Los protocolos de los sabios de Sion

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Cita3.pngLos protocolos son auténticos, diga lo que diga el establishment marxista-liberal-prosionistaCita4.png
Metapedia sobre la autenticidad de Los protocolos de los sabios de Sion.
Cita3.pngBueno, tal vez sean falsos, pero lo que dicen es verdadCita4.png
Metapedia sostenella y no enmendalla.
Cita3.pngPero si ese fragmento... ¡lo escribí yo!Cita4.png
Miguel de Cervantes en estado de perplejidad e indignación al leer Los protocolos.

Los protocolos de los sabios de Sion (en ruso: Протоколы сионских мудрецов, transliterado como Protokoly Sionskij Mudretsov, usualmente abreviado a Сионские протоколы, Sionskie Protokoly) son una burda y vergonzante falsificación cuyo objetivo es culpar de la manera más chapucera a los judíos de todos los males del mundo, ya sean estos pasados, presentes o futuros. No obstante, algunos individuos, seguidores de un tal Adolfo, un tal Benito o más recientemente de un tal Donald (no confundir con el pato) o por otra parte ciertos sectores del Islamismo más radical siguen dándolos por buenos en un acto de negación de la evidencia que pone una vez más de manifiesto la lucha que todos estos sujetos mantienen contra la realidad.

Breve historia

Esquema del plan general de dominación mundial

La Ojorrana, la policía secreta zarista, hacia finales del siglo XIX, bien por aburrimiento o bien porque a todo gobierno siempre le viene bien tener un cabeza de turco al que poder culpar de sus propias cagadas encargó a uno de sus mejores agentes, Mortadelov Filemonovich, la elaboración de un libelo de ficción que, bien distribuido, pudiera servir para que quien lo leyera se convenciera de una conspiración judía para dominar el mundo. Este Filemonovich era un personaje poco dado al trabajo y que había terminado trabajando de espía después que se descubriera que su Trabajo Fin de Grado era un vulgar plagio hecho a partir de libros baratos de autoayuda. Para este encargo resolvió seguir una técnica similar y presentó a la Ojorrana un escrito plagiado punto por punto del libretto de la ópera Dildo y Enemas, de Alessandro di Guardia Diverdi. No encontrando allí relación ninguna con el encargo que le habían hecho los de la Ojorrana le mandaron repetir la tarea, pero esta vez tras una serio apercibimiento verbal.

Realiza un segundo intento y así lo entrega. Esta vez no es que no plagiara -copió como un cerdo igual que antes- pero los de la Ojorrana, que tampoco es que fueran demasiado leídos que digamos, no le pillaron las referencias y la cosa parece que coló. Filtran el libro a un tal Nilus, una especie de místico iluminado que por supuesto es el típico bocazas sujeto al que has de confiar un secreto si quieres que se entere todo el mundo y ¡voilá! Los protocolos se ponen en circulación.

Lo cierto es que la patraña duró poco, pues en 1921 prestigiosos diarios como The Times, El Caso o El Mundo Today destapan la engañifla mostrando las pruebas de la misma. No obstante esto no supuso el fin de Los protocolos, pues los diversos grupos antisemitas decidieron hacer somo si nada y tirar para adelante con lo suyo. Así Adolf Hitler no para de citar Los protocolos una y otra vez en su Mein Kampf e incluso se dedica a hacer chistes y chascarrillos sobre ellos. Henry Ford, quien también la había tomado con los judíos vaya usted a saber por qué, también fue fundamental en su difusión, pues obligaba a sus trabajadores a comprar no solamente un modelo de Ford T, sino también un ejemplar de Los protocolos de los sabios de Sion con un poster desplegable en su interior de un rabino con grandes tetas. Si bien después del fin de la Segunda Guerra Mundial el antisemitismo ha quedado reducido a poco numerosos círculos de inadaptados sociales y a lo más recalcitrante del mundo árabe, Los protocolos son tan fáciles de encontrar en internet que es posible que <inserta tu nombre aquí> se los haya descargado y no se haya dado ni cuenta. Y desde luego, a pesar de la torpeza de sus perpetradores no se puede negar que como teoría conspirativa han alcanzado un cierto éxito que permanece aun cuando a estas alturas cualquier hijo de vecino debería saber que son más falsos que un billete de tres euros y medio.

Argumento

Este hombre cree en Los protocolos de los sabios de Sion a mazamartillo
Cita3.pngLos judíos están detrás de todas las guerras.Cita4.png

La cosa va de que los judíos más malvados y poderosos del mundo se reunen una noche ya que para conspirar y ser malotes no lo van a hacer a plena luz del día sino con nocturnidad, alevosía y mala baba. Y se reunen en el Cementerio Judío de Praga. Lo hacen ahí en lugar de hacerlo en algún confortable pub o cervecería, o en su defecto sinagoga, porque el lugar resulta de lo más tétrico y pintoresco y así todo tiene más aspecto de folletín, que solo falta que se aparezca por ahí Fantomas. Una vez que están ahí todos reunidos, el judío jefe que es el más malo de todos (por algo es el jefe) se pone a recitar en voz alta a los demás el malvado plan que ellos mismos han trazado para dominar el mundo que debe ser que les gusta escucharlo aunque ya lo conocen para regodearse en su maldad y hacer "jojojo". También, como si malvados de cómic barato fueran, no se les ocurre nada mejor que recogerlo en una especie de actas de la reunión, que son los protocolos, que así puestos negro sobre blanco es fácil que se filtre. Que uno se pregunta cómo el que se inventó el panfletazo este no pensó que era raro el que estos judíos malotes fueran tan listos para dominar el mundo y a la vez tan imbéciles como para apuntar su plan secreto en un papel.

