Bar lácteo Korova

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Dibujo-naranja-mecanica.jpg Si usted lee este artículo y no lo entiende los drugos fanáticos de la naranja mecánica van a buscarlo para tolcharlo y patearle los yarblocos.
Naranjamecánica.jpg
El viejo moloco es el principal producto que vende el Korova
Cita3.png¿Y ahora qué pasa, eh? Cita4.png
Un drugo cualquiera sobre este artículo
Cita3.pngAquí tengo buen dengo, así que sírvame moloco joroschó con vesches que quiero pitearCita4.png
Drugo en la barra del Korova

El bar lácteo Korova es un viejo mesto dedicado al comerció de leche-plus. Allí por supuesto que no sirven chai pero tampoco alcohol pues lo tienen prohibido. Aún así el Korova siempre está lleno de málchicos y débochcas que pasan por la natio a gastarse su dengo piteando el viejo moloco ya que la ley no castiga vender leche mezclada con vesches y por eso, a pesar que todos saben lo del synthemesco no se aparece por allí ningún militso haciéndose el gracioso y queriendo llevar a los málchicos a la cárcel.

Además, con todo y que en el Korova se reúnen muchos málchicos besuños que les gusta la ultraviolencia allí no hay nunca dratsa pues el viejo moloco, al cual le meten bastante drencrom, en lugar de provocar la ultraviolencia casi siempre llevaba a los chelovecos hasta el cielo a videar a Bogo y a toda su corte celestial; razón por la cual los chelovecos smecan como verdaderos besuños.

A lo sumo lo que hacen los grupos de drugos que pasan por allí en la natio es beber un poco del viejo moloco y exprimirse los rasudoques pensando donde ir a crastar para tener más dengo (aunque no lo necesiten) o como conseguirse una ptitsa joroschó para practicar el viejo uno-dos.

El Korova a la última moda

El Korova es agradable, como que se nota que él yajudo dueño del mesto se pule por tenerlo a la última moda. Tiene grandes asientos de felpa que van pegado a las tres paredes de modo que junto a uno siempre se sientan algunos málchicos o vecos que vienen a pitear después del trabajo. Las mesas son blancas y parecen débochcas lujuriosas, algunas pinturas brillantes cuelgan en las paredes del mesto para cuando el velocet surge efecto.

Al fondo está el estéreo al que hay que meterle unos cuantos golis para que funcione y se pueda slusar la música. Junto al estéreo la barra del bar donde por lo general sólo se sientan las débochcas para videar a los málchicos, (a los vecos starrios nunca los ven, tan solo cuando no tienen dengo y quieren pitear a costa de cheloveco).

Así pues el Korova es un mesto que está a la última moda, no muy grande, pero lo suficiente para reunir bastante gente; y lo más importante: tiene gran cantidad de leche-plus.

Leche-plus

El Korova siempre ha estado a la última moda, con mesas bastante sugerentes.

La leche-plus es el viejo moloco con algo más. Como antes dije la ley no prohíbe ese “algo más” y por eso el Bar lácteo Korova se especializa en leche-plus. Hacer leche-plus es fácil y se prepara scorro, cualquier cheloveco besuño puede hacerlo sin partirse la golova. Así que mis queridos druguitos anoten en un papel los ingredientes de la leche-plus:

Todo consiste en mezclar y ya tenemos leche-plus. ¡Cualquier drugo oh hermanos míos puede hacer leche-plus! Aún así, con lo fácil que es hacerla, los málchichos y las débochcas prefieren éste y otros mestos parecidos para pitear toda la natio.

Así que el Korova siempre tiene sus buenos clientes. Además, hay que decirlo, el yajudo del Korova lo tiene arreglado a la última moda, de modo que es muy reconfortante pasear los glasos por el salón y videar las pinturas y las mesas que parecen ptitsas dispuestas para el viejo mete-saca.

La leche-plus es buena, además, porque te da quince minutos joroschós para videar a Bogo o slusar una especie de svucos que no se sabe de donde viene, o sentir que eres el málchico más grande del mundo y que tus drugos, el mismo mesto y hasta Bogo son una cala comparado contigo. Uno puede ver a los chelovecos con los glasos fijos en nada y smecando de lo lindo o diciendo vesches bien glupas como:

Cita1.pngDe las insípidas obras de Aristóteles, que producen ciclámenes, brotan elegantes formaniníferosCita2.png

o también mascullar slovos como

Cita1.png

 Calentoreaba, y las viscotivas tovas
vuelteaban y tregujereaban el terecho.
Misébiles estaban los borogovas
y los deros trugones bramastoilbaban.
¡Cuídate del Jabberwock, hijo mío!
¡De sus fauces que muerden, de sus zarpas que agarran!
¡Cuídate del ave jubjub y esquiva
al frumioso Bandersnatch!"

Cita2.png

y vesches de esas que nadie entiende.

Pero cuando el viejo moloco hizo su trabajo todo esto acaba, y el cheloveco se videa de nuevo en el viejo mesto de siempre, rodeado de las débochcas y los málchicos de siempre, con la rota abierta y llena de babas hediondas, las rucas temblorosas y los glasos llorones.

Pero la leche-plus no sólo transporta a los dominios de Bogo a veces se siente como que aguijonea por dentro del mosco y uno se siente naso, con ganas de hacerse el ultraviolento con algún veco desprevenido y tolcharlo hasta ver el crobo rojo rojo brotar, o tomar una vieja starria por las rucas y zambullirse en el viejo uno-dos, o crastar alguna tienda en los barrios sin militsos, no tanto por el dengo sino para divertirse un poco en las frías natios del país. Cuando eso pasa, es decir cuando la Leche con cuchillos anda puzando por dentro lo mejor es salir a divertirse como sea, no quedarse en el Korova para no hacer dratsa en el mesto sino en la calle.

