Incilibros/Cómo librarte de tu maldito tutor

From Inciclopedia
Jump to navigation Jump to search


Wiki.png Este artículo tiene mucho humor que sólo será entendido por lectores habituales de la Inciclopedia,
si no has visto ya al menos mil referencias a Tio1.jpg, y a Cervantes, pasa de largo.
Patriota1.jpg

Este artículo está dedicado a la memoria de <inserta tu nombre aquí>
quien desgraciadamente se encuentra aún entre nosotros.
Nuestras condolencias a su familia y amigos en estos momentos tan difíciles.

Cita3.pngHoYgAn BuzCo tUtOr xA kE mEnseÑe a MAneGAr La INsiClOpeDIACita4.png
Novato inocente buscando ayuda
Cita3.pngDebo... aprender... a... apretar... el maldito... botón... REPÍTELO!!!Cita4.png
Tutor mientras te pega con un periódico
El abandono de tutores se ha convertido en un problema en los últimos años. No lo abandones, mejor haz que se vaya

¿Recuerdas cuando llegaste a Inciclopedia? Que buenos tiempos aquellos en los que podías hacer lo que te daba la gana y excusarte con el clásico "Lo siento, es que no sabía, soy nuevo". Ah... aquellos tiempos en que podías escribir sobre tu amigo Luis sin que te dirigiesen más que un suave "Perdona, no puedes hacer artículos sobre amigos imaginarios" (Claro, lo que ellos no sabían es que Luis no es imaginario sino tu amigo de toda la vida, ignorantes ellos, pero se les perdonaba). Fue ahí cuando te comentaron sobre una forma de mejorar y evitar que cometieras tantos errores. Si, estoy hablando sobre los tutores.

Al principio no te pareció mala idea, ¿verdad?. Te presentaban a alguien a quien poder atormentar con preguntas estúpidas, echar la culpa de tus errores y despertar a las tres de la mañana con tus ataques de angustia vital por ver tu artículo en VPB. Perfecto, oye.

Con lo que no contabas era con que con el paso del tiempo te ibas a dar cuenta de que ese tipo sufrido era en realidad un engreído sabelotodo odioso y egocéntrico que lo único que buscaba era a alguien a quien regañar para sacudirse el estrés. Esto no es lo que tú querías... pero descubres que contra tu voluntad, el tipo se resiste a dejarte marchar e insiste e insiste en controlarte tus ediciones. Un tutor puede ser una fuente de sabiduría (al menos un chorrito) pero, ¿qué hacer cuando ya no lo quieres?.

Cómo reconocer a tu tutor

Esto no es tu tutor, no te confundas. Los tutores suelen ser, al menos, semihumanos (en la mayoria de los casos).

Lo primero, antes de seguir los pasos de este manual, deberías asegurarte de que tienes tutor. De lo contrario, agénciate uno para el experimento. Cualquiera puede valer, pero por tu bien, procura que no sea administrador, y si puede ser que no se hable con ellos, mejor que mejor; estos tipos tienen la manía de echar a la gente de Inciclopedia a la mínima y con cualquier excusa tonta (por ejemplo, por blanquear artículos, cuando tú sabes de sobra que son malos y no merecen estar aquí). Un tutor que no sea administrador tendrá que contentarse con roerse compulsivamente las uñas contemplando tu enésima cagada; eso sí, recuerda siempre que no es tu culpa, es él el que no se explica bien.

Si no estás seguro de quién es tu tutor, mira tu discusión. Si hay unos mensajes muy largos diciendo cosas incomprensibles, mira quién los firma y fastídialo a él; si no es tu tutor es un spammer, pero en este último caso te darás cuenta porque pasará de ti como de la mierda. El tutor siempre intentará encarrilarte, aunque sea en la vía de un tren.

Otra forma de saberlo es mirar tus userboxes. Si tienes una celeste con la cara de un bebé, eres un novato de pleno derecho; además, en ella pondrá también quién es tu tutor, muy útil para no equivocarse y fastidiar a otro que no tiene culpa. Si tienes la cajita, pero en ella sale un tipo con barbas... tío, eres tutor, ¿qué coño haces leyendo esto?

