Exhumación de Francisco Franco
El Gobierno de España presidido por Pedro Sánchez, en una medida encaminada a promocionar tanto la democracia como el deporte, decidió aprobar en 2019 la exhumación y reubicacion del cadáver de Francisco Franco, antiguo dictador de anchas caderas y voz atiplada, que se hallaba situado en el complejo monumental y hortera conocido como Valle de los Caídos. Franco estaba enterrado junto con víctimas de ambos bandos en la Guerra Civil Española cosa que resultaba especialmente desagradable a los familiares de las víctimas de ese bando en el que pueden considerar a tal ridículo general como verdugo de sus ancestros.
Los nietos y bisnietos de Franco, ante esta situación, se han puesto potrillos y han presentado recursos para paralizar la medida en todas las instancias. Como la cosa se ponía cruda han propuesto como ubicación de la nueva tumba del fiambre la catedral de la Almudena de Madrid, ubicación rechazada por el Gobierno bajo el argumento de que flaco favor iban a hacer trasladando las peregrinaciones de nostálgicos del fascismo de la sierra madrileña al corazón de la capital. Finalmente el Tribunal Supremo ha desestimado todas las pataletas de los nietísimos y ha determinado que la momia debía ser reinhumada en el cementerio de Mingorrubio por las siguientes razones: porque el nombre del lugar se presta a chiste, porque ahí está también enterrada su esposa, más conocida como la Collares, y porque además también en ese lugar reposan los restos de otros destacadas personalidades del franquismo, con lo cual los restos de Franco seguramente van a sentirse bien acompañados.
Decatlón de la generalísima momia
Con el fin de congraciarse con la resentida familia del dictador, el Gobierno decidió invitarles a participar en una divertida gymkana a la manera de un decatlón de diez pruebas atléticas que haría el evento sin duda más entretenido y que además les serviría para demostrar su estado de forma y así hacer frente a las acusaciones de quienes dicen que no han pegado palo al agua en toda su vida a costa de ser descendientes del Paquísimo, y que son perfectamente capaces de realizar actividades de lo más variado mucho más allá de salir en el Hola casándose y descasándose, consumir según que sustancias, dedicarse a turbios negocios de variado tipo y, hasta en algunos casos, reclamar la inexistente Corona de Francia. Esta invitación fue realizada, por parte del Gobierno, con toda franqueza.
Previos al evento
Representantes del Gobierno se reunieron con Francisco Franco. No se asusten, no se trataba del zombie del dictador, sino su nieto (del zombie, digo del dictador). Éste (el nieto, no el zombie) trasladó al Gobierno las exigencias de la familia: una banda tocando solemnemente el himno nacional, un cuerpo militar presentando armas, una salva protocolaria en su honor y una bandera de la dictadura sobre el féretro.
-Sí, hombre, y unos mariachis también.
Al final el Gobierno, en cumplimiento de la ley, que prohibe enaltecer la dictadura y el fascismo (mira tú qué leyes hay en España, casi, casi un país comunista) accedió a que el féretro se sacara de forma austera del hortera monumento donde se hallaba y que si acaso, en el cementerio, de forma privada, que la familia hiciera las tonterías que les salieran de los c... decidiese qué tipo de ceremonia querían realizar.
Pruebas
- Introducción soslayada de símbolos franquistas en espacios públicos
Francis Franco, el ya mencionado nieto, acudió a la basílica con un colorido trapo doblado bajo el hombro: la bandera de la época de su abuelito, más conocida como la "bandera del pollo". A pesar de lo visto en el anterior apartado, el muy granujilla quería salirse con la suya. Los guardias civiles procedieron inmediatamente a confiscarla, a pesar de las protestas y quejitos de Francis, quien pataleaba diciendo que le habían quitado un objeto personal. Los guardias civiles entregaron el objeto a los otros familiares de Franco que no viajaron más tarde en el helicóptero para evitar a Francis la tentación de echar el pollo a volar. Todo ello hace que Francis deba ser declarado ganador incontestable en esta prueba.
