Fernando Jiménez del Oso

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Jiménez del Oso dando un consejo sobre cómo cocinar alienígenas adecuadamente
Cita3.png¡Por mis cojones que los Molinos no eran OVNIS, sino gigantes!Cita4.png
Don Quijote sobre los OVNIS
Cita3.pngNo es un oso cualquiera, es Jiménez del OsoCita4.png
Oscar Wilde sobre el ufólogo
Cita3.pngLos programas de Jiménez del Oso son el mejor método de somnolencia: ni el Tour, ni los documentales de la Dos, ni mis cojonesCita4.png
Groucho Marx sobre los programas de Jiménez del Oso

Se dice que Fernando Jiménez del Oso nació en Madrid en 1941. Pero... ¿es eso cierto? Lo que sí sabemos es que Jiménez del Oso era ufólogo -es decir, que le molaban los OVNIS- loquero y parapsicólogo (paraloquero, vamos). Como suele pasar en estos casos, los loqueros al final se vuelven locos ellos mismos. Pero, antes de seguir, deberíamos contar la verdadera historia de Jiménez del Oso...

La verdadera historia de Jiménez del Oso

Infancia

Jiménez del Oso nunca encontró una solución a este gran enigma de la sociedad

Jiménez del Oso, en realidad, fue encontrado en un huevo de avestruz salvaje en un descampado entre Robredo de Chavela y el pantano de San Juan. El artífice, un agente secreto del servicio de inteligencia franquista dedicado a acallar a los personajes que decían haber visto OVNIS y botes de Coca-Cola: Proteus. Por esas fechas, algunos dicen que vieron señales en el cielo (no se ha aclarado si eran aterradores rayos o simplemente el sol bailando) y que nació un carnero con seis cabezas y cinco patas. Más tarde se descubrió que sólo tenía cuatro patas y un miembro protuberante.

El servicio de inteligencia franquista, sin embargo, decidió mantener en secreto esta información para no perturbar el orden público y así encarecer las telas catalanas. A cambio, le dieron una instrucción rigurosa y severa como sólo el Régimen sabía hacer a base de palizas. Pronto se percataron de que Osito (que así les dio por llamarle dada la abundante barba que tenía desde que lo encontraron y no era más que un bebé) era un chico de facultades sobrehumanas.

Ya crecidito

Esto no es una lámpara, es el OVNI en el que Jiménez del Oso aterrizó en la tierra

El agente Proteus acogió bajo su cuidado al joven Osito. Cuando creció, lo introdujeron en la facultad de Medicina, y Proteus le dio un nombre como los demás niños: Fernando Jiménez del Oso. Fernando por la cercanía con el pantano de San Juan, Jiménez por su cercanía con Robredo de Chavela y del Oso ya hemos dicho por qué. Sin embargo, al agente Proteus se le fue de las manos el experimento, y Osito comenzó a estudiar fenómenos subparanormales por su cuenta. No en vano, Proteus había comprobado que el ADN de Osito era distinto al de cualquier ser humano. ¿Habría descubierto algo acerca de su origen? Proteus nunca le dijo la verdad, sino tan sólo: “te encontré en un huevo, en el campo”. Pero nunca le habló de su prominente barba, de que el huevo fuese de avestruz salvaje, del carnero de seis gónadas, del encarecimiento de las telas catalanas, ni de los botes de Coca-Cola que se avistaron por entonces...

Descubren la verdad

En el testamento de Proteus se mencionaba este bote como una falsa alarma de avistamiento de bote de Coca-Cola

El escéptico Proteus, poco a poco, fue creyendo que sí, que Osito era en realidad un alienígena y que la Coca-Cola existía fuera de las fronteras de España. Se le hizo la luz unos años después, cuando Osito empezó a dirigir un programa de pseudociencia y, además, encontró un bote de Coca-Cola en el campo mientras hacía una barbacoa... ¿Serían nuevas señales de lo subparanormal?

Lo demás respecto a Jiménez del Oso ya es historia: dirigió revistas y programas de televisión... pero nunca descubrió su origen. El agente Proteus murió hace más de quince años, pero ahora se ha encontrado su testamento, donde revela toda la verdad: Jiménez del Oso era un alienígena, Franco una imagen holográfica y la Coca-Cola no era un invento de los espías de la CIA. Él cayó en el olvido cuando Jiménez del Oso se hizo famoso y, una vez terminado el régimen holográfico franquista, trabajó de cartero.

Ésta es la verdadera historia de Fernando Jiménez del Oso. Podéis creerla por mis cojones... o no.

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