Plagiar
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Se denomina plagio a una infracción del derecho de autor sobre una obra de cualquier tipo, que se produce mediante la copia de la misma, sin autorización de la persona que la creó o que es su dueña o posee los derechos de dicha obra, y su presentación como obra original. Por lo tanto, el plagio posee dos características:
- La copia ilegítima de una obra protegida por derechos de autor.
- La presentación de la copia como obra original propia.
Es decir, una persona comete plagio cuando copia o imita algo que no le pertenece haciéndose pasar por el autor de ello. Dicha acción, al estar protegida la obra legalmente por el derecho de autor, podría conllevar un juicio y una posible imposición de multas y la obligación de indemnizar los daños y perjuicios.
En un sentido más amplio, generalmente nos referimos a plagio cuando hablamos de libros que tienen tramas o historias muy similares, a películas con semejanzas, a un invento muy similar a uno patentado, a una obra de arte similar o con alguna pieza del original, marcas; incluyendo logotipos, colores, formas, frases, entre otros distintivos de algún producto, o simplemente a ideas.
El plagio se encuentra penado en diferentes países del mundo (Siendo sólamente 24), poseyendo estricas normas que prohiben el uso de este común método de escritura para guiones, libros y demás, debido a que el público suele sufrir el Síndrome del Aburrimiento, el cual consta de que dada una reiteración prolongada de historias similares, la mente se vuelve vacía e incapaz de distinguir distintas realidades.
Durante la Historia
A pesar de que las acusaciones de plagio han sido esgrimidas en todas las épocas de la literatura escrita, el término plagiario aparece por primera vez utilizado con el sentido actual en los escritos del poeta Marcial (siglo I d. C.). Anteriormente, "plagio" hacía referencia al delito en el que incurría el secuestrador o ladrón de niños y esclavos, acepción conservada parcialmente en el español de América. La historia de la literatura atribuye a Marcial la creación de este sentido cuando se queja en uno de sus epigramas de que sus obras hayan sido adaptadas por otro y que estén en servidumbre:
Te encomiendo, Quinciano, mis libritos. Si es que puedo llamar míos los que recita un poeta amigo tuyo. Si ellos se quejan de su dolorosa esclavitud, acude en su ayuda por entero. Y cuando aquél se proclame su dueño, di que son míos y que han sido liberados. Si lo dices bien alto tres o cuatro veces, harás que se avergüence el plagiario.
El término reaparece en las lenguas vernaculas alrededor del siglo XVI y se consolida de forma paralela a la formación de la figura del autor moderno. En el siglo XIX, la progresiva protección jurídica otorgada a la creación intelectual convertirá el plagio en un delito, y por lo tanto lo hará suscetible de ser juzgado en un tribunal, y no únicamente, como hasta entonces, por la crítica y la historia literaria.
El plagio en la educación
Se pide a menudo a los estudiantes que realicen trabajos de redacción o investigación. Por holgazanería, por ignorancia, por voluntad deliberada de engañar o por temor de no hacer un buen trabajo, algunos de ellos se sirven de textos ajenos (en general mediante un motor de búsqueda) que entregan directamente al profesor sin citar su origen. Los profesores suelen considerar este tipo de comportamiento como plagio, y por lo tanto como un comportamiento impropio que conlleva sanciones o penalizaciones en la nota otorgada al trabajo. Este fenómeno ha alcanzado una dimensión creciente (sobre todo en los campus de los Estados Unidos, donde, por ejemplo, las universidades pueden hacer firmar a los estudiantes un "contrato de honradez"), debido al acceso a las nuevas tecnologías que han multiplicado las posibilidades de reproducción y manipulación textual.
Algunos docentes norteamericanos provenientes de los Writing Centers (Talleres de escritura) sostienen, por el contrario, que los estudiantes se comportan de manera natural al imitar y copiar en exceso o sin indicar las fuentes. Estos docentes critican que se solicite de los estudiantes una originalidad de la que carecen los profesores, puesto que la enseñanza consiste fundamentalmente en la repetición constante de ideas y formulaciones ajenas omitiendo, por economía,las fuentes.
Herramientas para luchar contra el plagio
Para detectar un posible plagio, se puede buscar con la ayuda de un motor de búsqueda una determinada cadena de palabras del texto sospechoso, con el fin de ver si se encuentra un texto potencialmente plagiado. En la actualidad, existen varios programas informáticos que facilitaban la detección del plagio, especialmente en los proyectos o ensayos de los estudiantes. Sin embargo, la mayor herramienta para luchar contra el plagio son las mismas escuelas, universidades y casas de estudio, que frecuentemente no lo penalizan en sus reglamentos, incluso tratándose de tesis o proyectos terminales de titulación.
Bibliografía sobre el plagio en educación
Buranen, L., Roy, A. M. (coord.), Perspectives on Plagiarism and Intellectual Property in a Postmodern World, State University of New York Press, New York, 1999.
Howard, Rebecca Moore, Standing in the Shadow of Giants. Plagiarists, Authors, Collaborators, Ablex Publishing Corporation, Stamford (Connecticut), 1999.
Lunsford, A., Ede, L., Singular Texts/ Plural Authors. Perspectives on Collaborative Writing, Southern Illinois University Press, 1992.