Participante | Puntuación |
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Francis Franco | 10 |
- Improperios a la autoridad
"¡Qué vergüenza! Sois la anti España. Estará usted contenta de esta profanación, señora ministra.", "Aquí estamos, abuelo, hemos venido con estos profanadores.", "¡Que la maldición por desenterrar un muerto caiga sobre vosotros!". Son frases proferidas por Merry, la más vivaracha nieta de Franco, contra la ministra de Justicia que estaba allí, la pobre, haciendo funciones de Notaria Mayor del Reino. La ministra aguantó estoicamente las chorradas que Merry soltaba por su boca, incluido cuando se puso, en un acto digno de la vanguardia dadaísta, a leer párrafos aleatorios del reglamento de sanidad mortuoria de la Comunidad de Madrid, de lo que pidió que se levantara acta. Al negarse las autoridades a levantar acta de tal gilipollez, Merry, petulante, exclamó: "Yo ya lo he dicho, que, como lo estaréis grabando, grabado queda". Los representantes del Gobierno ahogaron como pudieron los impulsos de carcajearse.
Ya en el cementerio de Mingorrubio, en pleno forcejeo (otra de las pruebas de las que hablaremos más adelante) el abogado de los Franco hizo protestas de que "¡Esto es una dictadura!", lo cual hace pensar que se encontraba a gusto con la situación, dados quiénes son sus representados. No obstante puntúa para la prueba. Puntuaciones:
Participante | Puntuación |
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Merry Martínez-Bordiú | 10 |
Abogado de los Franco | 1 |
- Apertura del sepulcro
El Gobierno había instalado encima del sepulcro unas carpas de color azul (como la camisa de la Falange, una muestra más de los esfuerzos del ejecutivo por complacer) para evitar cámaras camufladas, ya que el domingo previo la Benemérita había sorprendido a un reportero de cierto periódico de tendencia editorial fascista intentando colarse en el templo disfrazado de monje para camuflar allí una cámara y grabar el evento. El hecho de que el disfraz hubiera sido adquirido en un bazar chino hizo relativamente fácil la identificación del individuo.
Los móviles fueron requisados a la familia, quienes no pudieron retransmitir el evento por Instagram, lo cual sin duda les apesadumbró.
Bajo las carpas solo se permitió entrar a dos miembros de la parentela. Los seleccionados fueron dos nietos: Merry y Cristobalín. Allí se les vistió con un elegante mono blanco y una no menos elegante mascarilla, que aparte de prevenir la inhalación de polvo de granito -a la cual otro de los nietos, Jaimito, no veía ningún inconveniente, lamentando no haber sido él el designado para estar presente-. El mono y la mascarilla les hacía sentir poco menos que como técnicos, científicos o ¡astronautas!¡qué ilusión!.
Los responsables de la funeraria soportaron estoicamente los improperios y maldiciones de Merry Martínez-Bordiú, quien seguía a lo suyo, recalcitrante y cansina. Y procedieron a hacer su trabajo.
"Cuando la lápida cedió al fin toda la basílica retumbó", explica una persona presente bajo la carpa. "Fue un ruido tremendo al que siguió un silencio que nos sobrecogió a todos, como si dentro de la tumba no hubiera aire y se hubiera llenado un vacío, o tal vez alguien se tiró un cuesco considerable, no sabemos".
Una vez retirada la lápida pudo comprobarse que el ataúd estaba hecho una porquería.
Puntuaciones:
Participante | Puntuación |
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Empleados de la funeraria | 10 |
Merry Martínez-Bordiú | 5 |
Reportero disfrazado | 1 |
- Duelo filosófico sobre el estado del féretro
En la fosa había polvo, telarañas, humedades y detritus varios. El hecho de que a algún iluminado no se le hubiera ocurrido desviar una tubería de aguas residuales que bajaba del monasterio benedictino junto a la baslílica por la tumba de Franco no ayudaba a la buena conservación del ataúd ni tampoco a que los olores que allí se respiraban fueran particularmente agradables. El fondo del ataúd, de cutre contrachapado, estaba mojado y tan podrido como en vida estaba el espíritu de su morador, las maderas nobles se habían hinchado y despegado y, en definitiva, la caja del muerto era una ruina lamentable.
Pero la familia se negaba a cambiar los restos del dictador a un féretro nuevo. Los muy tacaños debían pensar que se lo iban a hacer pagar.
