Suevos
Pueblo germénico. Padres de las sentadas pacífistas, de los festivales de música folk y de la infame pulsera de la amistad.
Orígenes
La noble nación Suebia, era un conglomerado de hippies, punkis y costrillas de origen escandinavo. Vivían de la venta ambulante de colgantes de cuero y de tocar la flauta en las calles. Sin embargo, el líder suevo después de una resca monumental dijo: «Vamonos pa'l sur, chachos». Y al sur se fueron todos.
Los Suevos vivieron desde entonces en una comuna entre las fronteras actuales de la Galia Transalpina y la Germania Citerior. Eran famosos por pasarse todo el día sobrios, desnudos e incapaces de hacer nada útil. Todo por culpa de haber sido este pueblo el inventor de la cerveza sin alcohol.
Históriæ
En la celebración de los XVVII Juegos Valhálicos, fueron expulsados por dar negativo por alcohol en todos los controles que se les hizo ese año, estableciendo un Record Franciskaner. Incluso el famoso Achtung Verboten dio positivo por LSD en la prueba de lanzamiento de jabalí. Tras lo cual los godos y los vándalos decidieron descalíficarlos de todas las categorías. Esto enfuereció sobremanera al pueblo suévico que decidió invadir Roma con sus pulseras y actuaciones acrobáticas.
El problema era que no tenían ni idea de donde estaba Italia, por lo que acabaron en el culo del mundo, también llamado Finisterre. Asentaron sus desnudos traseros en la provincia romana de Gallaecia, ya que el resto había sido ocupado por vándalos, Alanos y hooligans que inexplicablemente se les habían adelantado. Así en el año 411 después de Cristo Superstar fundaron la primera comuna hippie libre de impuestos de la historia en Villalba, patria común e indivisble de Fraga. Tras pasar varios meses bebiendo aguardiente y fumando marihuana los suevos decidieron darle al saqueo (que proviene del alemán antiguo suck, es decir, mamarla) y se dedicaron a vivir como nómadas yendo de fiesta en fiesta y fumo porque me toca.
Extermínium
Tras la llegada de los visigodos a España atraídos por el vino de teta-brick, decidieron asentarse bélicamente y comenzaron a reclamar el derecho de pernada sobre absolutamente todo. Se dedicaron a vivir en armonía practicando pacíficamente el noble arte de la guerra preventiva o bushismo (no confundir con el bushidio, arte de suicidarse comiendo galletas).
En un principio todo era concordia y los nuevamente vecinos germénicos vivieron un par de siglos de amistad. El problema llegó el día en que un rey visigodo, Leovigildo se hizo catódico y como Andeca el Gerontófilico, rey de los suevos, era anódico, el conflicto fue inevitable. Sumando esto al detalle de que Andeca se follaba las madres de sus aliados y amigos (de donde procede el término Mátter Fáquer) se quedó más sólo que La Huna. Viuda de Atila que no consiguió marido ante el temor de morir en su lecho. El día de la batalla que había concertado con Levigildo sólo se habia presentado Andeca. El ejército visigodo le dio la opción de rendirse con honores y conservar su pabellón. Sin embargo, él (ebrio de hidromiel y fumado hasta el culo de una hierba autóctona de Galicia llamada [toxo]) prefirió luchar y perdió la batalla, la montura, la corona y casi pierde también la honra (lo único que pudo salvar).