Ya tengo tutor, ¿ahora qué hago con él?

Existen múltiples vías de conseguir que un tutor se vaya por propia voluntad. Dado que tu objetivo NO es acabar bloqueado, vamos a descartar todas aquellas que involucren la violencia y a centrarnos sobre las más sutiles, que son a su vez las más difíciles de conseguir. Recuerda que si todo falla, siempre puedes visitar al tutor armado con un bate de béisbol y hacerle saber que estás muy descontento con su actuación. Sin embargo, los tutores son seres humanos (hasta que se demuestre lo contrario) y tienen padres, hermanos, hijos y más familia que no tiene culpa de nada, así que ponte en su lugar y contrólate un poco.

Intenta cumplir todo lo que te mande

Tener un tutor puede llegar a resultar agobiante.

Hazlo todo a la primera, de forma que le sea imposible ponerte la menor pega. Léete manuales, estudia HTML, aprende a manejar códigos, tablas y variables como quien se ata los zapatos. Soborna a algún usuario avanzado para que se haga pasar por ti. Hazle creer que su labor es inútil, puesto que tú ya lo sabes todo y además lo haces mil veces mejor de lo que él lo hará en su vida. A pesar de lo que digan, ningún tutor quiere tener al novato perfecto; si ve que no le queda nada más que enseñarte que ya no sepas, y ante el temor de quedar aún más en ridículo de lo que ya ha quedado, renunciará y te dejará libre para pulular a tu antojo. Si no quieres llegar a estos extremos (porque en el fondo de un pozo le tienes cariño) simplemente, haz que se aburra de explicarte cosas respondiéndole con un "Ya lo sabía" y poniéndole algún ejemplo copiapegado de alguna parte.

Intenta cumplir todo lo que te mande al pie de la letra

Intenta cumplir sus sugerencias de tal forma que no pueda reñirte por no hacerlo; si te dicen que archives tu discusión, que ya llega a los cien mil caracteres y está ocupando todo el servidor de Wikia (por ejemplo) puedes imprimirla en un papel y meterla en una carpeta. Esta estrategia llega a desesperar al tutor más curtido, dado que, por un lado, no puede decirte que no estés haciendo lo que te ha dicho; y por otro, no puede reñirte tampoco por hacer algo que no debes (hey, es TU carpeta, ¿no?) Con esta estrategia podemos lograr que el tutor se desespere y abandone la tutoría antes de suicidarse, o bien que te tome por imbécil profundo y se vaya igualmente.

Habla en klingon

Tu modelo a seguir.

La Inciclopedia es un lugar democrático, donde reina la libertad de expresión sobre todas las cosas. Por lo tanto, nadie tiene derecho a decirte cómo tienes que escribir tus artículos. Zi KiErrEz ZcrIbyR hAzi Ez tU PorVLemA. Recuerda las reglas básicas: toda vocal es susceptible de llevar una H delante o detrás, toda LL puede ser sustituída por Y (así te ahorras una letra), poner M antes de P y B es un trabajo molesto que no merece la pena ni considerar, y las letras estilo montaña rusa dan colorido y variedad a tu texto. Si tu tutor no se muere de un infarto al leer cosas como "oLa NeCEziTo k MaYueS Kn uNa pAgUina K iSen K M vaN a VoRRa Xq tA mU mAl EcrIta" métete a monje directamente.

No entiendas nada

A pesar de tu buena voluntad y esfuerzo por aprender, las cosas simplemente no te entran. No entiendes para qué sirve esa pestañita de encima del artículo, qué quiere decir "Nombre de usuario" (ni mucho menos "Contraseña"; eso ya son conocimientos avanzados). No sabes qué es una IP. ¿Qué es eso de colorines que sale al entrar y por qué cambia de vez en cuando? ¿Y por qué no puedes poner una foto de tu amigo Luis en el artículo tan bonito que estabas haciendo? Si total, la mitad de los artículos tienen a ese tío feo... Complementa este método con una compulsiva afición a pedir disculpas por absolutamente todo («Lo siento, no sabía que si tocaba esa plantilla se alteraba toda la clasificación de las páginas... ¿Pero se puede arreglar, verdad?») y a lloriquear cada vez que te riñan por algo, y si puedes echarle la culpa al tutor mejor que mejor («Fue un accidente, es que soy novato y no entiendo nada de esto, y mi tutor no me lo había explicado, lo siento, lo siento, BUAAA»). Eso sí, tampoco te pases de listo y vayas por ahí blanqueando páginas, los tutores (por lo general) no son tan tontos.

