Usuario:Nadienator4000010/Proyectos/Antonín Dvořák
Nacimiento Defunción | Imperio austriaco Imperio austrohúngaro |
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Estado actual | Muerto |
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Lugar de residencia | Bohemia |
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Sobrenombres | Rey del mambo |
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Se dedica a | Pianisto, compostador |
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Origen | Un motel checo |
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Hazañas logradas | No sabía contar y por eso la New World Symphony es a la vez la op. 5, 8 y 9 |
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Relaciones | Johannes Brahms y muchos amigos más |
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Enemigos | Los jacobinos |
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Obras | Sinfonía del Nuevo Orden, Las campanas de los ciclones, Réquiem, Danzas eslavas |
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Antonín Leopoldo Dvořák o /d(ə)ˈvɔːrʒɑːk, -ʒæk/ [ˈantoɲiːn ˈlɛopolt ˈdvor̝aːk] fue un compositor bohemio que, contrario a lo que se podría pensar, de bohemio solo tenía el nacionalismo, no la parte bohemia de Bohemia, pues realmente era un compositor posromántico, ya en la parte del siglo XIX en la que todos estaban desilusionados con el amor y la patria por ser tan horribles. Es considerado uno de los compositores más grandes que ha visto el mundo, o al menos eso le decían sus padres para no hacerle sentir mal. Por lo menos es considerado el compositor más grande que haya visto la república Checa, dado que era el único que quería dar conciertos allí (pero solo porque él mismo era checo).
Particularmente famosa es su sinfonía del Nuevo Mundo, en la que Dvořák plantea su particular visión de la instauración de un Nuevo Orden Mundial.
Biografía
Dvořák nació en un pueblo de paletos cercano a Praga donde su padre, František Dvořák, poseía un hotel de mala reputación a la par que tocaba la cítara para ambientar las citas de sus clientes y ejercía el negocio que había sido propio de su familia durante generaciones: carnicero. Las herramientas que utilizaba para esto último le venían también bien para plantear argumentos a los huéspedes del hotelucho que se mostraban reacios a pagar el alojamiento. Dvořák fue el mayor de sus catorce hermanos, ocho de los cuales sobrevivieron a la infancia y seis de los cuales fueron niños para siempre (en el recuerdo de los que les conocieron, claro). En la escuela primera su profesor le enseñó a tocar el violín, si bien no las letras y los números (razón por la que no sabía contar).
Pronto fue a estudiar con otros profesores de los que nadie se acuerda, quienes insistieron a su padre sobre la conveniencia de que Antonín hiciera carrera musical. Papá Dvořák se mostraba reacio, pues consideraba una traición a la tradición familiar que el pequeño Antonín abandonara el negocio de la charcutería para dedicarse a la música. Pero su hijo le convenció prometiéndole que trocearía, espanzurraría y haría picadillo todas los presupuestos estéticos del arte musical de la misma manera que él, František hacía con la carne, tendones, vísceras y huesos de palomas, gatos, perros y caballos, y que igual que él ofrecería el resultado al público.
Así Dvořák se consagró a la música manteniéndose en lo material con un trabajo en la charanga de su pueblo, aunque más tarde llegó a tocar en una formación con todavía menos nivel: la orquesta del Teatro Nacional de Praga, que dirigía Bedřich Smetana (de aquella ya aquejado de una profunda sordera).
Comenzó a dar clases para sacarse un sobresueldo. Echó el ojo a un acaudalado joyero que tenía cinco hijas con grandes dotes, algunas incluso musicales. Si bien es verdad que al principio lo que le interesaban eran las dotes (económicas) del joyero pronto empezó a echar el ojo a las dotes de las hijas. Especialmente a las no musicales. Así es como empezó a entrarle sin el menor recato a la mayor de las cinco hijas, Josefina (que tenía 17 años, el tipo era bien asaltacunas). En lugar de corregirle los ejercicios de contrapunto se dedicaba a proferirle a la muchacha piropos de camionero. Por si esto no fuera poco, para terminar de conquistarla, le compuso un ciclo de canciones, Los Cipreses, que evocaban árboles presentes en los cementerios, metáfora de lo que supondría para ella su futuro matrimonio con él: enterrarla en vida. La muchacha huyó despavorida y Dvořák tuvo que contentarse con su hermanita pequeña Ana, más ingenua y pánfila, a quien desposó unos años después, cuando ella hubo menstruado (no se piensen que era un degenerado). Las comidas familiares en navidad debieron ser de lo más violento en lo sucesivo, con Dvořák diciéndole socarronamente a su cuñada "pudiste ser tú", mientras señalaba a su paliducha, lánguida y ojerosa esposa.
Carrera musical
En 1873 saltó a la fama con su composición Himno Patriótico, de hondo calado nacionalista (con ese título no se podía saber ¿eh?). Esto y sus también descaradamente patrioteras Danzas Eslavas hicieron que el gobierno austriaco le diera una subvención (a condición de que dejara de componer). En el jurado que decidió otorgarle esta paguilla estaba Johannes Brahms, quien a cambio del preceptivo soborno le dispensó su voto y no solo eso, sino una amistad de la buena, que luego se iban juntos de cervezas -y hasta de putas- con el dinero de la subvención. Bien empleados estuvieron estos dineros, pues la intermediación de Brahms, que tenía contactillos, consiguió la publicación de algunas obras de Dvořák con la importante editorial de partituras Simrock and Roll.