Representantes del Gobierno les hicieron ver que, de sacar el ataúd tal cual estaba, el fondo podía ceder y caer al suelo el muerto. Tal muerto estaba en un compartimento interior de zinc cerrado herméticamente, a modo de tupperware, pero aun así éste podía romperse y quedar la momia ahí expuesta en el puñetero suelo. Hubiera sido una gran imagen para la historia, pero ni el Gobierno, a quien nunca parece apetecerle hacer nada divertido, ni la propia familia, querían que se diera. Así, Cristobalín, otro nietísimo, pasó a examinar él mismo el féretro, que casi se le deshace en las manos, y convenció a la demás parentela de que eso así no se podía sacar.
Entonces los operarios llegaron a la solución de asegurar el fondo reforzándolo con una tabla de planchar, fijar los trozos de madera podrida con unas cintas de embalaje color naranja chillón que tenían para transportar materiales, y que casualmente traían consigo y de ponerle por encima un forro de tela que hacía que desde lejos el ataúd se asemejara a una tarta Comtessa -este hecho sería criticado más tarde por Pablo Iglesias, al considerar que así se daba una imagen dulcificada de la dictadura-.
Puntuaciones:
Participante | Puntuación |
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Representantes del Gobierno | 5 |
Cristobalín Martínez-Bordiú | 5 |
Empleados de la funeraria | 1 |
- Puja de féretro
La familia Franco, fiel a los principios machistas de su ancestro, acordó que solo los varones (incluidos, eso sí, los de voz atiplada) y no las mujeres, portarían el ataúd de su abuelo, así que una vez procedieron a sexarse se les colocó a los que figuraban como seres masculinos el destartalado ataúd, de la guisa descrita en el anterior apartado, sobre los hombros.
Así salieron flanqueados por los operarios de la funeraria, bien atentos a que en cualquier momento fallara el chapucero apaño, y seguidos bien de lejos por la delegación del Gobierno, que no querían que en ningún caso se pensara que ellos iban con esa gente.
Casi se les cae cuando bajan la escalinata pero tras un par de "¡uys!" lograron llevarlo hasta la ranchera que lo trasladó al helicóptero que, a su vez, lo trasladaría a un nuevo agujero, oscuro como el alma que otrora morara en el cuerpo que iba a cobijar.
Puntuaciones:
Participante | Puntuación |
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Cristobalín Martínez-Bordiú | 10 |
Francis Franco | 10 |
Luis Fonsi de Borbón | 10 |
Jaimito Martínez-Bordiú | 10 |
- Lanzamiento de hechizo de nigromancia
Llegando al coche fúnebre, uno de los biznietísimos (que no ha deseado ser identificado) ha soltado el siguiente sortilegio: "¡Viva Franco!", tal vez con la esperanza de que el zombie de su ancestro se levantara de la tumba. No sucedió nada, salvo un ruido, que parecía provenir del ataúd, como de algo que golpeaba una superficie de zinc, seguido por un quejido de una voz aflautada que fue apenas perceptible debido a los ruidosos a la par que imbéciles vítores proferidos por los familiares del dictador, a quienes estos sonidos pasaron desapercibidos. Los empleados de la funeraria o nada oyeron o se hicieron los sordos.
Puntuaciones:
Participante | Puntuación |
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Biznietísimo sin identificar | 10 |
- Ascensión de Franco a los cielos
Tras unos cuantos golpes y topetazos los funerarios lograron introducir el féretro en el avión. Resulta que habían calculado el espacio para el ataúd así sin mas, y con la tabla de planchar no entraba. Pero nada que no solucionen un par de hostias bien dadas, total ¿qué iba a pasar, que se afearan los ornamentos medio podridos? Jajaja.
Entonces las autoridades y Francis, como representante de la familia, se dispusieron a subir al aparato. Éste, refiriéndose a la ministra, con galantería machista carpetovetónica, o tal vez porque no quería tenerla cerca, dijo que él no subía por delante de una mujer, a lo que le respondieron, "¡Anda y tira pallá!".