El plan que explican los protocolos en sí mismo es un batiburrillo en el que cualquier cosa cabe. Desde el marxismo, el darwinismo, el nietzscheísmo, los deportes, las canciones de Daddy Yankee, los artículos de Inciclopedia, Dora la Exploradora, las artes de vanguardia y de retaguardia, Wendy Sulca, Facebook, los caramelos Sugus... todo son estrategias de los judíos para la dominación mental de los pueblos de la humanidad y la imposición del neoliberalismo, del comunismo, del anarquismo y de todos las ideologías políticas que terminen en ismo aunque sean contradictorias unas con las otras al servicio de la monarquía del Rey de los judíos, poder mundial en la sombra (por eso de conservar la nocturnidad, la alevosía y el ambiente folletinesco). Si uno profetiza que pase lo que pase la culpa es de los judíos, cuando pase algo será facil culparles. ¡No hay fallo!.

Pruebas del plagio

Los protocolos de los sabios de Sion guardan un parecido más que sospechosito con la obra Diálogo en el Infierno entre Bob Esponja y Patricio del escritor francés Maurice Jody, escrita para putear al emperador Napoleon III. A continuación pasamos a comparar algunos fragmentos de la obra de Jody con Los protocolos.

El causante de todo el problema
Diálogo en el Infierno entre Bob Esponja y Patricio Los protocolos de los sabios de Sion
Patricio: ¿Cómo son los préstamos? Por la emisión de obligaciones, que implica para el Gobierno la obligación de pagar intereses proporcionales al capital que ha pagado. Así, si un préstamo es del 5%, el Estado, después de 20 años, si suben los intereses ha pagado una suma que más o menos es... un momento que me he hecho la picha un lío. Un préstamo es un asunto del papel del Gobierno, que conlleva la obligación de pagar intereses que ascienden a un porcentaje de la suma total del dinero prestado. Si un préstamo está en el 5%, entonces en 20 años, el Gobierno se habría hecho la picha un lío con los intereses.
Bob Esponja: Al igual que un calamar gigante, mi prensa tendrá un centenar de brazos, y esos brazos harán que la opinión de todo el país esté como frita a la romana. Estos periódicos, al igual que un chopito, serán dotados de cientos de ventosas, cada una de las cuales provee de chipirones en su tinta a la opinión pública.
Patricio: Ahora entiendo a Calamardo; tiene un centenar de brazos, y cada uno de los dedos palpa lo que va pillando Nuestro gobierno se asemeja a Calamardo. Cada una de nuestros cien tentáculos meterá mano a la maquinaria social del Estado

Desde luego todas estas alusiones a calamares que remiten sin remedio a un chiringuito de playa veraniego y que hacen que el lector tenga ganas de pedirse un tinto de verano resultan extrañas en un grupo de judíos que están planeando la dominación mundial. Y todavía hay mas.


Diálogo en el Infierno entre Bob Esponja y Patricio Los protocolos de los sabios de Sion
Bob Esponja: Organizaré, por ejemplo, inmensos monopolios financieros de los que dependerá tan estrechamente la suerte de todas las fortunas privadas, que al día siguiente de cualquier pifia política serán succionadas como un percebe por el Estado. Usted es economista, Patricio: pese el valor de esta combinación.

Patricio: ¡Yo qué voy a ser economista!

Bien pronto organizaremos enormes monopolios en los que las fortunas de los cristianos, incluso las grandes, dependerán de tal forma de ellos, que al día siguiente de ver a la familia política serán absorbidas por los percebes. Señores patricios aquí presentes, consideren la importancia de esta combinación.
Bob Esponja: Es preciso llegar a que en el Estado haya solamente proletarios, algunos millonarios y sardinillas Es preciso que en los Estados haya solamente proletarios, algunos millonarios... y que estén todo el día pelando la sardina
Arenita Mejillas volvió deificada, nadie tocó un cabello de su cola. Tenía las mejillas llenas de arenita, y también los pelos de la p...

Y así casi todo el contenido. Filomenovich en ciertos puntos pierde el hilo y debido a su empanada el gran rabino se lleva la contraria a sí mismo, confunde a Bob Esponaja con Patricio y hasta mete fragmentos de guiones de Los Fruittis. En definitiva, un desastre. Otras fuentes de plagio detectadas son A una nariz de Francisco de Quevedo, Ars honeste petandi in societate de Maitre Hardouin de Graetz, y Cómo mandar a la gente al carajo! en 10 fáciles lecciones de César Landeta H. English (Fork)