Bankia
Este artículo contiene una alta dosis de humor español. Si no eres de esta casta tierra, probablemente pierdas el tiempo leyendo esto. |
Bankia es un agujero negro supermasivo del tamaño del del centro de la Vía Láctea, sólo que en vez de absorber estrellas y partículas espaciales, absorbe el dinero de la gente. Se trata del primer banco de España por volumen de negocios, entiéndase eso como número de infelices atados a el. Como todas las inversiones que hicieron las decidía un primo tuerto del Pulpo Paul, la entidad está más jodida que Maradona después de una fiesta. Por eso mismo, el Gobierno Español, presidido por Angela Merkel Mariano Rajoy, se hizo con el control de él.
Formación
Este pozo de proporciones bíblicas apareció en 2010, cuando la chapuza del sistema de cajas de ahorros de España mostraba que era genial para tirar dinero a la basura y encubrir sobornos, pero esto a la larga no era beneficioso para el Estado. Fue en esta situación, cuando el Gobierno de Zapatero contrató a Pepe Gotera y Otilio para encargarse de la transformación del sistema financiero español, ese que jugaba en la Champions League de la economía y ha acabado en Tercera Regional.
Para ello, se propuso la Fusión Dragonballesca de Caja Madrid y de Bancaja, a las que luego se les anexionaron como garrapatas otras cinco cajas provinciales. Se dejaría a Caja Madrid como la entidad superior, ya que ahí mandaba Rodrigo Rato. Él venía de presidir el Fondo Monetario Internacional y antes de retirarse quería hacerlo como buen político: en un cargo elevado, cobrando mucho dinero y aceptando el de otras manos. Y no iba a ser decirle que no a esa situación. De la inyección de liquidez para ese momento se encargó el FROB (Fondo para Robar y Otorgar a Bancos).
Salida a Bolsa
Tras la formación de dicho engendro, se decidió sacar al Ibex 35 con ánimo de presumir que habían hecho un buen trabajo. Para el lector común que no entiende de economía, es como cuando te pasabas las clases cuando ibas al instituto tallando tizas y presentarlo como trabajo de final de curso. De la clase de Historia. Sabemos que, salvo que usted sea McGyver, el resultado no fue bueno. Y aunque esta comparatoria sea una auténtica fumada más propia de un anuncio de Mixta que de un formal y serio artículo de Inciclopedia, es la mejor manera de explicar la salida de Bolsa de Bankia. Sí, a nosotros nos afecta la crisis también, en vez de usar a monos para escribir los artículos, hemos recortado y ahora utilizamos bichos bola.
Como se ha de-todo-menos-aclarado previamente, fue una mala idea. Sólo con decir que esta salida a Bolsa implicó que el Ibex 35 curse con 36 empresas. Y salvo que sea un genio de las matemáticas, debemos explicarle que 36 es un valor mayor a 35, y si las cosas no coinciden, no irá bien. Lo dijeron las profecías, pero se equivocaron. Tan sólo el Ibex ha perdido casi la mitad de su valor en bolsa en un año, pero son pequeñeces. Y gracias a Bankia por supuesto, se nota que vinieron a hacer temblar la economía española, y vaya si lo hicieron, ¡menudo terremoto financiero!
Apertura del desague
Así de la nada sale a la luz que Bankia estaba enormemente jodida y pide ayuda a gritos. Mariano Rajoy le tiró de la oreja a Rato, con tanta fuerza que le despegó de la silla y le nacionalizó. Desde entonces la oreja derecha de Rato se utiliza para los diseños del Airbus A380. El gobierno nazionalizó Bankia y se quedaron de brazos cruzados pensando que había terminado la cosa.
Pero vieron pronto que no, que había que inyectar dinero, por lo que empezaron a barrer las administraciones, y colocaron a un nuevo jefazo: José Ignacio Goirigolzarri, que por supuesto ya venía enchufado, no vaya a ser que pongan a algún economista que esté limpio. Se remodeló todo el consejo de administración, para que los que ya han robado se fuesen y que entrasen unos nuevos, para que pillen cacho también. Esto va por turnos, como en la pescadería. Pides ticket y cuando te toca pues entras a robar ahí.
Mientras tanto, la economía se hunde, poniendo la prima de riesgo española por las nubes, y haciendo que el mundo se haga de vientre por miedo a que la crisis vaya aún peor.