Pasa de él

A tu tutor le encanta ver a este tío en todos tus artículos. Dale una alegría, él se la merece.

«No tengo tiempo, lo siento, lo haré mañana» es la frase clave. Escríbela en un documento de texto y copiapégala cada vez que el tutor te mande a hacer algo, ya sea la mayor tontería del mundo que esté lista en cinco minutos. Eres una persona muy ocupada, y el tutor debería comprenderlo; si protesta, arguméntale que TÚ sí tienes vida propia (no como OTROS) y no puedes estar todo el día pendiente de la pantalla del ordenador. Como la mayoría de los tutores no la tienen, este comentario les deprimirá y se irán a molestar a otro lado.

Si tienes la mala suerte de tropezarte con un tutor que además de tutorear tiene pareja, se va de juerga todos los fines de semana y trabaja de playboy a ratos perdidos, lo mejor es que continúes ignorándolo hasta que se harte de ti (insistir sobre la vía anterior podría llevarte a descubrir que el que no tiene vida social eres tú, lo cual no te recomendamos; se trata de que se largue el tutor, no de que te deprimas tú).

Vete por las ramas

Ese artículo sobre la naturaleza que te han mandado ampliar te recuerda tanto a aquella vez que te fuiste de vacaciones a la playa, y había tiburones, ¿allí hay tiburones? ¿No? Pues son unos peces muy majos, lo malo es que tienen tantos dientes, que menos mal que no tienen que ir al dentista porque si no, imagínate la factura, con lo que le cobraron a tu abuela aquella vez que se partió un diente comiendo pan... porque mira que el pan es malo, ¿eh? Que tiene colesterol y esas cosas, aunque tú no crees en eso, en realidad todo es puro márketing para que consumamos más y luego hagamos dietas y todo eso... ¿De qué hablábamos?

Esta técnica puede desorientar al tutor más experimentado. Convierte tu discusión en una especie de chat donde se hable de todo menos de la tutoría. Arrastra al tutor a esa espiral, hasta que se pierda totalmente y no recuerde que esa tarea que te mandó hacer, ah sí, esa, la acabaste ayer mismo, ¿ya no se acuerda? Qué mala memoria... Va a ser de tanto hablar de cosas raras, nunca se fija en tus méritos, si es que...

Consejos útiles

  • Pase lo que pase JAMÁS firmes en ningún sitio. Si lo haces, darás la falsa impresión a tu tutor de que estás aprendiendo algo; y tú no quieres subirle más el ego.
  • No pierdas nunca la oportunidad de intervenir en cualquier discusión en la que esté tu tutor, venga a cuento o no, para contarle a la humanidad lo mal que te trata y lo harto que estás de él. Hasta que salga todo el mundo llorando si es necesario. Tu libertad lo vale.
  • Si el tutor no te contesta una duda a tiempo, pregúntale directamente debajo de cualquier comentario que haga en cualquier lado. Sin duda no se ha dado cuenta de lo voluntarioso que eres y las ganas de aprender que tienes.
  • Si (por pura casualidad) pillas al tutor equivocándose, nunca pierdas la oportunidad de recordárselo. Cada vez que te reproche algo mal, recuérdale que él también la pifia, y copiapégale el ejemplo. No dejes nunca que se crea mejor que tú.
  • Alíate con otros novatos. La unión hace la fuerza, entre todos podéis conseguir vuestra ansiada libertad aunque sea por encima de los cadáveres de los tutores. Si necesitas más motivación, ponte la banda sonora de Espartaco de fondo mientras planeáis vuestra rebelión.