Emilio Butragueño
Lor apañole' semos asín.
(Humor español que probablemente no entiendas si no provienes de la Península Ibérica o de las colonias restantes) |
Nacimiento Defunción | España es asín |
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Origen | Pudiente |
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Sobrenombres | El Buitre |
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Lugar de residencia | Sórdidos despachos |
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Se dedica a | a la sopa boba en la directiva del Real Madrid |
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Estado actual | encorbatado |
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Hazañas logradas | Una vez metió cuatro goles en un partido de un Mundial |
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Relaciones | Florentino Pérez, Mariano Rajoy |
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Enemigos | el Far$a, el Milan de Berlusconi |
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Poderes especiales | Sacar a pasear al buitre leonado |
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Objetos | Bote de gomina y peine |
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Emilio Butragueño Santos (Madrid, España, 22 de julio de 1963), deportivamente conocido como Butragueño, o incluso como el Buitre, es un exfurgolista internacional español y profeta precursor del gran Baúl González.
Inicios
El niño Butragueño se inició en el deporte jugando a un juego del que desconocía completamente las reglas: el baloncesto. Dado que era así un poco canijo los entrenadores le animaron a probar mejor algo donde la pelota fuera mayormente por el suelo, y entonces se pasó al fútbol. Madridista desde la cuna, pues su padre le había obligado inculcado el amor por esos colores, hizo una prueba para ver si le admitían en las categorías inferiores del Real Mandril, donde le consideraron un enclenque, debilucho y abúlico. Es así como le dicen aquello de "no nos llames, ya te llamaremos nosotros" y hace una segunda prueba, esta vez en el Atlético de Madrid donde lo admiten sin reservas sin fijarse en lo más mínimo en sus aptitudes, pues con ello pretenden solo llevar la contraria al eterno rival. Se entrena unos cuantos días con el Atleti, donde se descojonan de su apatía y amaneramiento. En estas su padre, que era merengón a muerte, se encabrita porque no quiere que juegue con los colchoneros (bastante pasota era ya como para que le pusieran un colchón). Así que va, mueve hilos, tira de influencias, y consigue que los del Mandril hagan al crío, como vemos todo un niño de papá, una segunda prueba. En esta segunda prueba Butragueño se juró a sí mismo por Snoopy hacer las cosas en condiciones y consiguió que el Mandril le admitiera por la puerta de atrás.
En las categorías inferiores de este club conocería a otros niños de papá jóvenes promesas como Míchel, Martín Vázquez, Sanchís y Pardillo. Todos juntos formarían la llamada Quinta del Buitre, aunque como Pardillo se fue a otro equipo se quedaran pronto en Cuarta. En el filial del Real Mandril, el Caspilla, pronto tuvieron actuaciones muy destacadas: como eran los únicos jóvenes jugadores del mundo en jugar con relojes Rolex, medias de seda y pullover pronto atrajeron la atención del público de La Moraleja que iba en masa a ver sus partidos. Esto unido a lo mal que por aquel entonces jugaba el primer equipo hizo que el club pronto se planteara la conveniencia de subirlos a la primera plantilla: así el primer equipo seguramente seguiría jugando igual de mal, pero el ambiente sería de lo más chic, osea.
Real Mandril
Movido por el acojonamiento o por la desesperación, Alfredo Di Stéfano, por entonces entrenador del Mandril, decide subir a Butragueño al primer equipo. Van perdiendo 2-0 en un trofeo de mala muerte contra un equipo del que ya nadie se acuerda pero terminan ganando el partido 2-3. Butragueño tiene una actitud destacada al peinarse con gomina en el minuto 73.
Desde entonces todo serán triunfos y alegrías, ganan un montón de ligas, pues sobornan al estamento arbitral, juegan muy bien y muy bonito y meten muchos, muchos goles. También ganan alguna vez la Copa de la Uefa, pero cuando por fin van a alzarse con la Champions League el Milan entrenado por Silvio Berlusconi les daría tal paliza que les quitó hasta el cocodrilo del Lacoste. Butragueño jugaría un papel muy destacado como mascota en este equipo mirando cómo Hugo Sánchez marcaba goles.
