Criptoquímica

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La criptoquímica (del griego cryptos, "oculto", khymos, "humor" y logos, "estudio"; literalmente significaría "el estudio de los humores ocultos") es la disciplina que realiza el estudio y/o búsqueda de hipotéticos elementos químicos que, según sus partidarios, existen pero todavía no habrían sido descubiertos.

Su objetivo es la busqueda de elementos químicos desconocidos para la ciencia. El principal criptoquímico fue Mendeleyev (que tenía titulación universitaria en Química), quién, basándose en su tabla periódica, aventuró la hipótesis de que algunos huecos correspondían a elementos todavía no descubiertos. Sin embargo, algunos escépticos consideran a la criptoquímica como una pseudociencia sin ningún valor, con argumentos similares con los que se condena la criptozoología.


Estudio

Las personas que se dedican al estudio e investigación de la criptoquímica se llaman criptoquímicos, mientras que las hipotéticos elementos químicos en cuestión son llamados criptoelementos, aunque Mendeleiev los llamo ekaboro, ekaaluminio, ekasilicio, etc...

Según los criptoquímicos, el galio sería el ekaaluminio

En la criptoquímica, se presume la hipotética existencia real de dichos elementos químicos; basado simplemente en una ordenación de elementos en una tabla. No había ni siquiera indicios de la existencia de dichos criptoelementos, a excepción de la existencia de una tabla y de huecos en ella.

Debemos mencionar que, además, Mendeleiev, además de ser un quìmico mediocre, jamás descubrió ningún elemento nuevo.

En esta imagen el elemento escandio, que supuestamente sería el ekaboro, según las erróneas creencias de los criptoquímicos

La criptoquímica pretende hacer suyos ciertos descubrimientos de la química, realizados realmente por químicos o por simple casualidad; y así poder citarlos y utilizarlos como justificación de su absurda disciplina. Los que descubrieron y descubren nuevos elementos químicos son los químicos y no los criptoquímicos. Mendeleiev (el fundador de la criptoquímica) jamás descubrió ningún elemento químico.

Entre estos elementos que la criptoquímica se apropia indebidamente están el escandio (que supuestamente sería el ekaboro), el galio (que supuestamente sería el ekaaluminio) y el germanio (que supuestamente sería el ekasilicio).

Historia

Mendeleyev sugirió la hipotética existencia de algunos elementos sólo porque la tabla periódica quedaba más bonita sin unos huecos que hacían muy feo. La estética ante todo.

El inventor de la criptoquímica fue el mediocre químico y embaucador Mendeleiev, cuyo único mérito fue ordenar los elementos conocidos entonces en una tabla, sin que él llegara a descubrir ninguno.

La criptoquímica es el estudio de elementos sobre cuya existencia no existe ni siquiera evidencia circunstancial, más allá del placer estético de llenar huecos en una tabla. Posteriormente, Mendeleiev argumentó que la criptoquímica debía ser practicada con rigor científico, pero también con una actitud abierta e interdisciplinaria. El escandio, el galio y el germanio son usados como emblemas de la criptoquímica a pesar de no haber sido descubiertos por Mendeleiev ni por ningún otro criptoquímico.

Esta ridícula disciplina tuvo su auge en la época de Mendeleiev, cuando él se apropió indebidamente de elementos descubiertos por otros.

Críticas a la criptoquímica y sus réplicas

Entre las críticas realizadas a la criptoquímica destacan:

