Incinoticias:Lleva 15 años esperando a que el semáforo se ponga en verde

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Conductor amargado por avería en el sistema eléctrico de un semáforo
10:57 11 jun 2007 (UTC)Ciudad: Huelva; Periferia del País VascoInforma: periodista casual

Una pila de coches, a la espera de que el hombre mueva su vehículo

Un día como hoy de 1992, Naseiro Campos, propietario de un Ford fiesta del '90, sacaba su coche del garaje para disponerse a ir al trabajo. No había hecho más que pasar dos manzanas cuando un semáforo se puso en rojo, obligándole a detener la marcha. Han pasado 15 años y la luz roja del semáforo sigue cortando el paso a Naseiro, quien se ha visto obligado a rehacer su vida dentro del vehículo.

"Los primeros diez minutos, pues hombre, te lo tomas como algo normal. Ya cuando llevas tres días la cosa empieza a perder la gracia. Pero al cabo del tiempo te acabas acostumbrando y lo ves como algo natural"

Y es que su familia (está casado y tiene hijos) ha decidido quedarse a vivir con él en el coche, pues pagan menos a Hacienda por ser una vivienda de pequeño espacio, y se han organizado bastante bien los doce dentro del coche (destacar que Naseiro tenía tan sólo tres hijos al parar frente al semáforo, el resto han sido fecundados en este lapso de 15 años en el asiento trasero del Ford Fiesta).

El conductor sufre deshidratación grave

Es destacable la voluntad de Naseiro por no bajarse nunca del vehículo, dispuesto a reemprender la marcha en cuanto el semáforo le dé luz verde. La alcaldía de Huelva ha dispuesto acciones para arreglar la luz, pero el mensaje de la compañia de electricidad fue "que lo haga otro".

Un ciclista en situación similar

Fuentes sin revelar de nuestro rotativo han informado que existe en la ciudad de Barcelona (Aspaña), un ciclista que hace dos semanas que no se baja de su vehículo. Ramonet S. está esperando que quiten un contenedor que obstaculiza uno de los carriles para bicicletas del centro de la ciudad, por el que iba pedaleando a finales del mes pasado. Este individuo ha estado comiendo y durmiendo en el sillín de su vehículo durante estos quince días.

"Cuando das con la posturita, el sillín es tan cómodo como la mejor de las camas. Incluso cuando viene mi novia en busca de amor o a comer con sus padres. Además, ya tengo la entrepierna tan endurecida que no creo que nunca más en la vida puedan reducirme dándome una patada en mis partes", declaró Ramonet a nuestro corresponsal en Barcelona.