Tras esto llegaría una época de decadencia en la cual el Fútbol Club Nandrolona ganaría todo mientras el Mandril se quedaría a dos velas. Butragueño jugó un papel muy destacado como mascota de este equipo viendo como Iván Zamorano fallaba todos los goles. De esta época no obstante data su único trofeo Pichurri al máximo goleador de la liga, en un año aburridísimo en el que casi nadie metió goles, pues todos los equipos españoles parecían adoptar el manual estilo del por entonces seleccionador nacional, Javier Clemente. El revulsivo sería la llegada al equipo de un nuevo entrenador, Jorge Valdano, que sentaría al Buitre en el banquillo. Esta revolucionaria táctica, que facilitó que el equipo jugara con once jugadores en lugar de con diez, sirvió para que el Mandril se alzara de nuevo con la liga. Esto y el advenimiento de Baúl motivó el que Butragueño decidiera cambiar de equipo. Su último partido en el Mandril, que le sirvió de partido homenaje, fue uno de los espectáculos más lamentables jamás televisados, además del único partido de fútbol que ha concluido antes del minuto noventa, de coñazo que fue.
Atlético Celaya
Y de esta manera recala en el Atlético Celaya, de México, club que en los siguientes años se convertiría en un auténtico cementerio de mandriles (al Buitre se le uniría Míchel e incluso después Martín Vázquez y el mismísimo Hugo Sánchez, pasando el Celaya a ser una sucursal del Real Mandril Veteranos). Con él este humilde equipo desempeña un buen papel, pues aun en franca decadencia era mejor que los otros mantas que jugaban allí, y él siempre recordará con gran emoción su paso por el club:
Tras su marcha y la de los otros mandriles decrépitos el Celaya reafirmó su posición como club humilde, entró en quiebra y llegó a desaparecer teniendo que ser posteriormente refundido. Él por su parte deja gracias a Dios el fútbol para dedicarse a otros menesteres.
Su paso por la Selección
Butragueño fue jugador y capitán de la Selección Española de Fútbol. Jugó con ella en 69 ocasiones teniendo una actuación destacada. Es decir, destacando solamente en una de esas 69 ocasiones. Fue esto en la Copa Mundial de Fútbol de 1986, concretamente en el partido de octavos de final: en ese partido Butragueño él solito marcó cuatro goles a Dinamarca, cuyo técnico había planteado la táctica revolucionaria jugar sin portero. No obstante en cuartos de final las cosas volvieron a su ser y España palmó, como suele suceder. Sin embargo su actuación hizo que en México se quedaran pillados con él y posibilitó futuro fichaje por el Celaya donde, cuando descubrieron la realidad, ya era tarde.
En el siguiente mundial jugaron como el culo de mal y perdieron todavía antes. Butragueño fue uno de los más criticados por su completa apatía, ante lo cual dijo "no lo entiendo, si me he limitado a hacer lo que hago siempre". Tras la incorporación de Javier Clemente a la dirección del combinado nacional Butragueño no volvería a jugar en el mismo, ya que el técnico vasco rechazaría convocar delanteros, demarcación que ocupaba el Buitre, siendo Julito Salinas lo más parecido a uno que desde entonces tuvo el equipo.
Características de su juego
El amague neutro
La cosa consistía en que Butragueño recibía el balón en el área y se quedaba quieto, pasivo y sin realizar ningún tipo de movimiento. Cuando no se quedaba directamente traspuesto y le quitaban el balón agarraba y salía por donde el defensor no se esperase, dejándolo descabalado y atontado.
La peinada
Técnica que consistía en sacar el peine, gomina y colocarse los rizos. No tenía mucho efecto sobre el juego pero la afición hacía la ola.
El buitre leonado
Célebre técnica que le valió su apodo deportivo. Consistía en jugar sin ropa interior de ningún tipo y, aprovechando la escasa longitud del calzón de deporte que se estilaba en la época, sacar a pasear sus partes pudendas para desviar la atención de los contrarios.
Características de su juego como directivo
Aunque pueda parecer de primeras más o menos leño, Butragueño es un tío estudiado y tiene una licenciatura y dos graduados escolares. Todo esto, así como los rumores que le presentan como pepero, propició que Florentino Pérez lo fichara para su junta directiva, lugar al que ha vuelto tras unos años de hacer no se sabe muy bien qué, tras el segundo advenimiento de Florentino.
El amague neutro
Tras la dimisión de Pérez éste nombra sucesor a Fernando Martín (no confundir con el del baloncesto). Butragueño jura a Martín lealtad eterna, pero cuando Martín fue cuestionado por la junta fue el primero en pedirle que por Dios bendito dimitiera.
La peinada
La gomina es algo muy apreciado en un directivo. Esto le ha hecho subir muchos puntos como tal.
El buitre leonado
En traje y corbata esta técnica es mucho más difícil de llevar a cabo.
Carácter y personalidad
Así algo pijillo y más soso que un yogur de agua. Siempre se pone como muy trascendente pero luego no dice nada de particular. Admira perrunamente a Florentino Pérez.