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Guerra de los románticos

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Incicito ciclos.png Este artículo forma parte del ciclo temático que se está desarrollando actualmente,
sobre el estúpido interesante e imprescindible tema de Música II.
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Hace mucho, mucho tiempo, en una Alemania muy lejana....

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Episodio IV: Una nueva esperanza

Todo empezó cuando los jóvenes padawans Rob Chui Man y Ric SkyWagner creyeron ver a Beet Yoden haciéndoles revelaciones como fantasma de la Fuerza Musical. Tal vez habían tomado demasiada cerveza bávara en la cantina de Tantooine.

Tras la muerte del Maestro Jedi de la música germánica, Beet Yoden, dos facciones enfrentadas se disputan su sucesión. La orden de los Yedisbundler que lideran Lix Mendel-Son y Rob Chui Man domina con mano firme la forma musical clásica y la música pura, inspirándose en la octava sinfonía del maestro fallecido, pero el círculo rebelde de Weimar, liderado por Fran-List y apoyado desde su exilio en Suiza por el aún más rebelde Ric SkyWagner toma como referencia la novena sinfonía del viejo maestro, defendiendo la música programática y la obra de arte total. El enfrentamiento es tan cruento como inevitable.

Rob Chui Man había sido un compositor jedi progresista e imaginativo, pero se pasó al lado oscuro del conservadurismo cuando fue seducido por las artes rancias de Clara Wieckdala, con quien se casó. Desde este momento las innovaciones formales fueron desapareciendo del arte jedi de Rob Chui Man y fueron sustituidas por el formalismo más abotargado. Preso de la dicotomía entre sus impulsos progresistas y las tendencias conservadoras de su esposa, así como de las voces que decía que eran manifestaciones de la Fuerza Musical que le hablaban y solo él oía, a las que llamaba Eusebius, Florestan y Raro (el chico nunca había estado muy fino) Rob Chui Man había terminado por perder completamente la cabeza y murió tras tirarse al río, pero no sin antes vender su revista musical a un tal Franbren-Del.

Franbren-Del resultó ser un infiltrado del círculo rebelde y la revista se convirtió básicamente en una exaltación de todo lo que hacían Ric SkyWagner y Fran-List en la que se elogiaba incluso el valor musical de cada pedo que se tiraban. Esta constante adulación que solo podía calificarse de jaboneo y pelotilleo era interrumpida únicamente en las páginas centrales, donde había un poster desplegable en el que a menudo aparecía el propio Fran-List ligero de ropa.

Clara Wieckdala, considerando esto como una traición a la manipulación que ella había hecho de su marido al legado artístico de su marido, se propuso buscar un nuevo elegido que pudiera contrarrestar el ataque rebelde. Es así como adiestró en el conservadurismo formalista a un joven padawan en el que ya Rob Chui Man había visto que la fuerza de la música era muy intensa: Obi Brahms. Además construyó un droide crítico musical, tan servil como perverso, que ayudaría al joven padawan en sus batallas y contrarrestaría la alteración en la fuerza de Franbren-Del: E-2-ard Asslick.

Episodio V: Los de Leipzig contraatacan

-Te he estado esperando Darth SkyWagner, nos encontramos una vez más. -Soy un maestro, Obi Brahms. -¡Un maestro de la cacofonía, Darth SkyWagner!

Muerto Rob Chui Man, el padawan Obi-Brahms fue considerado diestro en la fuerza musical, y hasta se dejó barbita para no tener cara de niñato y que le tomaran en serio. Fue en este tiempo cuando Obi Brahms y el violinista Qui Joa Xim tuvieron la ocurrencia de elaborar un manifiesto anónimo contra la revista de Franbren-Del. Anónimo hasta que lo firmaron, los muy idiotas. Éste decía así.

« Los abajo firmantes hemos seguido con mucho pesar determinadas posiciones partidistas, cuyo órgano (viril) es la revista Zeitschrift für Galactik Musik de Franbren-Del.

