuestamente tiene ojos de fuego, rostro de calavera, manos de león y patas de cabra, haciendo creer que más que un fantasma es una aberración como las de Ben 10. Un amigo de una amiga de la hermana de la tía de la prima del esposo del cuñado del hijo del tío de un conocido de una de las bailarinas le contó que ese fantasma había ahorcado a un tipo que nadie conoce utilizando un hilo invisible. Y al parecer estas chicas se creen todo, porque pronto gritaron aterrorizadas y corrieron histéricas por todas partes.

Como el historiador pierde el interés en esa historia (o tal vez porque el guardia lo echó del lugar), nos lleva al otro lado del edificio, con un joven llamado Raúl de Champagne y su hermano cascarrabias, el conde de Champagne. Y sí, les pusieron tales nombres por eso. Ellos están viendo la actuación de Christine Daaê (o algo así), una joven bailarina swazilandesa quien está cantando Fausto. Resulta que Raúl está loco por la chica, tanto así que asistió a sus últimas 42 funciones pese a que ella sólo interpretaba a la mesa N°3. Pero esta vez Christine tenía el papel principal, y cantó tanto y tan bien que al final se desmayó, convulsionó y tuvo un orgasmo múltiple en pleno escenario. Fue trasladada a su camerino inmediatamente, y Raúl, poseído por el alcohol irresistible impulso sepsual de un virgen, la siguió. Su hermano, ya muy viejo para esas cosas, lo abandonó a su suerte y se dedicó a coquetear con las demás bailarinas.

Cuando Raúl llegó adonde se encontraba Christine, ella estaba despertando de su colapso. Él le entregó entonces un viejo sombrero lleno de telarañas como símbolo de algún tipo de amor eterno, pero ella respondió echándolo de la habitación. Raúl quedó muy confundido con eso, pues los dos se conocían; se vieron una vez hace quince años durante dos minutos y medio, que para él fue algo eterno, justo antes de que Christine se fuera y olvidara su sombrero. ¿Cómo es que no lo recordaba?