Francisco Camps
Dios quiere que este artículo sea ampliado Falta información sobre: Carrera política, actividad partidista, escándalo Gürtel
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Lor apañole' semos asín.
(Humor español que probablemente no entiendas si no provienes de la Península Ibérica o de las colonias restantes) |
Francisco Camps, político y mártir valenciano, es conocido por su actividad misionera que permitió, con el inestimable apoyo de su compañera Rita Barberá, la construcción de pistas de fórmula 1 y parques temáticos para los más desfavorecidos.
Vida
Infancia y adolescencia
Desde su más tierna infancia mostraba sus revolucionarias ideas, pidiendo a sus padres cantidades industriales de piezas Lego para construir proyectos gigantescos que no servían para nada. Tal fue su ambición, que arruinó varias veces a sus padres, pero no tardó en solucionarlo buscándose otros.
Cuando entró en la guardería, no tardó en expulsar a todos los profesores, terribles funcionarios del estado que defendían atrocidades como la educación pública. Para evitar que las maquiavélicas ideas del anterior régimen permanecieran en las inocentes mentes de sus compañeros, colocó a varios de sus amiguetes en los mejores puestos de la guardería. Para poder obtener buenas influencias, organizó costosos banquetes de tartas de barro y lombrices.
En el patio, fue adquiriendo madera de líder, desafiando a quienes se oponían a él base de ladrillados. Esta táctica le llevaría al éxito en el futuro y consolidaría el ladrillo como pilar económico de su región.
Una vez que comenzó el desfile de hormonas, conoció a su amiga del alma Rita Barberá, quien por entonces ya hacía gala de su inteligencia y elegancia características. Juntos comenzaron una carrera en Ferrari como pilotos de Fórmula 1, pero el peso de la cara de hormigón de Camps y el temor a que un accidente estropeara la esbelta figura de Barberá, les hizo imposible conducir. Por suerte, Ferrari les tenía reservado dos puestos como dummies, un trabajo que dejaría sus mentes listas para su futuro político.
Carrera política
Como si fuera Forrest Gump, aunque con un intelecto mucho menor, Camps inició una carrera que nadie podría parar. No entendía nada de política, ni sabía para que servía, pero sentía que debía servir a su patria, o a su bolsillo, era algo con lo que se confundía a menudo. Una vez en el mundo de la política, encontró su gran pasión en la colección de billetes, que intercambiaba con entusiasmo con sus compañeros en los descansos. Esto marcaría su carrera política y crearía envidias entre algunos compañeros que no poseían una colección tan extensa como la suya.