En ese momento Franco, por obra y gracia del PSOE, ascendió a los cielos, impulsado por el motor del helicóptero. Lo más cerca que va a estar nunca de los mismos, desde luego. Tras una monótona travesía de un cuarto de hora que Francis y la ministra pasaron mirándose con indiferencia el uno al otro, le bajaron de nuevo a tierra, en un descampado próximo a la nueva ubicación de sus restos. Menos da una piedra. El piloto del helicóptero se ve que no había sido formado en la escuela de Bin Laden, porque no se llevó por delante la cruz, famosa en todo el mundo por ser su tamaño inversamente proporcional al del falo de quien la concibió.
Puntuaciones:
Participante | Puntuación |
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Empleados de la funeraria | 10 |
Piloto del helicóptero | 10 |
Francis Franco | 5 |
- Manifa
Una vez llegados los familiares y la momia al cementerio de Mingorrubio tanto los nietísimos como la misma momia pudieron darse un baño de multitudes por la calurosa acogida que les dieron los incontables partidarios del Generalísimo que allí les aguardaban. Bueno, en realidad no. Eran cuatro gatos pelados, unos frikis que daban más lástima que vergüenza ajena y que parecían salidos de un circo de los horrores.
Entre ellos se podían contar un exlegionario jorobado, un chino loco que gritaba que para él "Flanco" era "lo más glande", el antiguo coronel golpista Antonio Tejero, que pasaba por allí e intentó entrar al funeral al grito de "¡Se sienten, coño!" pero que finalmente fue disuadido por la policía que le preguntó si había salido de casa sin tomar la medicación. La mitad de ellos se dispersaron como alma que lleva el Diablo en cuanto las autoridades amagaron con llamar a los enfermeros del frenopático más cercano.
Participante | Puntuación |
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Chino franquista | 10 |
Ex coronel Tejero | 10 |
- Misa y reentierro
Se procedió después a la ceremonia privada.
Durante la misa ya pusieron la bandera gallinácea encima del ataúd, con lo cual, entre lo podrido de la caja y el ave sobre ella, había en la atmósfera un aroma así como a caldo de pollo pasado de fecha. El cura oficiante, hijo del ex coronel Tejero, pronunció una homilía hagiográfica sobre la persona del Caudillo que, al estar presentes afines para la causa solamente, no causó ninguna carcajada, como hubiera sido lo normal. Aunque la policía había prohibido introducir móviles para evitar que la ceremonia fuera grabada, se logró el permiso para introducir un altavoz que estuviera conectado por medio de un cable a un aparato sito fuera del panteón. Así el agente accionó la música y comenzó a sonar "La Gallina Turuleca". El guardia reparó pronto en su error y acto seguido se pudieron escuchar los acordes del himno nacional.
Participante | Puntuación |
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Agente del himno | 10 |
Monchito Tejero | 1 |
- Forcejeo con la policía
Acabando la ceremonia, la policía encontró mediante un detector de metales algo extraño en la zona del panteón donde se encontraba Francis. Los agentes sospechaban que el nietísimo llevaba una cámara oculta en un boli, pues se ve que quería guardar un recuerdo del evento, como si fuera esto la primera comunión (para luego vender la exclusiva y así vivir del cuento, probablemente).
Intentaron pues incautar el bolígrafo y la familia se resistió, protagonizando un lamentable forcejeo en el que los nietos exhibieron quejiditos ñoños en primer lugar, que posteriormente fueron sucedidos por vergonzantes gañidos cavernarios. La policía, tal vez patidifusa, tal vez colaboracionista, les dejó finalmente ir de rositas. Las imágenes que grabó Francis estarán disponibles para el público en los próximos meses.
Participante | Puntuación |
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Francis Franco | 10 |
Cuadro de honor
Estas son las puntuaciones finales. Aunque recuerden siempre que lo importante no es ganar, sino participar:
El vencedor, Francis Franco, se ha llevado un gallifante, premio construido a base de fusionar los animales que mejor representan, por diferentes motivos, a los dos anteriores jefes del Estado.
La familia Franco ha quedado tan satisfecha con el evento que está deseando repetir. Han manifestado querer acudir a los tribunales de Estrasburgo para que les permitan desenterrar de nuevo a su abuelo y esta vez enterrarlo en otro sitio. Si es que es lo que tiene hacer deporte, que al principio te muestras reticente, pero luego el ejercicio físico genera endorfinas y genera adicción.