Sergio I

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Sergio I
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A veces durante las audiencias papales se quedaba traspuesto. De pura santidad.
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Papito
Religión Iglesia Católica
Mandato divino Desde que lo nombraron hasta que se murió.
Residencia El Bat-Icano.
Hechos Comprar el papado sin pagar más que su oponente, montar en Zacarías y el hit del Agnus Dei.
Poderes Cantaba mejor incluso que Julito Iglesias.
Su vida
Nombre de verdad Sergio, hasta donde sabemos.
Estado actual Ni está ni se le espera.
Nacimiento Defunción Palermo
Roma, Romita.
Causa de Muerte Del disgusto, al no concurrir Beda a sus aposentos.
Relaciones Zacarías se refugió en su cama.


Sergio I (Palermo, ¿?-Roma, 8 de septiembre de 701) se dedicó durante parte de su vida no se sabe muy bien a qué, pero luego, cuando le sobrevino el climaterio, en vez de comprarse un descapotable como hacen otros, y tal vez porque por entonces los descapotables no existían, fue el papa n.º 84 de la Iglesia Católica.

Elección

Resumen del pontificado de su predecesor.

No constan registros sobre su nacimiento, pero aun así es probable que naciera en algún momento. Su padre era un mantero sirio que vendía baratijas por las calles de Palermo, donde Sergio fue, es un decir, educado.

El predecesor de Sergio, conocido como el papa Conón, fue llamado así por ser poco más que un cono como Papa, ya que era un anciano decrépito al que pusieron ahí solo para evitar que asumiera el trono papal cualquiera de los dos arribistas que lo deseaban obscenamente: el taimado archidiácono Pascual, apoyado por la hipócrita casta clerical, y el maquiavélico presbítero Teodoro, apoyado por la sanguinaria casta militar.

Durante el año en que el cuasi cadáver Conón estuvo agonizando en el trono de Pedro, Pascual sobornó cuantiosamente al exarca imperial (que era algo así como el gobernador) con el fin de que éste inclinara al Espíritu Santo (codazo, codazo, guiño, guiño) a sugerir a los electores papales que le eligieran a él y no al otro. Pascual se frotaba ya sus sudorosas y codiciosas manos cuando ¡oh sorpresa! una vez Conón acabó de morirse, en vez de ser elegido él, fue elegido un tal Sergio, ya que al Espíritu Santo no se le coacciona por medio de oscuros manejos y porque, además, Sergio había pagado al exarca imperial la misma cantidad que Pascual, y resulta que le caía mejor. Si bien Teodoro asumió de buen grado ser expulsado al inodoro (de la Historia), Pascual no lo llevó tan bien y acusó a Sergio de simonía por su soborno. Sergio le respondió de la siguiente manera.

Cita1.pngY tú más. A mí me rebota y en tu culo explota. Es todo culpa tuya, porque yo no quería sobornar a nadie que soy muy tacaño, y si lo tuve que hacer es porque tú lo habías hecho antes. ÑiñiñiñiCita2.png

El "Ñiñiñiñi" lo profirió mientras golpeaba con sus palmas a Pascual en su pecho de forma ridícula (a la vez que Pascual hacía lo propio). El exarca los separó, dio dos guantazos a cada uno, y proclamó que Sergio había sido libre y legalmente elegido, con lo que, en 687 empezó su papado.

Pontificado

Aquí afeitadín. Siempre lo representan quedándose dormido por ahí, debía tener apnea del sueño o algo.

Relaciones con los bretones

Era un papa muy anglófilo, que no inglófilo como luego fueron otros, y, por ello, Roma se le llenó enseguida de bretones. Ya sabes cómo son estas cosas, que parece que si uno se muestra favorable a determinadas personas éstas enseguida se le plantan a uno en casa sin avisar y vienen a comer y hacer turisteo así de gorra. Esto le ocurrió con un tal Cadwalla, quien había sido rey de los sajones occidentales, pero que más que ser rey de los sajones ahora quería tocarse los cojones ponerse al servicio del Señor, así que Sergio va y lo bautiza, que luego no había manera de mandarle de vuelta con los sajones. También se le presentó un tal Wilibrordo, que quería ser santo, y Sergio tuvo la clemencia de cambiarle ese nombre tan horrible por el de Clemente, le ordenó obispo de los frisios y tras dos semanas en las que estuvo allí de gorra consiguió despacharlo para Utrecht, donde llegó a alcanzar su cometido de santidad, tantos paganos fueron los que convirtió (bajo amenazas). Eso sí, para uno que quería que fuera, ese no fue. Escribió a san Ceolfrido para que le enviase al sabio monje Beda, que éste tenía a su servicio, ya que quería disfrutar de los consejos, sabiduría e incluso del cuerpo de Beda, y Beda nunca llegó, algo debió olerse. Fue tal el disgusto que se llevó Sergio que se murió ese mismo año, pero no adelantemos acontecimientos...

Problemas por el Trullo ese

Durante su pontificado, y a sus espaldas, se celebró un concilio en Constantinopla convocado por el emperador Justiniano II y conocido como Segundo Concilio Trullano. Este apelativo se lo puso Sergio que consideraba un auténtico trullo todo lo que ahí se había debatido y decidido. Dos centenares de obispos, todos orientales menos un occidental renegado y traidor, habían apoyado una serie de cánones conformes a las depravadas prácticas orientales y que a Sergio (no lo olvidemos, un oriental occidentalizado y por tanto un renegado a su vez) no le acababan de cerrar. Ni siquiera las más interesantes como las que proponían a los clérigos relajar el celibato y darse a la vida loca, si así les placía. O la de prohibir representar a Cristo como una oveja, con lo gracioso que es eso.

Como Sergio I se negó a reconocer los cánones del sínodo, que le parecían una mierda, Justiniano II se rebotó bastante y envió a su fiel lacayo y capitán de su guardia personal, Zacarías, a que de buenas maneras le encadenara y detuviera para llevarlo a Bizancio y convencerlo por las buenas o por las malas. Sergio movilizó a los ciudadanos de Roma para que lincharan a Zacarías quien se cagó de miedo y se escondió en la cama del Papa, solicitándole protección. Tras una noche de dulzura y caricias Sergio apaciguó los ánimos y envió a Zacarías de vuelta a Constantinopla, quien realizó el viaje a pie, sin poder sentarse en su caballo, tal vez por algún tipo penitencia. Como Justiniano II fue derrocado poco tiempo después, ahí acabó la historia.

Agnus Dei

Sergio I era un papa muy cantarín y aficionado a la música, con unas dotes canoras que ni Camilo VI (quien a pesar de lo que pueda indicar su nombre fue cantante y no papa) se le iguala. Siendo ya Pontífice, Sergio I introdujo en la misa el canto del Agnus Dei (Cordero de Dios) más que nada para que se jodieran los orientales, que no querían que Jesucristo fuera así representado, como se explicó en el apartado anterior. Y fue un hit, porque ahí sigue a día de hoy.

Carácter y Personalidad

Aparte de cantarín y simoniaco -solo por necesidad-, se dice que era muy piadoso, porque mira que regaló a Zacarías amor del bueno cuando éste fue hacia él con malas intenciones. Alcuino le califica por ello como un dignísimo sucesor de San Pedro. Y hasta le hicieron santo. Siempre se le representa echando la siesta, o era muy dormilón o tenía algún trastorno del sueño.

  • Aristóteles ícono.png Personaje histórico (ver todos aquí). ☠️