Zastava

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Modernas instalaciones fabriles de Zastava en Křaĝūjevăć

El Zastava (pronúnciese Заводи Црвена Застава, trapo rojo en serbocroata), es un conato de automóvil (lo de "auto-" aún no se ha podido probar, ya que generalmente hay una o dos bestias propulsándolo en la parte de atrás) fabricado en la localidad yugoslava serbo-montenegrina serbia de Křaĝūjevăć. Desde fines de la década del 60 e inicios de los 70, numerosas ONGs yugoslavas serbo-montenegrinas serbias han promovido campañas para que se le catalogue como automóvil, pero el rechazo por parte de la comunidad internacional a que se le otorgue dicha denominación ha ocasionado numerosas crisis en la región, como la guerra de los Balcanes, e incluso intentos desesperados de Owen Wilson de sabotaje a la maquinaria.

En el principio fue el 750

El Hummer del ejército yugoslavo. Viendo esto, se explica por qué la OTAN los dejó como los dejó...

[1]

Limusina Yugo edición "Gran Lujo", propiedad del Mariscal Tito

El primer modelo, designado con el poético nombre de 750, estaba inspirado en el Fiat 600. A decir verdad, era un Fiat 600, pero fabricado por los presos. A grandes rasgos, se podía describir como una especie de lonchera con aspecto ratonesco, propulsada por el mecanismo de una máquina de coser Singer de esas que usan las abuelitas.

En virtud de un acuerdo comercial suscrito por la Serbia Serbia y Montenegro Yugoslavia de Tito, estos autos llegaron durante los años 70 a algunos países de Latinoamérica. Su difusión en masa sería, dos décadas después, una de las causas del surgimiento de la corriente artística del tuning barroco-marginal.

Gracias a la tecnología de punta que incorporaba, logró mantenerse en producción hasta 1989 en la planta de Křaĝūjevăć. Sin embargo, y siguiendo su proverbial tradición de realizadores de plagios de gran calidad, siguió fabricándose en Turquía hasta ayer.

De los mismos creadores del Zastava, presentamos... el Yugo

[2] Casi dos décadas después de lanzado el Zastava 750, los dirigentes yugoslavos obligaron a la fábrica a producir un nuevo automóvil: el Yugo, el cual en un principio se pretendía hacer igual a su predecesor (sólo que sin lo del aspecto ratonesco, de modo que ahora parecería una vil y vulgar lonchera y nada más), hasta que un alto ejecutivo tuvo la brillante idea de introducir para este modelo lo que sería una total innovación en la industria yugoslava serbo-montenegrina serbia: ponerle un motor. Esta decisión probó ser un acierto: las ventas se dispararon astronómicamente a cinco ejemplares.

En algunos países, se intentó vender con el nombre de "Yugo Koral", para atraer a los fans de Bob Esponja.

El 2CV de los gringos

Moderno tragamonedas en Atlantic City

Posteriormente, a mediados de la década de los 80 los Yugos empezaron a ser exportados a los Estados Unidos como parte de un programa secreto que pretendía hacer que todos los ciudadanos norteamericanos se acordaran de que las extremidades inferiores no sólo sirven para que la verga les cuelgue en medio y caminaran para realizar sus desplazamientos. El astuto plan había sido ideado por un sujeto llamado Malcolm Ladrillito, reconocido por realizar, en años anteriores, planes similares con el fin de generarle a la población estadounidense traumas irreversibles con los automóviles. Durante un tiempo, el Yugo gozó de buena aceptación entre las incautas masas americanas, sobre todo después de la salida al mercado de la versión con sunroof, que mucha gente adquirió para utilizarlos como contenedores de basura.

Con el pasar de los años, y a pesar de los inconvenientes que presentaba el vehículo, este se seguía importando en cantidades industriales. Las autoridades de tránsito estadounidenses, no hallando ninguna solución medianamente razonable para detener las importaciones, decidieron resolver las cosas al estilo americano: como no encontraron Křaĝūjevăć en el Google Earth[3], pidieron ayuda a la OTAN y bombardearon toda Yugoslavia Serbia y Montenegro Serbia para destruir la fábrica de Yugo.

Zastava, Yugo y la cultura de masas

Al cabo de un tiempo, acabarían por encontrarle una función útil
Cita3.pngYo tenía un Yugo que era como San José: del taller a la casa y de la casa al taller...Cita4.png
Padre Chucho reinventando el tum tum chis

Debido a la enoooorme popularidad alcanzada en los Estados Unidos, así como a la exportación a algunos países de América Latina, el Yugo se convirtió en todo un icono al otro lado de la Cortina de Hierro, inspirando canciones (algunas grandes éxitos de gasolinera como A liberal guy and a liberal gal buy a Yugo) y llegando a estelarizar una parodia de Édgar, una burda (burdísima) copia de Jackass y hasta un trailer de Transformers, entre otras. En 2008, un Zastava 750 coestelarizó la película colombiana El Man, en calidad de vehículo justiciero de una especie de remix entre Chapulín Colorado marginal y mago de fiesta infantil. Asimismo, un Yugo [dañado, por supuesto] aparece, en medio de un desierto, robando pantalla en un video de Metallica.

A mediados de los 90, en Transnistria se realizó un intenso thriller psicológico (que se ha convertido en todo un objeto de culto en los círculos indiotas) titulado Go Yugo Go, que versa sobre un tipo que intenta que su Yugo encienda para poder llegar a su trabajo a tiempo. Cómprela pirata.


  1. (Más conocido en el mundo del hampa como "Topolino" o "Fitito")
  2. (En la Antigua Yugoslavia le dicen "jugo")
  3. (esto posiblemente pueda deberse a que primero, los empleados gubernamentales no supieron escribir algo tan sencillo como "Křaĝūjevăć", y segundo y más probable, en esos tiempos Google Earth no existía)