En este asqueroso panfleto se difunde continuamente la visión de que los músicos de mayor relevancia son los que están de acuerdo con las tendencias (musicales, no piensen mal) que representa la propia revista, reconociendo un gran valor artístico en las composiciones de los líderes de este grupo y concluyendo en definitiva que el debate a favor y en contra de la llamada Música del futuro galáctico se encuentra ya cerrado, y que los que no estamos de acuerdo nos limitamos a apretar los puñitos en nuestra escandalosa derrota.

Los abajo firmantes consideramos como nuestro deber el protestar contra tal interpretación de los hechos y, como principales afectados, declaramos desde nuestra afectación (oigh) que no reconocemos los principios enunciados por la revista de Franbren-Del, ni con los horteras que los aplican en la práctica, reincidiendo en unas nuevas e inauditas teorías, las del imbécil de Ric SkyWagner, Darth SkyWagner en lo sucesivo, que son contrarias a la naturaleza de la Fuerza Musical, lo cual encontramos muy de lamentar y condenar... y por ello apretamos los puñitos. »​

Desde luego no les sirvió para hacer amiguitos.

Episodio VI: El retorno del Richi

Los partidarios de unos iban a montar pollos en los conciertos de los otros por toda la galaxia y se hacían afectados desaires públicos. Por ejemplo la escuela de Weimar celebró una fiesta en la luna boscosa de Endor por el aniversario de la revistucha que fundara Rob Chui Man, y no invitaron a los otros, ni siquiera a Clara Wieckdala. El no poder distrutar de la comida ewok y de los tamboriles de la fiesta a estos les contrarió en demasía. Cuando discutían ya con más seriedad sobre la necesidad de conservar o abolir las formas musicales clásicas, Darth SkyWagner se mostró como un auténtico sith de la fuerza de la música, y declaró que ésta debía fusionar con las demás artes en una suerte de Obra de Arte Total de la Muerte. De esta manera la guerra era cada vez más cruda y la perturbación en la Fuerza Musical crecía. Tanto en el Requiem Alemán de Obi Brahms como en El Anillo del Nibelungo de Darth SkyWagner podíamos escuchar una música que era como si millones de voces gritaran de terror y luego… fueran silenciadas.

Huelga decir que mientras Darth SkyWagner trataba de fundir las artes Obi Brahms y E-2-Ard Asslick hicieron lo posible por fundirle a él, pero esto no impedía que él utilizara sus poderes mentales para convencer a su círculo de que la orden de los Yedisbundler era "una sociedad de melindrosos amanerados que hacen picnics musicales y que esperan en vano que entre ellos surja un compositor medio bueno para tomarlo como Mesías".

El terrible aspecto de Darth Ton Brucknie aquí está suavizado porque esta saga es para todos los públicos.

No obstante los Sith siempre son dos, el alumno y el discípulo. Y a Darth SkyWagner le salió un discípulo -un fanboy en realidad, porque Darth SkyWagner nunca tuvo intención de enseñarle los caminos de la fuerza- cuyo objetivo fue batir a Obi Brahms en su propio campo: la Sinfonía. Y éste era el pequeño aprendiz de los caminos wagnerianos Darth Ton Brucknie, de quien se decía que gustaba lamer cráneos de antiguos maestros de la Fuerza y contar compulsivamente cuántos ewoks había en un poblado, antes de destruirlos por completo con sus ondas sonoras.

Así, mientras las sinfonías de Obi Brahms tenían una orquestación límpida, unas proporciones mesuradas y una sesuda elaboración temática las de Darth Ton Brucknie eran de tamaño tan monumental que podían destruir planetas enteros, con un contrapunto por el que la Fuerza atravesaba todas las melodías y con más trompetería que varias marchas imperiales sonando simultáneamente. Y como otrora pasaba, mientras los maestros cruzaban sus tonadas, la guerra se libraba también entre los seguidores y droides de ambos lados de la fuerza musical, quienes se arrojaban insultos, bofetadas, pellizcos en las nalgas y sables láser.