Clientela del Korova

El viejo moloco puede llevar a ver a Bogo o producir otras sensaciones igualmente agradables

Por las natios el Korova se llena de clientes, estos son de tres tipos:[1]

  • Málchicos.
  • Débochcas.
  • Vecos.

La edad de los málchicos y de la débochcas siempre se encuentra entre los catorce años y los diecisiete y por eso es que el Korova no puede vender alcohol pues casi todos son unos nadstat, los vecos si son más viejos pero estos igual no vienen al Korova por alcohol sino por lo que vienen todos: el viejo moloco y las vesches que le ponen. Si un málchico quisiera un poco de alcohol no tiene más que caminar unas cuantas calles para llegar al Duque de New York, otro mesto muy famoso, que no vende leche-plus, pero si alcohol.

Los málchicos suelen pasar temprano en la noche al Korova, así toman las vesches con el viejo moloco y con eso se preparan para ir a tolchar a los vecos desprevenidos o a los pianitsos que se topan por las oscuras callejuelas, cuando no es crastar en alguna tienducha de cancrillos y dulces o de plano dejar que la ultraviolencia los invada hasta muy dentro y crastar en alguna casa, sacar bastante vesches y dengo; y de paso, si se topan alguna ptitsa starria polear con ella toda la natio.

Lo principal en la platis de los málchicos es el “molde de la jalea” utilizado en la entrepierna para proteger los yarblocos si hay dratsa, junto con ello están las botas, firmes, gruesas y de un material fuerte para patear duro. Además los málchicos suelen llevar algún arma de su preferencia: usys, nochos y britbas son las más comunes, también cargan mascaras y esto es para cuando van a crastar y no quieren ser reconocidos; no vaya a venir luego los militsos. Naturalmente nada de esto ocurre en el Korova, sino afuera, una vez que la leche con cuchillos les ha punzado los rasudoques.

Las débochcas que pasan al Korova también beben moloco como los málchicos, pero ellas no se hacen las ultraviolentas, ni buscan dratsa, ni andan armas. Lo que buscan es un poco de diversión, toqueteos en la natio y el viejo mete-saca con alguno de los málchicos. Suelen usar pelucas de colores, que combinan con la platis (unos vestidos largos y ajustados al cuerpo) y llevan prendedores en sus grudos juveniles. Algo digno de verse la natio entera.

Y los vecos, que son chelovecos viejos con trabajos mediocres que usan el viejo moloco no para que les de sensación de ultraviolencia sino para que los suba hasta donde Bogo y olvidarse de la cala que es su vida. Suelen llevar trajes raídos y algo arrugados, siempre con los glasos puestos en el suelo, casi que pidiendo disculpas por todo. Llegan callados, no quieren goborar con nadie, sacan su dengo, piden el moloco y lo pitean rápido…

Pero apenas pitean el moloco si que se les suelta la rota, y goborean con todos (o eso creen), y solo decir vesches bien besuñas y glupas. Al principio uno se divierte slusandolos pero luego se llega a cansar de la golosa de estos vecos y quisiera tolcharlos de lo lindo por toda la rota… pero dentro del Korova mejor no. De todas formas son unos pobres perdedores, empleados del Estado con una ptitsa fea y aburrida y unos niños descarriados, futuros málchicos… no vale la pena desperdiciar el tiempo con ellos dandole unos buenos tolchos… al fin que ni los sienten por las vesches que han tomado y suficiente tienen con esa vida llena de cala que tienen los pobres.

El Korova famoso

El Korova impresionó tanto a este tipo que decidió hacer una película inspirada en ese lugar... o esos dicen.

Mestos como el Korova hay muchos en el país. Todos iguales: llenos de málchicos, débochcas y vecos tristes; y en todos igual se sirven el mismo moloco que se sirve en todos los otros mestos. Es decir nada hay en este mesto que lo haga famoso. Sin embargo el Korova es un mesto famoso a nivel mundial. La razón de todo esto fue que una natio de un invierno oscuro, helado y bastardo aunque seco, entro al Korova un veco, como tantos otros pero no venía por leche-plus, sino que, seguramente los yarblocos se le habían enfriado y necesitaba ir al baño. El viejo yajudo lo pasó al baño y parte sin novedad. Sin embargo el veco ese quedó impresionado por cuatro málchicos que goboreaban sobre sus planes para la natio mientras miraban tres débochcas que había en la barra (una escena cotidiana en el Korova, pero que por alguna razón impresionó mucho al veco). El veco entonces habló con el yajudo dueño del mesto para conocer un poco sobre estos lugares y al despedirse dijo que era director de cine e iba a hacer una película sobre aquello.

Bueno esos dicen algunos; pero otros chelovecos dicen que no, que el veco no dijo que fuera director de cine, sino que era escritor y que iba a escribir una novela sobre lo que allí video y slusó.

Lo que pasó aquella natio ni siquiera el yajudo dueño del mesto lo recuerda; tampoco se saben quienes eran los cuatro druguitos que se exprimian los rasudoques pensando que hacer en la natio. Por eso el veco, ya fuera escritor o director de cine tuvo que inventar muchas acerca del Korova, sus clientes y todo lo demás.

Referencias

  1. Hay que aclarar que al Korova nunca, o casi nunca llegan ptitsas starrias, éstas por lo general se encuentran en el Duque de New York

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