Tutururus

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Los Tutururus, turururus o simplemente, turus, son una de las especies más difíciles de observar en estado salvaje, no existe ninguno en cautiverio y jamás nadie ha podido determinar su existencia. Sin embargo, estudios difundidos por el Centro de Ubicación de Lo Oculto (C.U.L.O.) confirman que los turururus podrían o no existir, por lo que no afirmamos su existencia pero tampoco la negamos. No obstante lo anterior, y en el caso de llegar a ser necesario clasificar a un tutururu auténtico y distinguirlo de uno falso, pasaremos a detallar datos acerca de estos seres no mitológicos ni verídicos, con el fin de confundir todavía más al amigo lector.

Morfología

Este gato es un experto cazador de tutururus, pero no nos quiso dar mayores detalles

Los Tutururus tienen una cabeza pegada al cuello, un par de ojos y una nariz entremedio de ellos. Poseen una boca, lenguas y dientes. Tienen piel, pelo, escamas y plumas. Sus cuatro extremidades terminan en cinco dígitos:01011, por lo cual suelen sufrir de restricción vehicular.

Algunos tienen cola, otros tampoco. Respiran aire, del cual extraen el oxígeno y eliminan anhídrido carbónico, por lo cual se les considera responsables del calentamiento global.

Caminan o corren por el suelo, vuelan por el aire y/o nadan por el agua, dependiendo de las condiciones del clima y de la presencia o ausencia de alas o aletas, lo cual aún no ha sido determinado.

Pruebas de carbono 14 realizadas a una extraña osamenta encontrada en Tuvalu Ulterior por una expedición encabezada por el célibe doctor Leandro Gao que iba en busca de estos entes lograron comprobar que la osamenta no pertenecía a un Tutururu sino que correspondía al Primer ser humano, el cual fue bautizado como el "Hombre Tuvalulteriorense"®.

Existen estudios actuales perturbadores pues algunas publicaciones (Nature y National Geographic) ponen a los Turururus en relación con el Homo Habilis, un ancestro del Homo sapiens sapiens. De aquel Homo Habilis se habría desarrollado el Homo Pillensis y de éste el Homo Voladus (también conocido vulgarmente como: Voláo). Los estudios no han sido concluidos por lo cual no hay total certidumbre sobre el origen de los Turururus y por tanto de su morfología.

Tutururus en la actualidad

Fotografía detallada de un Tururu en plena sepso acción

Según cálculos realizados con la ayuda del Organismo Redescubridor del Tutururu Ornamental (O.R.T.O.), con sede en Timboctú, la población actual de Tutururus sería el equivalente a sumar dos al resultado de Error al representar (error de sintaxis): {\displaystyle (µ2wea)+2ab*(Turu*gatoturulato)=RunDMC/lamitad} , con un rango de error estimado de dos individuos.

En caso de avistar un Tutururu

No trate de atraparlo y comuníquese inmediatamente al 555rriente, al 000robaron o al 69696969. Si dispone de una cámara fotográfica, úsela con toda confianza pues se dice que los Tutururus son muy fotogénicos.

Esa foto puede llegar a valer millones, solamente si logra demostrar que lo que aparece en la fotografía es un Tutururu auténtico y no una foto de su hermana en tanga.

Tutururus en la historia

Rostro de Tulvualí que acababa de ser violado asustado por un Tutururu

El más renombrado cazador de tutururus de la historia fue Napoleón Bonaparte, quien tenía su propia colección privada de Tutururus disecados, entre ellos dos ejemplares de Tutururu australiano. Sin embargo, esta fue quemada luego de la muerte de Napoleón por la Sociedad Occidental Protectora Urbana del Tutururu Australiano (S.O.P.U.T.A.), quienes consideraron una crueldad enorme la exhibición de estos nobles seres. "No son marsupiales" alcanzó a declarar la vocera de la sociedad, doña Zoila De Mente, antes de ser encerrada por diversas deudas de juego.

Existen rumores no muy infundados respecto de la conservación de dos ejemplares en el Archivo Vaticano, cuya existencia y cuidado estarían a cargo de una sociedad secreta conocida solamente como los Caballeros Tutururularios, de los cuales Galileo Galilei habría sido director y Gran Contramaestre. Los Tutururus habrían sido retratados detrás de la falda de la Mona Lisa, pero esa parte del retrato fue cortada y resguardada bajo treintaysiete llaves y un candado de fabricación defectuosa.

Y yo qué hago aquí, yo no he visto un tutururu, blanco de mierda

El Chupacabras NO ES un Tutururu, pues los hábitos alimenticios de estos seres descartan claramente la hemofagia, la antropofagia y la caprinofagia.

Se rumora que San Francisco de Asís abuso de los tururus.

Los Tutururus y la ciencia

No tienen relación alguna. La Criptozoología descartó hace mucho tiempo incluirlos junto al Monstruo del Lago Ness, el Yeti, Pie Grande y el Dinero de mi bolsillo, entes que nadie ha visto en mucho tiempo pero que se supone que existen.

Los Tutururus, como establecimos al principio, pueden existir o no, pero eso depende únicamente de la casualidad.

Estudios psiquiátricos y neurobiológicos actuales por otra parte y al contrario de las ciencias naturales tradicionales (véase bibliografía en el Comprehensive Textbook of Psychiatry de Kapkan & Sadock, Baltimore 2013) tienden a asumir una nueva hipótesis neuroestructural: Los Turururus estarían en directa relación con el sistema límbico del afectado y en especial del núcleo subtalámico llamado amígdala, con correspondencia sináptica a un núcleo del diencéfalo llamado putamen ( etimología aun poco clara: Men como plural de Man = Hombre. De la primera parte del término todavía no se tiene seguridad, pero se realizan actualmente estudios linguísticos en la Sorbonne LXIX de Paris). El psicoanálisis a su vez (véase Journal of Psychoanalysis, New York, vol. 01, 2013) ve aquí una relación con un mecanismo de defensa en situaciones de disminución de la atención, en especial durante clases con docentes de mediocre formación y/o alumnos/estudiantes con baja estima por los esfuerzos docentes. En términos bioquímicos se habla de un efecto sinergético negativo con acentuación de un cierto efecto de indolencia en el afectado mismo. El origen de los Turururus se encontraría en las riberas del río Bio Bio, en donde se han hallado restos tanto de individuos como también de sitios arqueológicos tribales los cuales habrían sido lugares de culto, aparentemente con gran aflujo de adeptos.