Durante décadas los enfrentamientos se sucedieron sin que el conflicto se resolviera, hasta que llegó un momento en que los otrora jóvenes aprendices tenían un aspecto no tan bueno como si ya tuvieran novecientos años, mientras que los primeros protagonistas de esta saga, como Darth SkyWagner, ya se habían hecho uno con la Fuerza Beet Yodeniana o bien, en el caso de los droides como E-2-Ard Asslick, estaban desmantelados en una chaterrería... Entonces surgió otra nueva esperanza, un elegido de los midiclorianos que podría traer de nuevo el equilibrio a la Música unificando las dos escuelas: Han Rottlo.

Darth Ton Brucknie había instruido a Han Rottlo en los caminos de la Fuerza Musical wagneriana, y había elogiado su sable Rott (rojo en alemán) sus dotes para tocar el órgano, y también para tocar el órgano de tubos. El joven Han Rottlo se consideraba creador de lo que él consideraba una nueva manera de concebir la Sinfonía que unificaba y equilibraba los caminos de la Música, y a pesar de que su maestro Darth Ton Brucknie consideraba que aún no estaba maduro y que no había completado su entrenamiento, decidió presentar su primer trabajo en este género a Obi Brahms con el fin de que él ejerciera su influencia sobre el lado carca de la Fuerza y su pieza fuera interpretada. Obi Brahms, sabedor de que Han Rottlo era el padawan de Darth Ton Brucknie se enfrentó a él.

  • Obi Brahms: "Si conocieras el poder de las artes musicales... Darth Ton Brucknie no te dijo cómo se compone debidamente una sinfonía."
  • Han Rottlo: "Me dijo lo suficiente. Me enseñó la técnica sinfónica."
  • Obi Brahms: "¡Qué te va a enseñar... esto que has hecho es una chusta!"
  • Han Rottlo: "Eso no es verdad. ¡Es imposible!"
  • Obi Brahms: "Examina tus contrapuntos. ¡Sabes que es verdad!"
  • Han Rottlo: "¡Noooooo! ¡Noo! ¡No!"
Gus Tav-Mahl trayendo el equilibrio a la Música... antes de que la Princesa Al-Mahl le transformara en un humanoide cornudo.

Convencido por Obi Brahms de que tenía menos oído que un wookie y de que debía alejarse de los caminos de la Música para unirse a los moradores de las arenas y vivir del tráfico de droides, la mente del joven Han Rottlo colapsó, y tras acusar a Obi Brahms de haber intentado volar un carguero estelar en el que viajaba, ante el estupor de alienígenas de muchas razas que viajaban con él, fue recluido en un planeta que hacía las funciones de sanatorio mental. Tras varios intentos de suicidio, allí murió de tuberculosis, de un sarpullido en la axila... y de asco. La Guerra de los Románticos terminó poco después, cuando Darth Ton Brucknie y Obi Brahms asistieron ambos al entierro de Han Rottlo, cabizbajos, y murmurando mantuvieron la siguiente conversación.

  • La que hemos liao... si seremos gilipollas.
  • Pues mira chico, para qué engañarnos, razón llevas.


No sabemos quién fue el primero en sentenciar y quién fue el que contestó, pero tampoco importa, porque por primera vez parecían estar de acuerdo en algo. El caso es que los caminos de la Fuerza Musical son misteriosos y pronto surgiría otro joven aprendiz en el que la Música era incluso más intensa que en Han Rottlo: Gus Tav-Mahl. Él retomaría las ideas del malogrado padawan, y en completando su entrenamiento, se convertiría en un poderoso maestro. Trajo el equilibrio a la Música terminando con tanta tontería y utilizando las melodías de todos los anteriores, destripándolas, remezclándolas, demoliéndolas y desmadrándolas. Y así, por fin, trajo la paz a la galaxia musical germánica. Al menos por un breve tiempo... ¿verdad, Norld Son Berg?

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