Caos (mitología)

De Inciclopedia
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En realidad el caos se parecía mucho a nosotros, tenía manos, pies y vista, aunque todo de forma más graciosa.

Caos es el nombre que se le da al abuelo de todos los dioses, aunque en realidad no era un dios sino un agujero. Sí, has leído bien: un agujero. Un agujero muy grande y muy oscuro, que estaba ahí antes de que existiera nada más. Algunos dicen que era el vacío, otros que era el aire, y otros que era una masa informe y confusa. Lo cierto es que nadie sabe muy bien qué era Caos, ni siquiera él mismo. Lo único que se sabe es que de él salieron todas las cosas que existen: el cielo, la tierra, el mar, los dioses, los monstruos, los hombres y las mujeres. Y también las cucarachas.

Historia

Al principio, todo era Caos, ¡y el Caos lo era todo! Es el comienzo de toda esa horrible historia griega. El padre de todos los dioses, del mundo, de y de yo y de la Inciclopedia en la que ahora vive. Apareció quién sabe cómo. Otro hecho hiper legal sobre eso es que no es ni un hombre ni una mujer. O tal vez sean ambos... Nadie sabe qué forma tiene, de hecho, lo más probable es que no tenga ninguna forma. Es el hermano mayor (aunque algunos eructitos griegos dicen que era el padre, que también puede ser las dos cosas) de una tal Gaia y de un tal Tártaro, que, como él, nacieron de la nada, pero al menos Gaia y Tártaro sabían si eran niño o niña.

Luego de parir a Gea hizo lo que había hecho desde el principio de su existencia (incluso un poco antes), sólo estar ahí siendo el caos y siendo muy raro. Su última participación importante fue cuando fue electrocutado por su bisnieto Zeus con los rayos, cuando intentó pegarle a los Titanes pero le pegó a Caos que iba paseando entre el firmamento y la Tierra, se sabe que no murió, porque no puede morir, pero sí le quedó el cabello quemado (si es que tiene cabello, aunque pudiera estar hecho sólo de cabello).

Caos no se preocupaba mucho por sus hijos ni por sus nietos. Él seguía siendo un agujero, y le gustaba estar tranquilo y en silencio. Pero a veces se movía o se estremecía, y eso provocaba terremotos, tormentas y guerras. Los griegos le tenían mucho respeto a Caos, pero también le tenían miedo. Por eso preferían adorar a otros dioses más simpáticos y más humanos, como Zeus, Atenea o Afrodita. Caos no les importaba mucho, siempre y cuando no les hiciera un agujero en el suelo.

Versiones

Para Hesíodo el Caos sólo se dedicaba a existir, y las demás cosas nacieron por generación espontánea mientras Caos estaba distraído rascándose los testículos (si es que tiene testículos, aunque pudiera estar hecho sólo de testículos).

Para Anaximandro el Caos es el hermano gemelo del Aiperion, que es una masa de "algo" que precede a todo, posiblemente sea la ropa sucia que dejó el Caos en el universo (si es que tiene ropa, y sí, es posible que el Caos pudiera estar hecho sólo de ropa sucia).

Ovidio lo trato mucho peor, diciendo que era «una masa bastante cruda e indigesta, un bulto sin vida, informe y sin bordes, de semillas discordantes y justamente llamada Caos», lo que hace pensar que Caos era bastante feo y tonto, además de inanimado e inactivo, lo que si bien puede ser completamente cierto, no deja de provocar una tristeza en el Caos que no.

¿Qué hace ahora?

Caos sigue existiendo, aunque nadie sabe muy bien dónde ni cómo. Algunos dicen que está en el espacio exterior, otros que está en el centro de la Tierra, y otros que está en todas partes y en ninguna. Lo que sí se sabe es que a veces se aburre y decide hacer alguna travesura, como provocar un agujero negro, una erupción volcánica o una pandemia mundial. También le gusta jugar al ajedrez con el Destino, aunque siempre pierde. Caos no tiene muchos amigos, pero a veces recibe la visita de algunos de sus hijos o nietos, como Nix, Érebo o Eros. A ellos les cuenta historias de sus tiempos mozos, cuando era el rey del universo y todo era más divertido. Caos no tiene planes de jubilarse ni de morir, porque él es eterno e inmortal. Solo espera que algún día alguien le haga caso y le rinda el homenaje que se merece.

Véase también