  • Ni Mendeleiev ni ningún criptoquímico ha descubierto nunca un solo criptoelemento ni hallado pruebas científicamente convincentes de su existencia. Los químicos, en cambio, encuentraron y encuentran nuevos elementos. De igual forma que los criptozoologos nunca han descubierto ninguna especie nueva.
Sin embargo, según los criptoquímicos, esa afirmación denota, o bien un absoluto desconocimiento de la historia de la química, o bien simple mala fe. El problema de fondo radica en que la criptoquímica, por su propia definición, es la única disciplina cuyos éxitos disminuyen su campo de aplicación: todo nuevo elemento descrito sale automáticamente de la criptoquímica para entrar en la química. Un caso que se suele citar como descubrimiento de un críptoelemento es el del germanio, que correspondería con el ekasilicio. A esto los críticos responden que el germanio no es el ekasilicio.
  • La alegación de que la criptoquímica fallaría al utilizar el método científico. Ya que el método científico requiere que las hipótesis sean descartadas cuando no se cumplan sus predicciones; pero la creencia en los "críptoelementos", en cambio, se sostiene indefinidamente sin que los resultados negativos les afecten.
Las faltas de evidencias a la hora de encontrarlos se justifican con explicaciones ad hoc ("todavía no se ha descubierto", "quedan muchos elementos por descubrir", "es un elemento inestable", "es díficil su aislamiento", etc.). Igualmente, de forma equivocada, hay "críptoelementos" a los que se le asignan nombres tales como ekaboro, etc... (violando las normas de la nomenclatura química), se les describe, todo ello sin pruebas sólidas de su existencia. Por estas razones, los escépticos y científicos las consideran como una pseudociencia y a Mendeleiev como un embaucador.
Por otra parte, cuando hay evidencias los contrarios a la criptoquímica recurren a un argumento ad hoc: cualquiera que sea el elemento descubierto y, por mucho que coincida con un críptoelemento, siempre se afirmará que es otra cosa (como ocurrió con el ekasilicio).
  • Producto de lo mencionado anteriormente, en numerosas ocasiones, sucede que varios de los criptoquímicos no aceptan los argumentos científicos que van en contra de muchas de las presuntas pruebas que tendrían. Recordemos que la única "prueba" de los criptoelementos es el placer estético de rellenar huecos en una tabla.
Recordemos, además, que Mendeleiev no descubrió ningún nuevo elemento químico. Los que descubren nuevos elementos químicos son los químicos y no Mendeleiev ni los criptoquímicos. Sin embargo, de forma obscena, Mendeleiev pretendió apropiarse de los descubrimientos de los químicos como cuando, ante el descubrimiento del galio, tuvo la desfachatez de proclamar que se trataba del ekaaluminio. El truco como se ve es fácil: le ponemos el prefijo eka a un elemento ya conocido y cuando otro descubra un nuevo elemento proclamamos que era el criptoelemento del que sólo había "descubierto" el nombre.
  • Para algunos, la criptoquímica no es una disciplina científica porque ni siquiera parte de indicios de validez discutible. Pero la finalidad de la criptoquímica es, precisamente, la obtención de pruebas definitivas de la existencia (o inexistencia) de nuevos elementos a partir de dichos indicios (aunque dificilmente se puede llamar indicio a un hueco en una tabla).
  • Se alega que, si los críptoelementos existen, como es que no se han encontrado todavía. A esto se responde que sí se han encontrado algunos. Además, lo mismo podría decirse de las nuevos elementos descubiertos: ¿por qué no se han descubierto antes?
  • Sin embargo, al contrario de la criptozoología, la criptoquímica sí tiene cáracter científico. La criptozoología da valor de indicios a los testimonios de nativos, de personas que, por no haber estudiado zoología en una universidad europea o americana, son incapaces de conocer a los animales de su entorno. Y encima la mayoría de esos nativos, además de su ignorancia en zoología, suelen ser de razas inferiores. Es obvio que un nativo no puede conocer los animales de su entorno. Por lo menos, no mientras no haya estudiado en una universidad europea. Solo cuando un europeo (con la titulación correcta) descubre y cataloga un animal, ese animal es descubierto, aunque los nativos lo conociesen de mucho antes.
En cambio, la criptoquímica prescinde por completo del testimonio de personas de razas inferiores. Por eso, la criptoquímica sí tiene carácter científico, al contrario de la criptozoología.

Véase también