Incilibros/Manual del progenitor responsable para mantener a raya a su descendencia

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¿Es o será usted progenitor de un ser humano menor de edad? ¿Le preocupa sobremanera que su descendiente se convierta en un vándalo dañino para la sociedad? Tranquilidad, va usted por muy buen camino. Aunque por su ignorancia de los deberes que tiene un padre de familia no lo conozca aún, esta es una de las preocupaciones más nobles que pueda usted tener. De la crianza que dé a su infante depende el futuro de la patria. Sin embargo, esta no es tarea fácil. Detrás de la apariencia tierna de ese niño o bebé, se esconde una bestia altamente manipuladora que, si se deja a sus anchas, le convertirá en su esclavo personal (al contrario de lo que debería suceder) y carecerá de cualquier respeto por las tradiciones y leyes vigentes. En esta guía encontrará los conocimientos racionales necesarios para mantener al delincuente en potencia que es la carne de su carne como un ciudadano servil e incapaz de cuestionar la perfección de las leyes de la República, como la Madre Naturaleza habría querido que fuera desde un principio.

Introducción al método

Todo recién nacido nace con el germen de destruir el sistema establecido, y sustituirlo por uno basado en la destrucción, la pereza, la irresponsabilidad y el hedonismo. Este germen infecta el pensamiento de los seres humanos de forma cada vez más irreversible conforme crecen, por lo que es de vital importancia asegurarse de que sea neutralizado lo más antes posible. Investigaciones indican que el punto de no retorno puede llegar a ser tan temprano como a los tres años de edad. Sin embargo, dicho proceso de neutralización requiere varios sacrificios y un nivel de estrictez inviolable por parte de los progenitores de la criatura.

Paso 1: Evítele el contacto con la sociedad a toda costa

Como ya debería saber, nuestra sociedad está mayoritariamente corrompida con personas que no han llevado una crianza totalmente controlada, y por lo mismo es casi seguro que introducirán ideas anarquistas en el pensamiento de su descendiente apenas tengan contacto con el mismo. Debe usted evitar que cualquier persona aparte de usted tenga contacto alguno con su criatura. Idealmente, esta deberá ser educada en casa (muy cuidadosamente, para evitar que el plan de estudios corrompa su cabecita), y privada de todo tipo de comunicación con el exterior. Esto, además, le ayudará a que autoridades corruptas no lleguen a llevarse a su hijo o hija a un centro de adopción.

Paso 3: Niéguele todo lo que desea

El punto más importante es evitar a toda costa cumplir sus caprichos. Si complace cualquiera de sus deseos, comenzará un círculo vicioso en que el pequeño tirano se dará cuenta de que puede manipular a sus padres para lograr todo lo que desea, en vez de al revés. De ser necesario, manténgalo con hambre, sueño, y popó en los pañales durante todo el tiempo que sea necesario. En caso de fallecimiento, siempre puede engendrar otro y reintentar con un cerebro totalmente libre de influencias anómalas del ambiente. (Desafortunadamente, convencer al juez de que su plan para mantener a su hijo o hija lejos del mal camino es medianamente legal es asunto de otro incilibro.)

Paso 4: Oblíguelo a todo lo que no desea

Para imponer la autoridad, no basta con privar a su descendiente de alimento, juego y privacidad. Cuando mucho, logrará que sea indiferente ante su presencia. Deberá averiguar cuáles son las cosas que no le gusta hacer, y luego exigirle hacerlas aplicando su autoridad. ¿Que no le gustan los berros? Aliméntelo exclusivamente con ellos hasta que no le quede de otra más que tragárselos. ¿Que no le gusta limpiar los pisos? Régimen de limpieza 24/7 hasta que deje de quejarse.

Paso 5: Entrénelo para ser como usted desea

Ya que su autoridad ha sido plenamente reconocida, deberá educar a su hijo o hija para que sea su sirviente personal. Deje de hacer los trabajos del hogar, y exíjale vehementemente a su pequeñín que lo haga todo por usted. En caso de cualquier error, no dude en aplicar correctivos físicos (muy especialmente si se olvida convenientemente de explicarle cómo se realiza por primera vez).

Paso 6: Prepare un sistema donde siempre salga castigado

Para que su autoridad se mantenga durante su vida y mucho después de ella, es obligatorio inculcarle respeto por medio de la disciplina. ¿Pero qué podemos hacer con un hijo o hija debidamente entrenado, que ya limpia la casa hasta el último rincón en menos de tres horas y sin errores? Hacerle la tarea más difícil y propensa a error. Algunos métodos clásicos incluyen:

  • La confusión: Dígale que las cosas se hacen una forma. Cuando lo haga, aclárele que en realidad son de la otra forma, utilice su instrumento de disciplina, y niegue rotundamente que le dijo lo contrario. Repita hasta que el infante se rehúse a continuar trabajando, en cuyo caso use el mencionado instrumento para hacerlo continuar. Suficiente violencia logra cualquier cosa con este método.
  • El aumento de dificultad: Invente cuanta limitante y dificultad le pase por la cabeza a cuanta tarea le imponga a su descendiente. Si reclama, use la disciplina y no le explique para nada la razón por la que debe hacerlo así. Si no reclama, no desperdicie su disciplina y aplique el anterior paso.
  • La técnica de "así es la vida para los adultos": Insístale en que la vida para las personas mayores es difícil, luego exíjale comportarse como tal desde ahora, nada más para practicar.

Paso 7: Incúlquele respeto a cualquier otra autoridad

Cuando su descendiente esté listo para dejar el nido (aproximadamente a los 26 años), no se le olvide meterle miedo respeto a las demás autoridades de este mundo: el presidente, el rey, el doctor o dentista, el maestro que nunca tuvo porque lo alejaron de la educación por seguridad, etcétera. Bajo ninguna circunstancia le indique que existen antes que llegue el momento de echarlo a patadas de la casa; caso contrario, huirá por su propia voluntad y usted terminará en prisión cuando lo acusen penalmente por culpa de su hijo o hija.

Paso final: Dejar que el gobierno termine de encargarse

Usted no estará toda la vida enderezando las estructuras mentales de su descendiente, ¿cierto? Cuando esté totalmente seguro que su hijo o hija está en condiciones de convivir con el resto de la sociedad sin deshacer sus décadas de torturas esfuerzos parentales, simplemente échelo de la casa. Con buena suerte encontrará un lugar para vivir y un trabajo estable en diez años o menos, durante los cuales no deberá darle apoyo económico, social o afectivo alguno. Después de todo, el objetivo es que sea una persona capaz de vivir en sociedad sin ayuda.

Conclusiones

¡Muy bien! Si sigue los pasos al pie de la letra, tendrá a un ser aberrante digno de la aprobación de especialistas en la materia como Aldous Huxley, George Orwell o Igor Pavlov. Un verdadero miembro útil y obediente de la sociedad. Ahora bien, también podría tener una demanda estatal por violencia contra menores y terminar sus días en la prisión. Pero es que nuestra sociedad no nos entiende. El sacrificio bien vale la pena.

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