A partir de aquí el éxito fue un no parar y su música comenzó a interpretarse en el extranjero. Fue un montón de veces a Inglaterra donde se le concedieron muchos honores: fue nombrado miembro de honor de la Sociedad Filarmónica de Londres (tras bajarse los pantalones) y Profesor Honorario del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, por su manejo de la batuta, y Doctor Honorario en Medicina por la Universidad de Cambridge (iba a serlo en Música, pero el funcionario que hizo el diploma se equivocó, si bien esto le sirvió para poder realizar operaciones quirúrgicas, lo que hubiera llenado de orgullo a su padre el charcutero).
Por pura vergüenza al no haberlo hecho antes, instituciones checas y austriacas también le concedieron honores, y hasta una silla en la Academia de Bellas Artes, donde se iba a sentar cuando estaba cansado de tanto componer.
Visitó también Rusia invitado por Chaikovski donde aceptó interpretar sus propias obras. Un día Chaikovski y él salieron a vodkas y aparecieron a la mañana siguiente desnudos en la misma cama, a saber cómo pudo pasar.
Últimos años
La fundadora del Conservatorio de Nueva York le ofreció la dirección del centro y un sueldazo, lo que le convenció para trasladarse allí. En Estados Unidos conoció la música de los negros del Bronx y la danza de la lluvia de los apaches, que le impresionaron hondamente y le llevaron a componer la Sinfonía del Nuevo Mundo, que es así muy famosa, tanto que hasta regalan el CD en las gasolineras, cada vez que haces un lleno.
Aunque ganaba mucho dinero la vida en Estados Unidos estaba muy cara, así que al final tampoco es que ahorrara mucho. Así que se volvió a su tierra, pues tenía morriña, ultranacionalista como era. Allí compuso su ópera Rusalka, de carácter erótico-folclórico y sadomaso, y dio clases en el conservatorio, destacando entre sus alumnos Josef Suck (anda que no le hacían bromas con el apellido) quien le metía ficha a su hija (de Dvořák, no de sí mismo).
Un día le dio un telele y se murió, igual que nos moriremos todos.
Estilo e influencias
La música de Débora se caracterizaba sobre todo por su constante uso de localismos, dado que fue el máximo exponente del nacionalismo musical checo, por lo que en sus composiciones mezclaba influencias de música tradicional bohemias, moravias o eslavas en general, exceptuando su colección de Danzas eslavas donde opta por música electrónica más comercial con influencia del DnB y pop de EEUU. Aunado a ese viaje a Estados Unidos, también se apropió culturalmente adoptó influencias de la música negra que oía en los clubes de jazz.
Además, solía tomar influencias de otros compositores a los que admiraba, como Beethoven, Liszt, Brahms, Mozart o Wagner, robándoles pasajes de sus composiciones para pegarlos en las suyas y ponerles copyright, siendo un ejemplo perfecto de esto su quinta sinfonía, donde le robaba al concierto de piano nº1 de Tchaikovsky las primeras cuatro notas, oséase, las únicas que la gente escucha antes de huir despavoridos, por lo que las únicas notas de que la gente se podría acordar no son suyas.
Usó varias y variadas formas musicales, como sinfonías, obras corales, bachatas, poemas sinfónicos y óperas, dado que necesitaba dinero y el componer conciertos de viola hacía que todos lo miraran raro.
Obras
Carácter y personalidad
Era un tipo por lo general tranquilo y campechano, pero había una cosa que le hacía perder los estribos y le transformaba en un ser frenético y asilvestrado: su pasión por los medios de locomoción, en especial por los trenes.
En Praga iba cada día a la estación de tren, compraba un billete de andén y se ponía a inspeccionar el tren como si trabajara allí: daba el coñazo a revisores y maquinistas, que ya no sabían cómo quitárselo de encima, y se informaba ansiosa y obsesivamente de las salidas y llegadas de trenes. Sabía el horario de memoria y si un tren llevaba retraso imprecaba violentamente a cualquier empleado ferroviario que pasara por allí e incluso presentaba personalmente excusas a los pasajeros como si fuera su responsabilidad.
Un día su alumno Joseph Suck (ese que le cortejaba a la hija) regresaba a Praga en tren, y para hacer la pelota al viejo maestro le detalló el viaje: "Todo fue espléndidamente. Salimos de Krecovice puntualmente a las 2:34 horas, alcanzamos Benesov a las 3:18 y hemos llegado a Praga a las 5:46. Para más detalles el número del tren era el 10 726."
Dvořák ni siquiera se dignó a dirigirle la palabra y le expulsó de clase sin miramientos. En cuanto se encontró con su hija empezó a discutir con ella a grito pelado: "¿Y con este mierda te vas a casar? ¡El muy imbécil confunde el número de construcción de la locomotora con el del tren! ¡El tren de Benesov es el 187, no el 10 726! ¡Esto no es un hombre ni es nada!"
Véase también
- Johannes Brahms
- Posromanticismo
- Nuevo Orden Mundial
- República Checa
- Asteroide (2055) Dvorak. Se tiene que ver con un telescopio, claro.
- Estados Unidos
- Acalculia