Investigación criminal
Una investigación criminal es una cosa muy seria y muy compleja que se inicia por cualquier tontería que pueda constituir un delito o que en principio tenga una explicación perfectamente lógica. En ella intervienen un gran número de personas, que dejan cualquier otra cosa que estuviesen haciendo para dedicarse a este tema. Si además hay un cadáver de por medio, pueden llegar a reunirse hasta 50 profesionales.
Gente que interviene en una movida de estas
Los polis de uniforme
Aquí se incluye a la policía, el sheriff, la guardia urbana o quien sea que ponga las multas en el pueblo o ciudad donde se ha cometido el delito. Normalmente son los primeros en llegar al lugar de los hechos y su trabajo es desbaratar el escenario del crimen paseándose de arriba a bajo para hacer muchas marcas de pisadas, dejar huellas por todos sitios y sisar lo que se pueda. Después de eso, deben avisar a alguien más competente para pasarle el marrón, aunque siempre hay algún individuo que ya está harto de vigilar parquímetros y poner multas y se cree que será capaz de descubrir que ha pasado, dejando desatendida esta otra tarea social tan necesaria.
Los investigadores
Estos también son polis, pero sin uniforme. Suelen formar equipos de 3 a 7 personas; Una de ellas (como mínimo) sirve indefectiblemente para coger el teléfono y mirar cosas en el ordenador (por lo general fotos guarras), mientras que las otras van por ahí haciendo preguntas y amenazando a testigos, siempre en pareja.
Los CSI o policía científica
Son los tíos que hacen fotos del muerto o lo que sea, toman huellas y ponen cualquier porquería que encuentren en el lugar de los hechos en bolsas de plástico, debido a un trastorno psicológico de este tipo de profesionales parecido al síndrome de Diógenes. En cada caso (por estúpido que sea) gastan una cantidad inmensa de pasta y tiempo en análisis de ADN, de sangre, de semen, de pelo, radiografias, reconstrucciones faciales de calaveras, etc. En teoría ese es todo su trabajo, pero nunca se limitan a ello, ya que también interrogan a los testigos (los mismos que ya habían pasado por los investigadores) y hacen tareas de investigación e incluso de detención de sospechosos.
Los forenses
Estos intervienen cuando hay alguien muerto. Su trabajo consiste en recoger al fiambre y llevarlo a la sala de autopsias, donde (evidentemente) le hacen la autopsia, que viene a ser como una operación a corazón abierto pero sin que el paciente se queje a pesar de no haberle dado anestesia. Suelen ser personas perturbadas que incluso en el más simple de los homicidios convierten su lugar de trabajo en un festival del gore, trepanando cerebros, arrancando vísceras, hirviendo huesos humanos y todo tipo de salvajadas parecidas. Durante el transcurso de la investigación tienen que abrir y cerrar el cuerpo varias veces para que lo vean los policías, los investigadores, los del CSI y toda la demás gente que se vaya apuntando al caso. No contentos con todo esto, también hacen trabajos de campo, a saber: investigar pistas y, por supuesto, hacer preguntas a los testigos.
Los del FBI
Nunca se sabe exactamente cuando actúan ni porque, pero por norma general, lo hacen cuando alguien desaparece o en asesinatos en serie. Al igual que los investigadores, van en manadas de hasta 7 personas, y su trabajo es prácticamente el mismo, aunque con que consideran al resto unos incompetentes, toman sus propias fotos y muestras y vuelven a interrogar a los testigos. Tal vez la principal peculiaridad del FBI reside en el hecho de que en ocasiones aborden el tema desde perspectivas extravagantes, como por ejemplo montándose historias imaginarias y escribiendo perfiles de personalidad según las drogas que se hayan tomado ese día, o utilizando algún sistema raro para descubrir la relación entre varios hechos (por ejemplo, empleando a un cerebrito de las matemáticas o atribuyéndolo todo a conspiración extraterrestre o del gobierno).
El perro
En toda investigación que se precie no puede faltar el perro, casi siempre acompañado de un subordinado humano cuya función consiste en traducir lo que ladre su jefe, recoger las deposiciones que deje por la calle, obedecer las ordenes por raras que sean, buscarle alguna perra para que se desahogue y prepararle la comida. El perro es uno de los más extraordinarios participantes en una investigación criminal, ya que aunque no habla con el forense ni con los testigos, el jodido siempre sabe quien es el malo, donde se esconde y hacia donde se dirige, con lo que puede anticipársele cogiendo atajos, aunque el malo vaya en coche.
La vidente o Médium
La vidente (aunque también puede ser hombre) es aquella persona a quien se recurre cuando el resto de inútiles vistos hasta ahora no tienen ni repajolera idea de como solucionar el caso. Normalmente no es que sus visiones sean de mucha ayuda, siendo más bien parecidas a la pesadilla lisérgica de un esquizofrénico paranoide, pero al menos los investigadores de verdad se echan unas risas. Sin embargo, en ocasiones son capaces de relatar lo ocurrido como si lo viesen en una pantalla de 42 pulgadas, desde cualquier ángulo y a cámara lenta, ya sea porque directamente se lo inventan o porque han cometido el crimen y ahora intentan colgarle el muerto a otro.