César Antonio Molina
Este artículo contiene una alta dosis de humor español. Si no eres de esta casta tierra, probablemente pierdas el tiempo leyendo esto. |
César Antonio Molina es era el supuesto (Hasta que se demuestre lo contrario) ministro de cultura del gobierno de España, bajo el gobierno de Zapatero y adscrito al partido "Progres Subvencionados Ociosos y Ex-marxistas" (PSOE), aunque es más conocido con el nombre de Innombrable Man, al eterno y fiel servicio de la innombrable de todos los españoles para que la cultura se pague por ella esté al alcance de todos.
Molina es celebre por sus medidas para fomentar la cultura en el populacho a través de sus reiterativas campañas a favor de la innombrable en contra de la piratería en radio, prensa, internet y televisión. Comprensiblemente, tales campañas ocupan mucho tiempo en la atareada vida de Molina, lo cual impide que este pueda ejercer como ministro de cultura aunque se le esté pagando por ello. Así de malo es el pluriempleo.
Los comienzos
César Antonio Molina nace en 1954 en La Coruña, Galicia. De pequeño le robaban constantemente la goma de borrar y el joven César decidió que dedicaría su vida a joder al personal a perseguir a todos aquellos que robaran la propiedad intelectual de otros. Se pasó una buena temporada en la sombra estudiando izquierdo derecho, trabajando para revistas y pareciendo un hombre de bien hasta que tuvo por fin la oportunidad de tacharnos a todos de ladrones de combatir masivamente la piratería cuando Zapatero le pidió ser ministro. Se iba a enterar el personal de lo que vale un peine (literalmente)...
Actualmente, Molina ha delegado en Angeles Gonzalez-Sinde, que es un estomago agradecido de la innombrable una directora de cine español y que viene a ser lo mismo que Molina pero con falda.
En la actualidad
Entre las numerosas funciones que cumple César Antonio Molina a cambio de su sueldo están:
• Tratar a los españoles de a pie como si fueramos una panda de ladrones
Informarnos de que el pirateo es muy malo, malísimo y todos vamos a ir al infierno.
• Demostrar su amor incondicional por la innombrable y su completo apoyo a esos artistas tan sufridos como Bisbal o Ramoncín.
• Apoyar el canon digital hasta a los bolígrafos, con los que se podrían copiar canciones.
• Promover el uso de policías electrónicos en los ordenadores para invadir nuestra intimidad para evitar que vayamos al infierno por ser tan malos y tan terroristas.
• Ir a conciertos de Ramoncín.
• Promover jornadas en los colegios para que los niños aprendan desde muy pequeños que compartir información está muy pero que muy mal, en contra de lo que nos enseñaron nuestros papás y mamás.
• Decir una cosa y después cambiar diciendo exactamente lo mismo que la innombrable tras un tirón de orejas otra cosa.
• Denunciar como todos los ministros de cultura el problema del cine español actual, sin proponer medidas para que las unicas cosas que se hagan no sean peliculas de Almodovar, Isabel Coixet o sobre la guerra civil o salga Maribel Verdú enseñando una teta e interesen más al pueblo llano, que de cine guay no entiende.
• Cultivar coles (para consumo personal, sin animo de lucro).
• Ir al baño y volver.
• Respirar, aunque no en presencia de la innombrable.
• Parecer un ministro.
• Sostener la corbata en el cuello. Aunque sea un trabajo duro, alguien tiene que hacerlo.
Aunque las capacidades de Molina no acaban aqui, siendo capaz de salir mil veces en la tele hablando de la propiedad intelectual, con lo que se cree que puede estar en varios lugares al mismo tiempo. Tal fenomeno ha sido estudiado por Iker Jimenez y contado en uno de esos programas que nadie ve ni oye salvo los más frikis.
¿Sabías que…?
• ...Cargar de canones al pueblo y vigilar sus actividades es de izquierdas?
• ...el PSOE aun dice que es de izquierdas?
• En la Rusia comunista, Molina exige el canon digital y vigila a la innombrable.
• En la Rusia comunista, tu le pones el policía digital a Molina.
• Si mencionas a la innombrable en presencia de Molina, Molina se empalma se alegra.